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La UNAM instala nueva red sísmica en la Brecha de Guerrero

Creada en conjunto con la universidad de Kioto, la Red instrumental estará en el fondo del Pacífico.
Brecha de guerrero

La Universidad Autónoma de México (UNAM) en conjunto con su similar de Kioto, Japón, instalaron una red sismo-geodésica en el fondo del océano Pacifico, para medir el potencial sísmico de la llamada “brecha sísmica”, que se extiende desde las costas de Acapulco hasta Papanoa, en el estado de Guerrero.

La red será “anfibia”, debido a que parte de los instrumentos será instalada en el mar y otra en tierra firme y estará dividida de la siguiente forma: entre los mil y cinco mil metros de profundidad se colocarán siete sensores de presión hidrostática para observar deformaciones verticales de la corteza continental, dos sitios GPS acústicos para la deformación horizontal y siete sismómetros de fondo marino.

En tierra, la red estará compuesta de 14 sismómetros ultrasensibles y 33 GPS diferenciales.

Con esta red se abre la posibilidad de monitorear la brecha sísmica de Guerrero y el sureste de Acapulco, que desde que fue epicentro del terremoto que sacudió el país en 1957 se espera una ruptura importante, “o en el Istmo de Tehuantepec, en donde también hay una brecha sísmica preocupante” apuntó la UNAM.

“Si en la brecha sísmica de Guerrero –cuya distancia a la Ciudad de México es 150 kilómetros menor a la del lugar en donde se originó el sismo de 1985 (en Michoacán)– ocurriera un terremoto de magnitud 8, los efectos en la capital podrían ser devastadores. Estimaciones hechas por sismólogos sugieren que, bajo ciertas condiciones, las sacudidas podrían ser de dos a tres veces mayores que en 1985” informó la UNAM en un comunicado.

La Universidad Nacional informó que la instalación de esta red, que se espera esté completamente instalada al finalizar este año, forma parte del proyecto Evaluación del peligro asociado a grandes terremotos y tsunamis en las costas del Pacífico Mexicano para la mitigación de desastres, que se realiza en conjunto con Japón. El gobierno del país asiático, a raíz de los sismos de septiembre pasado, “ha seguido apoyando a nuestro país en la reconstrucción y prevención de nuevos desastres con fondos para estudios científicos pertinentes”, indicó Víctor Manuel Cruz Atienza, investigador del Instituto de Geofísica.

La UNAM espera que este sea el inicio de “una era instrumental en México” que permita a los científicos desarrollar “sistemas de alertamiento altamente sofisticados” y mapas de peligro, que puedan ser usados para diseñar o modificar los reglamentos de construcción.

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