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Los archivos perdidos: El misterio de la mansión Winchester

“Una casa se construye con preguntas” Maricela Guerrero A lo largo del tiempo la casa se ha comparado con el cuerpo y con el pensamiento como ejemplifica Juan-Eduardo Cirlot en...

“Una casa se construye con preguntas”

Maricela Guerrero

A lo largo del tiempo la casa se ha comparado con el cuerpo y con el pensamiento como ejemplifica Juan-Eduardo Cirlot en su Diccionario de Símbolos:

En la casa, por su carácter de vivienda, se produce espontáneamente una fuerte identificación entre casa y cuerpo y pensamientos humanos (o vida humana), como han reconocido empíricamente los psicoanalistas. Ania Teillard explica este sentido diciendo cómo, en los sueños, nos servimos de la imagen de la casa para representar los estratos de la psique. La fachada significa el lado manifiesto del hombre, la personalidad, la máscara. Los distintos pisos conciernen al simbolismo de la verticalidad y del espacio. El techo y el piso superior corresponden, en la analogía, a la cabeza y el pensamiento, y a las funciones conscientes y directivas. Por el contrario, el sótano corresponde al inconsciente y los instintos (como en la ciudad, las alcantarillas). La cocina, como lugar donde se transforman los alimentos, puede significar el lugar o el momento de una transformación psíquica en cierto sentido alquímico. Los cuartos de relación exponen su propia función. La escalera es el medio de unión de los diversos planos psíquicos. Su significado fundamental depende de que se vea en sentido ascendente o descendente.

Ahora imaginemos una casa con una estructura fuera de lo común: escaleras que no llevan a ninguna parte, ventanas dentro de la casa que dan hacia adentro de la casa, puertas muy pequeñas o muy grandes que dan a paredes o precipicios, ¿podríamos imaginarnos a la persona que habitaría esa casa? ¿Podríamos imaginarnos las capas de su “alma” como comenta Cirlot? ¿Qué tipo de arquitectura mental tendría el dueño de esa casa? Si como dice el epígrafe tomado de un poema de la poeta mexicana Maricela Guerrero, “una casa se construye con preguntas”, ¿cuáles fueron las preguntas que se tuvieron que formular para construir una casa así?

Sarah Lockwood Pardee nació en septiembre de 1837 en New Haven, Connecticut, y se casó el 30 de septiembre de 1862 con William Wirt Winchester, hijo y heredero nada más y nada menos que del fabricante y comerciante de los famosos rifles Winchester de repetición (famosos por matar hartos indios allá en el viejo, viejo oeste).

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Sarah Winchester en una fotografía tomada en 1920

La señora Winchester vivía una vida aparentemente normal y holgada hasta el día de la muerte de su hija Annie en 1866, apenas unos meses después de haber nacido, y a la que siguió, para hacerlo un poco más trágico (años más tarde), la de su esposo William, a causa de tuberculosis, en 1881. Desde aquellos dolorosos incidentes la “psique” de Sarah comenzó a cambiar, aunque no sería lo único que iba a cambiar.

Intentando huir del dolor por la pérdida de su familia, Sarah se traslada a California donde compra una mansión para pasar el resto de sus días. Después de un tiempo, Sarah buscó a una médium.

La médium le dice a la viuda que su familia está bajo una maldición por culpa de las muertes causadas por los rifles Winchester en el viejo Oeste. Esta es también es una historia sobre el viejo Oeste. Y sobre balas. Y sobre la viuda Winchester, la pobre Sarah.

Después, la médium le aconseja que para que los espíritus la dejen en paz y la maldición no siga, debe construir una casa, pero jamás terminarla, así los “espíritus” no podrán hallar una morada fija donde vivir. ¿Cuáles fueron las preguntas que tuvieron que ser formuladas para construir esa casa? En 1884 Sarah comienza la remodelación constante de su casa.

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La remodelación de la casa comenzó en 1884

Su casa es una mansión estilo victoriano que es otra y es distinta cada mes y cada verano. Sarah termina la remodelación constante de su casa el el 5 de septiembre de 1922, el día de su muerte.

Después de los 38 años de remodelación constante, la mansión terminó con: 60 cuartos, incluyendo 40 habitaciones (los cuartos de relación exponen su propia función), 7 pisos (los distintos pisos conciernen al simbolismo de la verticalidad y del espacio), 476 puertas, 6 cocinas (la cocina, como lugar donde se transforman los alimentos, puede significar el lugar o el momento de una transformación psíquica en cierto sentido alquímico), 52 tragaluces, 2 vestíbulos, 47 chimeneas, 10,000 ventanas, 2 sótanos (el sótano corresponde al inconsciente y los instintos) y 3 elevadores.

Pero eso sí, sólo contaba con una tina de baño y dos espejos en toda la casa, esto porque según Sarah los fantasmas les temen a su propio reflejo.

Un dato más sumado a todas estas rarezas y extravagancias dictadas por la viuda Winchester, es la de la presencia constante del número 13 en la mansión, pues según dicen hay 13 baños, escaleras de 13 escalones (la escalera es el medio de unión de los diversos planos psíquicos. Su significado fundamental depende de que se vea en sentido ascendente o descendente), 13 hoyos en las coladeras de las regaderas, 13 ganchos en el armario de la viuda, candeleros para 13 velas. Dicen que su testamento estaba dividido en 13 partes.

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La mansión Winchester en una postal de San José, California

Ahora, la temible mansión se ha convertido en un dulce y familiar atractivo turístico: winchestermysteryhouse.com

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