Además de ser un escritor prolífico, Arthur C. Clarke, el autor de 2001: A Space Odyssey, fue un gran visionario. En una era en la que uno de los mayores avances tecnológicos eran los disquetes, de alguna forma el revolucionario escritor de ciencia ficción tenía claro cómo acabaríamos siendo consumidos por el Internet. Hace 45 años Clarke acertó en muchas de las cosas que hoy en día rigen nuestra realidad.
Hace un tiempo se viralizó una entrevista de 1974 en la que Clarke anunció que para el 2001 “el equipo que tendrás en tu casa proporcionará toda la información que necesitas para tu vida cotidiana”, describiendo con exactitud el origen de la red. Los niños del futuro, aseguró, darán por sentado “tanto el equipo informático como el teléfono”. Y no solo eso, también predijo el home office.
Pero eso no sería todo. Dos años después de aquella entrevista parece que Clarke también profetizó la era de las redes sociales y hasta el declive de los medios de comunicación.
Se trata de una entrevista durante la conferencia de AT&T y el MIT de 1976 sobre tecnología y futurismo. Con la presencia de científicos y teóricos reconocidos, el momento quedó inmortalizado para un episodio de la revista Bell System en el que Clarke pasaría a la historia como un profeta de nuestra época.
El escritor describe muchas de las cosas que forman parte de nuestra cotidianidad como los mensajes de texto, los libros de Amazon y los servicios de comida en línea, e incluso, sabía que algún día que los medios de comunicación tradicionales morderían el polvo.
Desde luego no todo lo que dijo Clarke en la grabación se ha hecho realidad, como aquello de que en el futuro solo habría una sola zona horaria para todo el mundo y que los desplazamientos diarios serían cosa del pasado. Sin embargo, también predijo el iPhone los relojes inteligentes y anticipó las desventajas de la tecnología.
Arthur C. Clarke murió en 2008 a los 90 años, pero no solo fue prolífico escritor, sino también un brillante inventor y explorador submarino. En 1945 concibió la primera idea para un satélite de comunicaciones, algunas décadas antes de que se hicieran realidad, y descubrió las ruinas submarinas del templo Koneswaram mientras buceaba.
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