Investigadores y estudiantes de la UNAM, campus Juriquilla en Querétaro, trabajan en conjunto con la NASA y el MIT para desarrollar el primer satélite mexicano que medirá la contaminación atmosférica del país.
Un equipo de 11 investigadores y más de 30 estudiantes de distintas facultades de la Universidad Nacional Autónoma de México trabajan en el desarrollo de un microsatélite de no más de 100 kilogramos equipado con una cámara especial, sistemas de adquisición de datos precisos y una serie de sensores capaces de obtener información clave sobre cómo se originan, en dónde se concentran y cómo se distribuyen algunos de los contaminantes atmosféricos que afectan nuestro país.
Y como no hay satélite sin un buen nombre, este proyecto se llama “Quetzal” y en pruebas preliminares con un globo aerostático, mantuvo una altura de 31 kilómetros durante alrededor de 10 horas consecutivas, y el siguiente paso es la integración del resto de los sistemas para que sea capaz de hacer mediciones atmosféricas desde el aire y todo lo necesario para que deje de usar globos para volar.
La importancia de este proyecto es que pretende contribuir a la independencia tecnológica de nuestro país, ya que actualmente recurre a satélites extranjeros que no tienen las órbitas adecuadas, ni la recurrencia al pasar sobre el país.
Este satélite llamó la atención de otras instituciones como la Agencia Espacial Alemana por el reto que implica crear un satélite de menos de 100 kilos, además la NASA también reconoció el trabajo de los alumnos al diseñar una máquina que soporta condiciones de altitudes muy elevadas, canales de baja presión y un clima muy agresivo.
Se tiene planeado que el “Quetzal” levante el vuelo en algún momento del 2016, y que tenga una vida útil de dos o cinco años.