La llamada viajó más de 5 mil kilómetros para conectar a las ciudades de Nueva York y San Francisco.
Hablar por teléfono con alguien que está en otra parte del mundo ya no es motivo de asombro, sobre todo considerando que hoy en día es posible hacer videollamadas desde el celular, o jugar en línea con alguien que vive en un continente distinto. Pero todo esto no habría sido posible sin el arduo trabajo que hizo posible la primer llamada transcontinental, ocurrida en Estados Unidos hace exactamente 100 años.
Fue el 25 enero de 1915 cuando Alexander Graham Bell (al centro en la foto de arriba), conocido por ser el inventor del primer teléfono, llamó desde la ciudad de Nueva York a su asistente Thomas Watson, quien se encontraba del otro lado de la línea a 5,471 kilómetros de distancia en San Francisco. Entonces se escuchó la voz de Bell:
“¿Señor Watson, está ahí? ¿Me escucha?”
Watson respondió afirmativamente y luego los presentes en ambas ciudades aplaudieron tras ser testigos de este hito tecnológico. Curiosamente, cuatro décadas atrás, los mismos Bell y Watson también habían protagonizado la primer llamada telefónica de la historia. Pocos tienen la suerte de cambiar el rumbo de la humanidad en una misma vida.

Los dos teléfonos que Bell y Watson utilizaron en la llamada
La llamada conectó oficialmente a Estados Unidos de costa a costa, lo cual fue posible gracias al esfuerzo de los trabajadores de AT&T que colocaron 2,500 toneladas de cobre sobre 130 mil postes telefónicos a lo largo del país. El mismo 25 de enero se inauguró el servicio telefónico transcontinental, aunque en ese entonces el costo era tan alto que sólo unos cuantos podían pagarlo: tres minutos por 20.70 dólares (aproximadamente 500 dólares de ahora).
Y aunque la línea por la que Bell y Watson hablaron aquél día ya había sido probada anteriormente por obvias razones, lo sucedido hace 100 años marcó en la historia el inicio de una nueva era en las comunicaciones.