La actividad humana ha bajado en todo el mundo debido a la Pandemia del Coronavirus COVID-19 y como consecuencia los niveles de contaminación atmosférica se encuentran en sus niveles más bajos en décadas. Pero eso no es todo, los científicos están notando una extraña relación entre la poca actividad y la disminución de sismos.
How the seismic noise on our little @raspishake seismometer running in West London (Twickenham) has been affected by the #covid19UK lockdown. This is a month of data for station R091F. The average noise levels are down reflecting fewer trains, buses and cars. pic.twitter.com/WmJLmAO18k
— Paula Koelemeijer (@seismo_koel) March 31, 2020
Los sismólogos están observando mucho menos ruido sísmico ambiental, es decir, las vibraciones generadas por automóviles, trenes, autobuses y personas que realizan sus vidas cotidianas. La ausencia de este ruido ha provocado que la corteza superior de la Tierra se mueva un menos.
“Bruselas está viendo una reducción del 30% al 50% en el ruido sísmico ambiental desde mediados de marzo, cuando el país comenzó a implementar el cierre de escuelas y negocios y otras medidas de distanciamiento social. Ese nivel de ruido está a la par de lo que los sismólogos verían en Navidad”, dijo Thomas Lecocq, geólogo y sismólogo del Observatorio Real de Bélgica, quien fue el primero en reportar este fenómeno en Bruselas.
Pero Bruselas no es la única ciudad que ha sentido este cambio. En Londres la reducción del ruido ha sido evidente tras el cierre de escuelas y lugares de reunión social.
“Este es un mes de datos para la estación R091F. Los niveles de ruido promedio han bajado, lo que refleja menos trenes, autobuses y automóviles”, escribió en su cuenta de Twitter la sismóloga Paula Koelemeijer.
Ahora bien, la disminución del ruido deja que los sismólogos puedan detectar movimientos telúricos más pequeños (naturales) y otros eventos sísmicos que ciertas estaciones sísmicas no habrían registrado cuando toda la gente está en su vida cotidiana. En resumen, si está temblando menos pero porque los humanos producen demasiado movimiento en el planeta.