Si los mexicanos fuéramos como nos representan en los videojuegos, la gran mayoría seríamos luchadores, rancheros o indígenas prehispánicos. Lo anterior se debe a que, en su intento por retratar a los mexicanos, la mayoría de las empresas desarrolladoras caen en tomar la ruta fácil de basarse en estereotipos y clichés.
No ayuda mucho que los juegos que han retratado a los mexicanos son realizados –en su mayoría– por extranjeros, quienes suelen tener una idea muy vaga de lo que es México. Sin embargo, muchos de los mexicanos en los videojuegos han aportado curiosidad y una leve idea de lo que somos y cómo nos ven en el mundo. Si bien esta tendencia puede ir cambiando conforme más compatriotas se sumen a las filas de las empresas desarrolladoras de videojuegos, es claro apreciar que, por lo menos en el corto y mediano plazo, es casi seguro que seguiremos viendo sombrerotes, penachos, bigotes zapatistas y máscaras de luchadores.
Aquí te dejamos algunos de los personajes del mundo de los videojuegos que intentan, algunos burdamente, representar la cultura de México.
1. Don Tacos
A Don Tacos sólo le faltaba sacar una botella de Tequila y recargarse en un cactus para ser el estereotipo faciloide definitivo del mexicano.
La tercera parte de Pang, un sencillo pero adictivo juego que fue muy popular en las farmacias durante los noventa, nos trajo a uno de los más burdos mexicanos en los videojuegos. Don Tacos es un panzón y bigotón mexicano que usaba un sombrero de mariachi, cananas de revolucionario y unas maracas que tocaba cuando pasaba de nivel. El inculto Don Tacos debía de escapar de un museo en el que lo rodean las más importantes piezas de arte del mundo para poder regresar con bien a casa a comer su platillo favorito, adivinaron, ¡unos tacos! A pesar de lucir como un vil estereotipo, algunos disfrutábamos gritando junto con la voz del juego al inicio de cada nivel: ¡¡Don Tacoooos!!
2. T. Hawk
Cuando, a mediados de 1993, Capcom anunció que incluiría a un personaje mexicano en la nueva versión del exitoso Street Fighter II, todos los fans nacionales de la franquicia se entusiasmaron y comenzaron a imaginar como se vería un peleador nacional en el juego más exitoso de la época. En ese tiempo, en las calles no faltaba quien afirmaba que el misterioso mexicano sería un pandillero de la colonia Guerrero o un fiero charro negro de los altos de Jalisco. Para decepción de la mayoría, Thunder Hawk resultó ser muy poco representativo de México, teniendo todo el aspecto de un indio genérico de película de vaqueros, convirtiéndose en el mayor fail en la historia de los mexicanos en los videojuegos.
El Hospicio Cabañas del Centro de Guadalajara se puede ver en el fondo del escenario del indio Apache mexicano.
A eso debemos sumarle que el nombre original del personaje era Gerónimo, homónimo del famoso líder de los apaches, y que tuvieron que cambiar su apelativo a último momento para evitar tener problemas con la tribu del gran jefe indio. Además, según su historia oficial la familia de T. Hawk es de Arizona, aunque él nació en Sonora y vive en Monte Albán, sin embargo, su escenario de pelea es el Hospicio Cabañas del Centro de Guadalajara, donde quienes lo apoyan en sus combates parecen danzantes del Zócalo del Distrito Federal. Luego de esto, nos daremos cuenta de que toda la vida y obra de T. Hawk es un pastiche sin sentido digno de un viaje con hongos de Huautla.
3. Cormano
Cormano a punto de iniciar su duelo con El Greco, dos de los mexicanos que aparecen en Sunset Riders.
En 1991 Konami colocó en la mayoría de los más importantes locales de arcade de todo el mundo una maquinita que se convertiría en una de las mejores fuentes para exprimir los bolsillos de los incipientes gamers, su nombre era Sunset Riders. En ella podíamos escoger a cuatro cazarrecompensas, tres vaqueros genéricos y, finalmente, un ranchero que nos representaba: un macho barbón y poco aseado que no se amilanaba ni siquiera por usar como color de toda su indumentaria el rosa mexicano.
Cormano era sin dudas el más carismático de los vaqueros de Sunset Riders, quien poseía una potente escopeta para derrotar a los bandoleros, indios y prostitutas que inundaban la pantalla para terminar con nuestra aventura. Si bien Cormano no era tan patético como T. Hawk, sus rivales directos dentro del juego y paisanos –los villanos El Greco y Paco Loco– sí eran para carcajearse, debido a que en una época en que la mayoría de las diálogos en los juegos eran en inglés, era divertido ver a los malévolos bandoleros decir cosas como: “Die, Gringo!”, “Aye, chihuahua!” o “Hasta la bye bye!”.
4. Julio César Chávez
Julio César Chávez tuvo su propio juego en Super Nintendo y Sega Genesis.
El “César del boxeo” en su mejor momento de fama protagonizó sus propios juegos en Super Nintendo y Sega Genesis que se vendieron en exclusiva en el mercado latinoamericano. Si bien es cierto que Chavez y Chavez II hoy lucen arcaicos y repetitivos, en su momento eran de lo mejor en cuanto a juegos de box se refiere. Hay que aclarar que los dos títulos no eran originales, debido a que usaban como base dos juegos preexistentes como Riddick Bowe Boxing (Chavez) y Boxing Legends of the Ring (Chavez II), a los que les modificaron levemente los sprites.
Chavez tiene un par de virtudes, como ser el primer juego que contó con voces en español latino, las cuales eran tres profundas frases dignas de Séneca –”¡Pelea!”, “¡Te voy a acabar!” y “¡Pégame!”– así como ser el primer juego en el que el enemigo final a vencer era un compatriota, ¡el mismísimo Julio César Chavez!
5. Huitzil
Capcom volvió a intentar crear un personaje mexicano, esta vez un monstruo, para su título de peleas Darkstalkers. Pero, al igual que con T. Hawk, realizó un revoltijo de conceptos que dieron pie a una historia oficial del personaje con giros argumentales muy raros, que nos hace pensar que la compañía japonesa le dejó esa tarea a algún alumno de Jodorowsky u otro surrealista.
Cuando Huitzil no combatía era un ser pacifico que cuidaba de los mayas.
De acuerdo con el canon de Darkstalkers, Huitzil es un robot de origen alienígena que hace 65 millones de años llegó a la Tierra con otros seres iguales a él, con la misión de destruir la vida en el planeta. Después de destruir a todos los dinosaurios entró en hibernación hasta que fue revivido por los aztecas, quienes lo nombraron en honor a Hutzilopochtli, y a los que él ayudó a construir sus pirámides, para finalmente ser enterrado en Teotihuacán (a pesar de que las pirámides anteceden por mucho a la cultura azteca). En la época actual el robot vuelve a despertar, volviéndose amigo de un niño maya de nombre Cecil –un nombre muy común entre los mayas, suponemos–, al que protege. Fuera de su mafufa historia, Huitzil tiene un excelente diseño, sobre todo si lo comparamos con T. Hawk, aunque de acuerdo con los ilustradores de Capcom, su apariencia está basada en unas estatuas tradicionales de Japón. ¡No mamar!
6. Max Montezuma
El Indiana Jones mexicano, Max Montezuma, enfrentando a tlacuaches y aztecas malévolos.
El emperador Moctezuma es uno de los primeros mexicanos del que se habló en el mundo de los videojuegos, debido a que era el responsable de tender trampas y poner acertijos a Panama Joe en Montezuma’s Revange, un juego de puzzles y aventuras que apareció en 1984 para el Atari 2600. Si bien Moctezuma nunca aparecía en pantalla, se daba a entender que el emperador era un ser excéntrico y desconfiado, que colocaba su tesoro en lugares complicados e inaccesibles, llenos de calaveras malditas, serpientes, fuego eterno, cadenas y pasadizos que podían abrirse con llaves de apariencia moderna.
En 1998 apareció la secuela del juego en el Game Boy Color, Montezuma’s Return, en el que controlábamos a un descendiente de Moctezuma, de nombre Max, quien a lo largo de su aventura descubría que existe una isla en la que los aztecas siguen gobernando, y colocando trampas iguales a las de su ancestro. Durante el juego Max Moctezuma descubre que los aztecas eran amigos de unos alienígenas que les echaban la mano para construir sus templos. Toda una clase de historia.
7. El Stingray
Probablemente el primer representante de la lucha libre mexicana que apareció en un videojuego. El Stingray puede considerarse el papá de El Fuerte, El Blaze, Tizoc, Ramon o King, y cualquier otro luchador mexicano que ha aparecido en algún juego de peleas. En 1993, cuando Capcom buscaba repetir el éxito de Street Fighter con un nuevo juego, pensó que podría conseguirlo con un título enfocado en la lucha libre llamado Saturday Night Slam Masters, en el que incluyó a Haggar de Final Fight y al hermano de Guile, Gunloc (tan intrascendente como el primo de Messi en el Cruz Azul), así como a un luchador mexicano que contaba con muchos de los clichés que se volverían recurrentes en las posteriores ocasiones en que se ha buscado representar a los luchadores nacionales en los juegos de peleas.
El Stingray estaba basado en el luchador Lizmark.
De acuerdo con su perfil en el juego, El Stingray es un acapulqueño chaparro, mujeriego, muy macho, sumamente ágil, con un estilo aéreo y tenía un ataque especial con un nombre que hacía referencia a un alimento mexicano, el “Jalapeño Comet”. Todos los aspectos anteriores, en mayor o menor medida, han acompañado a los siguientes luchadores que han aparecido en juegos de pelea, basta recordar a El Fuerte y sus técnicas de pelea “Quesadilla Bomb” y “Guacamole Leg Throw” o a Ramon, el luchador mexicano de King of Fighters, que es descrito como un gigolo latino. Como curiosidad, El Stingray esta basado en un auténtico luchador mexicano de Acapulco, el geniecillo azul de los cuadrilateros, Lizmark.
8. King
King demuestra que se pueden inlcluir muchos elementos tomados de otros lados sin caer en lo ridículo.
El peleador con la máscara de jaguar de Tekken es otro luchador mexicano que combina dentro de sí elementos de muchos lados diferentes, aunque de mejor forma que los “mexicanos” creados por Capcom. En primer lugar, la apariencia de King y su rival/amigo Armor King están basadas en un par de luchadores japoneses –Tiger Mask y Black Tiger– que a su vez están basados en personajes de manga. Al igual que King, los Tiger Mask han tenido diferentes encarnaciones a lo largo de los años, cediendo el uniforme y la máscara cada determinado tiempo. En el caso de Black Tiger, en dos ocasiones se han escondido bajo su capucha luchadores mexicanos: Eddy Guerrero y Silver King.
Además, la historia de King dentro del juego está basada en la del mexicano Fray Tormenta; al igual que el verdadero luchador, el primer King es un sacerdote que lucha para conseguir recursos para un orfanato que él mismo dirige. El segundo King tiene una historia similar a la de Místico, el luchador mexicano que es presentado como el ahijado de Fray Tormenta, debido a que es uno de los niños que vivían en el orfanato del primer King, quien gracias a su entrenamiento ocupa el lugar de King después de que éste muere a manos de Ogre (un personaje de Tekken basado en un dios azteca). Sobresale que King es uno de los pocos luchadores mexicanos en los videojuegos que es alto, debido a que mide más de dos metros.
9. José “Pepe” Rodriguez
Cuando SNK Playmore quiso revivir el clásico juego Double Dragon, pensó que la mejor forma era convirtiendo a la serie beat ‘em up en una nueva franquicia de peleas, la cual pasó sin pena ni gloria por los locales de arcade a pesar de no desmerecer en lo absoluto comparada con otros juegos similares. Una de las cosas más interesantes de Rage of the Dragons, el segundo juego de esta franquicia, es que el diseño de los personajes estuvo a cargo de Evoga, un estudio de ilustradores y programadores mexicanos que trabajaron con SNK Playmore en un par de juegos.
El diseño de Pepe estuvo a cargo del estudio mexicano Evoga.
A Evoga se debe la inclusión de Pepe, un peleador mexicano que se alejó de muchos de los lugares comunes que normalmente se asocian con los compatriotas en los videojuegos, y lo presenta como un joven alegre y optimista de la ciudad que encontró sin proponérselo un pergamino con técnicas de combate ancestrales, las cuales decide practicar. El pergamino había sido escrito por el mismísimo Quetzalcoatl quien le describió técnicas basadas en las patadas, por ello la mayoría de los ataques de Pepe se realizan con los pies. A pesar de contar con un pantalón con motivos prehispanicos digno de Coyoacán, Pepe es uno de los peleadores más originales que han aparecido representando a México en los videojuegos, además su estilo de lucha puede considerarse un homenaje al Taekwondo, una de las disciplinas deportivas que más satisfacciones le han traído a México durante las Olimpiadas.
10. Juan Aguacate
El héroe mexicano definitivo, Juan Aguacate tiene el carisma que ni en sus mejores sueños alcanzó T. Hawk.
Uno de los más recientes personajes mexicanos en los videojuegos, que si bien usa muchos de los lugares comunes de la mexicanidad en su diseño y aventura, cuenta con el carisma suficiente como para ser el consentido de quien esto escribe. En primer lugar Guacamelee!, el juego protagonizado por Juan Aguacate y desarrollado por el estudio independiente Drinkbox, bebe de las películas mexicanas de luchadores, utilizando una estética que parece extraída de las películas del Santo y Blue Demon, pero ambientada en las cintas de Pedro Infante, además de contar con una estética moderna que le da una apariencia similar a las caricatura de Cartoon Network. Otro punto fuerte son los personajes exóticos que aparecen, como Carlos Calaca –el villano principal–, o Tostada –el segundo personaje a elegir en la nueva versión del juego–; unos escenarios llenos de referencias a la cultura pop y a elementos mexicanos, que, aderezados con una excelente jugabilidad, vuelven al título entrañable.
En cuanto a Juan, él es un campesino dueño de una plantación de agave que está enamorado de la hija del Presidente, quien es vilipendiado por no ser un luchador, los auténticos machos de México. Después de morir, previo a su primer cita con el objeto de su afecto en el festival del día de los muertos, revive con ayuda de Tostada y una máscara mágica que recuerda sospechosamente a la de Huracán Ramírez. Sí, lo acepto, el juego está lleno de estereotipos, pero lo hace conscientemente y de forma humorística, burlándose de la idea común que se tiene de los mexicanos, exagerando muchas cosas, incluyendo el nombre del pueblo donde ocurre la aventura –Pueblucho– o colocando como uno de los maestros de Juan a un pollo gigante que es luchador, sin mencionar que algunos de los retos a resolver a lo largo del juego incluyen ayudar a una señora a preparar un mole o ayudar a reencontrar a un conjunto de mariachis.
11. Ramón
Ramón es el primer mexicano que apareció como personaje elegible en la popular saga The King of Fighters, y era, para variar, un representante de la lucha libre nacional. Aunque nunca fue tan popular como otros luchadores, su diseño era más que interesante. A pesar de que en la actualidad nos puede parecer poco representativo de los luchadores mexicanos, sobre todo por no tener máscara, era un claro ejemplo de los clichés de los luchadores mexicanos de principios de la década pasada, que salían a luchar con camisetas pegadas, llenos de colores fluorescentes, y su invariable tinte de pelo rubio. Se dice que Ramón tenía otras tres influencias en su diseño: Satoru Sayama (Tiger Mask), Pirata Morgan y Blue Demon. Del primero toma muchas de sus técnicas, del segundo su parche y del tercer, la apariencia física, incluso como guiño, en una de las ilustraciones oficiales de Ramón aparece con la máscara de Demon (supuestamente un regalo de su maestro). Sin mencionar que Ramón nos emocionaba con su característico grito de ¡Viva México!
12. El Fuerte
El último, y probablemente el mejor, intento de Capcom por representar a un luchador nacional no está exento de clichés, pero tiene algo de entrañable que sus ataques convienen las habilidades de los luchadores voladores (tipo Místico, El Volador o Rey Mysterio Jr) con la gastronomía mexicana. Además, su máscara está claramente inspirada en El Santo, y eso no es poca cosa.
13. Angel
Se dice que Angel fue diseñada por el equipo de SNK intentando poner en ella todo lo que les gusta de las mujeres, por eso el personaje es extremadamente sexy (y tiene la medida de pecho más grande de la franquicia). Sin embargo, su idea inicial no era que fuera mexicana. Afortunadamente, los chicos de EVOGA (de los que ya hablamos líneas arriba) les ganaron una apuesta, y pudieron bautizar al personaje (en honor a Ángel Torres, su director), elegir su nacionalidad y dos de sus gustos: el futbol y el tequila. Nada mal para la más famosa peleadora mexicana de los videojuegos.
Bonus: Capulinita
Si bien este personaje no era mexicano, durante los ochenta y los noventa la falta de información oficial de los videojuegos nos llevaba a bautizar con nombres populacheros a muchos de los personajes de los juegos, así Guile de Street Fighter era llamado por muchos como Willy, o a Noid, el protagonista de Yo! Noid, le decían el Chapulin Colorado. Dentro de este tipo de personajes, el que más fama cobró por su apodo y no por su nombre original fue el protagonista de Adventure Island, Master Higgins, conocido como el Capulinita en casi todo México.
Master Higgins, el héroe de Adventure Island.
Higgins era un rechoncho héroe que, en los arcaicos tiempos del NES de 8-bits, nos parecía a todos una versión digital del dibujo que aparecía en la popular historieta de Gaspar Henaine que ostentaba el nombre de Capulinita. Solo viendo los píxeles fijamente podemos darnos cuenta que la gorra tiene un símbolo y no es el clásico agujero del sombrero de Capulina. Cuenta la leyenda que una vez le preguntaron a Capulina si él era el personaje de Adventure Island, a lo que el “rey del humorismo blanco” respondió: “No lo sé, puede ser, a lo mejor, quien sabe”.
¿Qué otro héroe de los videojuegos de origen mexicano creen que es digno de mención?