Hoy se llevó a cabo la inauguración de una nueva planta automotriz de Honda en Celaya, Guanajuato. El evento contó con la presencia del presidente Enrique Peña Nieto, quien se mostró sorprendido ante el famoso robot Asimo.
Este robot humanoide es uno de los grandes desarrollos de la compañía japonesa, pues es capaz de caminar en superficies escarbadas, saltar en un solo pie, recibir comandos de voz, así como reconocer objetos y manipularlos con sus dos manos.
Durante la inauguración, en la que se anunció una inversión de más de 1,200 millones de dólares poa parte de Honda, Asimo mostró algunas de sus habilidades y hasta hubo tiempo para que ejecutara algunos pasos de baile. Luego de la presentación, Peña Nieto dijo “sospechar” que en un futuro se podría pensar que un robot de este tipo sea capaz de gobernar algún país:
“Al ver a este robot que nos ha mostrado varias de sus capacidades, podría yo incluso sospechar que en unos años, alguno de ellos o alguna vez se pretenda que un robot llegue a gobernar un municipio, un estado o un país.”
Sin embargo, Peña Nieto dejó claro que ve muy complicado que algo así pueda llegar a suceder, pues para él la “responsabilidad social de gobernar” no es posible sin la capacidad de transmitir las emociones:
“Estos robots que solamente están preparados para hacer muy bien las cosas, para ser verdaderamente inalterados en sus emociones y no dejarse llevar por ninguna otra emoción que no sea la de hacer perfectamente bien las cosas; yo creo que eso no ocurrirá, para quienes tenemos la responsabilidad social de gobernar, algo que será insustituible por la tecnología es compartir las emociones.”
Afortunadamente para Peña Nieto y el resto de gobernantes en el mundo, por ahora no debemos temer a la llegada de un presidente robot, pues el desarrollo de inteligencia artificial todavía está lejos de poder crear un sistema que sea capaz de gobernar eficientemente. Aunque debo decir que, en lo personal, el dilema de las “emociones”, como dice Peña Nieto, es lo que menos me preocupa.
Y es que si la literatura de Isaac Asimov no nos falla (y vaya que hasta ahora lo ha hecho bien), ya llegará el tiempo en que se deba discutir el asunto con verdadera seriedad… aunque lo más probable es que no estemos ahí para verlo. Por ahora, debemos conformarnos con lo que nos ofrecen máquinas como Asimo que de paso vale la pena mencionar, no es poca cosa.