Las nuevas generaciones de usuarios de la red, aquellos que prácticamente han crecido con una computadora a su lado, son mucho más cautelosos con el contenido personal que suben a la red.
Una nueva investigación de la compañía Intelligence Group, difundida por la revista Time, señala que las personas mayores de treinta años son más propensas a difundir a través de las redes sociales su estado de ánimo o conductas provocadoras, en contraste con los jóvenes que suelen ser más mesurados si saben que se les puede identificar de alguna forma. La idea original de poder dejar tu “huella” personal a través de la red, como información permanente almacenada, es muy poco atractiva para las nuevas generaciones que ven la permanencia de datos más como una maldición que como algo positivo.
En parte por eso es que, por lo menos en Estados Unidos, aplicaciones como Snapchat, que permite enviar una imagen y hacer que ésta se borre segundos después de que el destinatario la vea, son cada vez más populares entre los jóvenes que no quieren guardar fotos personales comprometedoras o mensajes en los que se vean vulnerables.
Actualmente existen muchas aplicaciones de este tipo: Blink, que permite a sus usuarios compartir textos y fotos que se autodestruyen después de verse; Skim, que también borra textos a medida que se leen; o Whisper, un servicio anónimo que garantiza que ningún usuario pueda recibir contenido después depostear un mensaje.
La generación de más de 30 años está feliz con la idea de ver sus perfiles personales en línea casi como registros históricos de su identidad, misma que debe ser alimentada por un flujo constante de comentarios.
El Cassandra Report, publicado por Intelligence Group, encontró que el 55% de los adolescentes afirmó que no les gustan las cosas que duran para siempre en línea, a su vez otro 55% dijo que prefiere estar en el anonimato en la red. El 76% piensa que otras personas comparten demasiada información en la red. En contraparte, sólo el 18% de los adolescentes afirmaron que ellos comparten mucha información personal en línea, por debajo del 24% en el informe del año pasado.
Jamie Gutfreund, director de estrategia de Intelligence Group, cree que los adolescentes se esconden más en la red, en buena medida para evitar ser abochornados por sus padres:
“Durante los primeros 10 años de su vida los niños casi no tienen ningún control sobre la cantidad de información que está disponible sobre ellos en línea. Pero conforme comienzan a convivir con el internet se dan cuenta del valor de su información personal. Imagina como se puede sentir un adolescente que es etiquetado por sus padres en una foto bochornosa de su infancia, o una actualización de sus padres en que lo menciona y reprende.”
Sea como sea, la tendencia que marca el cada vez mayor número de adolescentes que quieren ser dejados en paz por los mayores, así como mantener sus vidas públicas al alcance de cada vez menos personas es inversamente proporcional a la atención que buscan los mayores de treinta.
*Foto: Campus Party México