Un estudio explica cuál es el motivo por el que a partir de este año, los boxeadores ya no utilizan protectores en la cabeza.
Si han estado al pendiente de las coberturas de los Juegos Olímpicos de Río 2016, entonces han notado que los boxeadores masculinos han dejado su rostro y cabeza al descubierto, algo que no ocurría desde la década de los ochenta, pero ¿acaso se han preguntado cuál es la razón?
De acuerdo con la Asociación Internacional de Boxeo Amateur (o AIBA, por sus siglas en inglés), esta decisión se debe irónicamente a la seguridad del deportista, y es que, según sus análisis, muy frecuentemente han tenido que detenerse las peleas porque alguna de las dos partes ha sufrido de concusiones mientras está usando el equipo que debería impedirlo.
Adicionalmente, esta protección de todas maneras deja las mandíbulas de los peleadores expuestas, y precisamente la gran mayoría de los golpes recibidos en esa parte de la cabeza, son los que pueden ocasionar concusiones, así que según la explicación de los expertos, aunque la protección puede ayudar a evitar algunos accidentes, su eficiencia es mínima.
Foto: AIBA
El estudio de la AIBA tiene algunas teorías detrás de los motivos por los que la protección en la cabeza puede incrementar la posibilidad de sufrir una concusión, la primera es que la protección afecta un poco la visión del boxeador, así que en varias ocasiones han sido un impedimento para esquivar un golpe a tiempo. La otra, es mucho más sencilla, cuando el peleador se siente seguro con la protección, se atreve a tomar más riesgos, lo que los deja expuestos.
La investigadora Cynthia Bir de la University of Southern California, explica que este cambio de reglamento en el box varonil ha sido sorpresivo y que aún hay mucha investigación de por medio que hay que llevar a cabo, las mujeres todavía utilizan estas protecciones debido a la falta de datos de seguridad en este caso.
Otros investigadores también han repicado en contra de esta nueva medida, pues explican que las concusiones no son las únicas heridas serias que los boxeadores sufren, de hecho hay algunos casos en los que boxeadores que nunca han sufrido una concusión, sí han sido víctimas de severos daños cerebrales, especialmente luego de varios años de práctica.
Todo este daño podría ser poco perceptible al principio, pero posteriormente puede llevar a problemas verdaderamente graves, las concusiones son un escenario para lograr un diagnóstico pronto, pero el verdadero reto está en encontrar daño en casos en los que no se haya sufrido una, así que muchos investigadores tienen miedo de que sin el equipo adecuado, comiencen a incrementarse estos casos.