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No necesito 13 razones para odiar 13 Reasons Why

13 Reasons Why es un melodrama excesivo envuelto en una trama repetitiva con personajes llenos de incongruencias.

Decidí subirme al tren y ver 13 Reasons Why casi desde que la estrenaron en Netflix. Amigos, familiares y conocidos me recomendaron verla, lo que despertó en mí una tremenda curiosidad, pues pensé que me estaba perdiendo de “el nuevo Breaking Bad” pero… no. Conforme avanzaban los capítulos, tenía ganas de dejar de verla, pero mi obsesiva forma de terminar de ver todo lo que empiezo no lo permitió, por eso decidí escribir este artículo.

El tema y la discusión alrededor de 13 Reasons Why se ha vuelto delicada, incluso el hecho de decir que no te gustó se llega a malinterpretar: te pueden tachar de insensible y que no ves con seriedad los temas principales, como son la falta de comunicación con los adolescentes, las drogas, el machismo, las violaciones y el bullying. Por lo tanto es importante aclarar que esta es una crítica meramente a la ficción y que no por criticar la serie me encuentro insensible ante los temas de importancia.

El tráiler que todos vimos está hecho con una buena edición que, acompañado de la música de Sia, nos narra la premisa de una chica que se suicida  y que deja cintas en las que explica las 13 razones de su fatídica decisión. En esos pocos minutos comienza la incertidumbre por saber de qué va la serie y por descubrir por qué se mató Hannah Baker.

Así, descubriremos cinta por cinta, capítulo a capítulo, las razones del suicidio. Los 13 capítulos manejan la misma y larga estructura en la que conocemos a los “culpables” de la muerte de Hanna. Y es aquí en donde comienzo con mis razones por las que terminé odiando 13 Reasons Why.

El excesivo melodrama

Estamos de acuerdo que el drama es necesario para una historia. Sin embargo, el melodrama no siempre lo es y en la serie es un recurso que usan una y otra vez. Aquí abusan del melodrama y eso no nos sirve para identificarnos más con los personajes, por el contrario, nos hace cansarnos de ellos y darles menos credibilidad.

En esta parte me gustaría aclarar que no hago de menos las razones machistas con las que atacan a Hannah, no hago de menos la hoja que dice que tiene un “gran trasero”, ni la foto, ni las amenazas de que la tocarán y violarán; lo que sí hago de menos es que, en ocasiones, algunos capítulos llegan a parecer una telenovela.

Un ejemplo de eso son las apariciones del “guardián” de las cintas, Tony, quien siempre llega en el momento indicado, sabiendo qué decir y cómo decirlo. Se supone que la serie se centra en un grupo de adolescentes confundidos y él es uno de ellos, así que el personaje resulta poco congruente con el resto de la historia. La escena en la que suben una montaña sin protección para que Clay entienda que la vida está llena de riesgos y que cuando los superas puedes verla con mejores ojos, parece salida de un programa de Toño Esquinca.

Otro ejemplo es cuando por fin llega el momento de saber por qué el protagonista se encuentra las cintas. Clay le dice a Tony que no puede escuchar su cassette, que le duele pero que lo hará si Tony le contesta la siguiente pregunta: “¿Yo maté a Hannah Baker?”. Y Tony le responde: “Sí, todos la matamos”. A lo que Clay insiste: “No pregunté eso, dime si fui yo”. Tony le repite que sí, por lo que Clay comienza a escuchar su cinta y lo primero que dice Hannah es: “Tú no hiciste nada para que esto sucediera, serías incapaz, pero tenías que escucharlas”. ¿Por qué no se lo dicen al pobre hombre desde la tercera cinta?  ¿Por qué le dicen que sí que fue él quién la mató? ¡¿Por qué?!

La protagonista

Es curioso lo que pasa con Hannah Baker, nuestra protagonista. La mayoría concuerda en odiar a Hannah, sin embargo me pregunto si la odian porque vivimos en una sociedad terriblemente machista o porque realmente es odiosa. Pensemos un poco en nuestro personaje. La gente se queja de que es sumamente dramática y exagerada. Creo que en el tema del machismo está perfectamente justificado ese drama: como mujer uno sabe lo incómodo que pueden llegar a ser que nos traten o nos vean como un objeto, y Hannah no deja de ser vista de esa manera a lo largo de los 13 capítulos.

Pero la razón por la que Hannah Baker se encuentra en esta lista es por su incongruencia: parece una joven inteligente, con una buena relación con sus papás, capaz de resolver sus problemas y de entenderlos; pero no, al final se suicida y deja 13 cassettes diciendo que es “su verdad”. A mi esa verdad me suena a venganza, culpa y bullying hacia los demás. Si iba a denunciar a todos y a revelarle a alguien cómo la obligaron a suicidarse, lo hubiera hecho con los pobres de sus padres, porque vaya que sí, pobre de sus padres

Hannah es inteligente y en algunas ocasiones congruente, analiza sus problemas y es firme con sus decisiones, parece una adolescente como todos. Hannah Baker planea cintas, las graba, usa un mapa, tiene un guardián y una forma para que todos las escuchen. Pero no es capaz de entender que a veces las cosas pasan, que no es culpa de nadie, que si en ese momento no leyeron tu carta, no quiere decir que seas menos; que si chocaron y tú ibas en el carro que chocó, no quiere decir que no debiste despertar ese día para que las cosas no pasaran. Lo que me lleva a mi siguiente punto…

La culpa

La serie maneja una culpa terrible. Todos los personajes viven atormentados por lo que pudieron o debieron hacer. Las cintas que graba Hannah no son sólo su “nota suicida”, son 13 cintas en las que quiere culpar a 12 personas de provocar lo que hizo. Y sin embargo, quien más siente culpa es Clay, quien decide cargar con todo el peso de lo que dejó Hannah por no detenerla, por no decirle que la amaba “a tiempo”, porque 5 minutos te pueden cambiar la vida.

Parece como si uno de los objetivos finales de la serie es que los adolescentes entiendan que la culpa puede llegar a accionarte, a pensar diferente; que la culpa es el motor que te incita a terminar todo lo que no te habías atrevido a hacer. Pero no, la culpa no es un motor que te impulsa a resolver las cosas, al contrario, te detiene a lamentarte y hacerte sentir como una víctima todo el tiempo.

El suicidio

Sí, la escena del suicidio de Hannah es muy cruda. Los autores quisieron dejarla explícita porque el mundo es cruel y tienen que mostrarlo tal cual, porque se jactan de innovadores y de hacer un producto que nadie había hecho en la historia de la televisión. Ok, vamos por partes.

Terminando la serie se reproduce automáticamente un capítulo 14 que sirve como especial en el que los autores, productores y actores explican lo que realmente quisieron decir en 13 Reasons Why. Aquí, platican que su idea es que los jóvenes no piensen que la última salida es el suicidio. Sin embargo, en todos los episodios anteriores justifican implícitamente el suicidio de Hannah Baker y en ningún momento hacen lo contrario.

Una innecesaria continuación

13 Reasons Why pudo resumirse en tres capítulos o bien, en una película de dos horas. Parece que aquí quieren explotar el melodrama alargando la trama, haciendo complicado no dormirte entre capítulo y capítulo. 13 episodios, 13 horas: claro que Hannah Baker nos va a perseguir.

Lo ideal hubiera sido concluir la serie con la historia de los padres, saber qué pasaba con la escuela, que es quizás lo verdaderamente importante de 13 Reasons Why. Pero en el último capítulo dejan varios caminos abiertos para asegurar una segunda temporada. Una continuación innecesaria que, por cierto, ya está confirmada.

Parece que los creadores de 13 Reasons Why simplemente quisieron alargar la serie y llenarla de constante melodrama, ayudados de frases como: “Esa es la verdad de Hannah”, “No creas todo lo que dicen”, “Estaba viendo a todos sufrir pero no hice nada”, “¿Es verdad lo que le hiciste?”, etc. Y claro, al terminar de decirlas, los personajes se dan la media vuelta para mantener el supuesto suspenso. Si hubieran abordando los problemas sin tanto melodrama y culpa, el resultado habría sido mejor logrado. Serían personajes más entrañables y nos podríamos identificar con ellos

Al final de la primera temporada dan guiños de hacia dónde podría ir la historia: una balacera en la escuela, realizada por uno de los alumnos que más bullying ha sufrido. Seguramente la nueva temporada seguirá con la misma estructura de contar la historia en 13 capítulos, aunque esperemos que esta vez lo haga sin usar el recurso del cassette.

***

Eso sí, es importante no hacer menos los temas que se tocan en la serie y cuestionar que seguimos viviendo en una sociedad machista y abusiva. Porque sí, uno de los grandes aciertos de la serie es que de alguna u otra manera todos seguimos hablando de 13 Reasons Why.

Y para finalizar hago una pequeña recomendación de series que abordan algunos de los temas de 13 Reasons Why, pero de una forma mucho más afortunada: Skins, Merlí y Rita, todas disponibles en Netflix.

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