En medio de una crisis al nivel de la actual pandemia de Covid-19, quizá la mejor arma que podrían tener las personas sea su propia astucia. Con la llegada del nuevo coronavirus a México, aumentó la demanda de cubrebocas en farmacias. Ante esta situación, ¿qué podrían haber hecho las personas? Sí, coser sus propias más máscaras o, en el peor de los casos, adquirir cubrebocas de dudosa procedencia. Sin embargo, ¿es posible que al reciclar la tela de tus jeans o brasieres para los cubrebocas sea una medida fehaciente?
Hasta el momento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que no existe prueba alguna para recomendar el uso de mascarillas no médicas para protegernos del Covid-19. Sin embargo, existen varias investigaciones recadabas por The New York Times, que han dedicado su tiempo a evaluar determinados tipos de telas como los estudios realizados por Virginia Tech, la Universidad de Ciencia y Tecnología de Missouri, Wake Forest Baptist Health y una empresa que fabrica purificadores de aire llamada Smart Air, y que los últimos días ha utilizado un probador láser de partículas para probar la eficacia de al menos 30 materiales distintos que puedan ser utilizados como cubrebocas.
El Times señala que el problema con cada uno de los estudios es que “existe una tremenda variabilidad en las telas utilizadas en camisetas, jeans y fundas de almohadas”, señala. Es imposible que en cualquiera de los hogares del mundo, una persona pueda comparar los tejidos de una tela para confirmar una mejor filtración de micropartículas, pero los estudios han demostrado que incluso una máscara casera puede protegernos para evitar la propagación del virus sin importar que el material de algún cubrebocas capture “un menor porcentaje de partículas pequeñas”. En pocas palabras, utilizar cualquier material es más recomendable que salir desarmado a la calle.
Una enorme recomendación para verificar qué material podría ser más útil, sería ponerlos frente al Sol y comparar la cantidad de luz que se filtra a través de las telas. “Cuanto menos luz, mejor”, dicen. Entre más rígido y grueso sea el material, también es más recomendable.
El artículo ofrece una lista de materiales verificados por las diferentes investigaciones, junto con el porcentaje de filtración de partículas:
- Mezclilla: filtración del 90% de partículas grandes y un tercio de las más pequeñas.
- Almohadillas de brasier: filtración del 76% de partículas grandes y 14% de las más pequeñas.
- Toallas de papel: filtración del 96% de partículas grandes y 33% de las más pequeñas.
- Bolsas desechables: filtración del 73% de partículas grandes y 11% de las más pequeñas.
- En el caso de las camisetas, los estudios fueron más variados. Mientras que la investigación Virginia Techa demostró que la capa de una vieja playera consiguió captar el 50% de las partículas más grandes; otro estudio de la Universidad de Cambridge de 2013, observó que una camiseta podía filtrar el 70% del mismo tipo de partículas. Si colocas dos capas de tela, de acuerdo con Smart Air, las camisetas pueden filtrar hasta 77% de partículas.
- Paños de cocina: filtran la mayor parte de las partículas más grandes y el 48% de las más pequeñas.
- Sábanas: En caso de ser material de 100% algodón de 120 hilos, son capaces de filtrar el 90% de las partículas grandes y el 24% de las más pequeñas.
- Bufandas y pañuelos: no tienen buen funcionamiento en ninguno de los casos.
- Filtros de café: los resultados son mixtos y al parecer, algunos de ellos no son del todo transpirables.
Aquí te compartimos una manera fácil de realizar tu propio cubrebocas caser: