El pasado 17 de abril de este año se registró un ataque cibernético a Banbajío, Banorte, Inbursa, Banjército, Casa de Bolsa la Huasteca Potosina y KUSPI en el que hackers robaron 400 millones de pesos a través del Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI). La investigación para esclarecer este crimen arrojó que empleados bancarios de estas instituciones financieras son los principales sospechosos.
Marco Arturo Rosales, jefe de la Unidad de Investigaciones Cibernéticas y Operaciones Tecnológicas de la Procuraduría General de la República (PGR), dijo al periódico Reforma que fue necesaria la colaboración de los empleados con acceso al administrador de los servidores con SPEI, para perpetrar el saqueo.
“En este momento creemos, por la evidencia que tenemos, que es muy posible que hubiera gente apoyando desde el interior del banco” aseguró el funcionario.
El policía cibernético aseguró que hasta el momento se tienen identificadas a 200 personas que hicieron retiros del dinero, muchas de ellas sin saber que se trataba de una operación ilícita, debido a que recibieron una comisión o porcentaje a cambio de aceptar los depósitos del dinero robado en el hackeo.
“No sabemos si alguien que tuvo acceso eventual o empleados que trabajan directamente para el banco tienen un contacto directo con la plataforma, pero lo que sabemos también después de este análisis que hemos hecho es que esto no ocurrió en un lapso de tiempo corto, esto lo vinieron trabajando desde hace algunos meses”, aseguró.
