El día de ayer, una empresa dedicada al monitoreo de la basura espacial advirtió de dos objetos que estaban a punto de chocar: un satélite ruso fuera de servicio y un cohete chino abandonado. Hoy, la misma empresa informó que todo bien: ningún pedazo de chatarra se estrelló contra otro en la órbita baja de la Tierra.
(Imagen: LeoLabs)
La empresa LeoLabs advirtió de la trayectoria de ambos objetos. Si no chocaban, pasarían peligrosamente cerca uno de otro: aproximadamente a 82 pies (casi 25 metros). Una colisión entre el satélite ruso y el cohete chino provocaría que 2.800 toneladas de escombro salieran disparadas en distintas direcciones, cosa que también pondría en riesgo a los satélites meteorológicos y a la tripulación de otras naves espaciales.
El fenómeno es conocido como síndrome de Kessler o cascada de ablación: sugiere que el volumen de basura espacial en la órbita baja de la Tierra es tan alto que el choque entre objetos provoca una “cascada”, y cada vez que un objeto choca con otro se incrementa la probabilidad de una nueva colisión.
(Imagen: LeoLabs)
Hoy, sin embargo, LeoLabs informó de las buenas noticias: los dos objetos no chocaron. Esto se sabe porque, 10 minutos después de la hora estimada para la colisión, el cohete pasó frente al radar de LeoLabs de Nueva Zelanda en una sola pieza, sin señales de haber chocado.
(Imagen: LeoLabs)
“No hay señal de colisión.
CZ-4C R/B pasó sobre el radar Kiwi Space de LeoLabs minutos después del TCA (tiempo de aproximación). Nuestros datos muestran un solo objeto como esperábamos, sin señal de escombro.
Daremos seguimiento durante los próximos días en Medium con un análisis a fondo de este evento”.
Los dos objetos que estuvieron a punto de chocar fueron el satélite Parus de navegación (Kosmos-2004), que fue lanzado en 1989 y ahora está retirado, y el cohete ChangZheng-4C Y4 de tercera etapa cuyo lanzamiento fue en 2009.