En la Unión Europea los vehículos de combustión interna quedarán olvidados para 2035. Para ello se están impulsando todas las formas de combustible alternativo y si bien ya presentan un gran avance con la tecnología eléctrica, ahora apoyarán a la de hidrógeno.
Por decreto oficial, cada 150 kilometros habrá un surtidor para alimentar a un vehículo de hidrógeno en toda la red transeuropea de transporte. Cada estado miembro de la Unión Europea deberá adaptar su sistema de carreteras para conseguir que los autos de hidrógeno puedan circular sin comprometer su autonomía siendo 450 kilómetros la distancia máxima entre un repositorio y otro.
Si bien los autos eléctricos son los más populares en el continente, la unión europea no descarta esa opción de combustible que viene desde Japón y que fue presentada en Tokyo 2020. Pese a las críticas, marcas como Toyota han apostado por la “hidrogenización ” como la evolución en sus vehículos y han ignorado la tendencia hacía las baterías de litio.
Europa se ha comprometido con reducir los gases contaminantes y para ello le ha puesto caducidad a la gasolina. A mitad de la década de lo 30, en los países que conforman la Unión Europea se dejarán de vender coches que utilicen diesel y gasolina además de cualquier otra opción híbidra enchufable.
A diferencia de un auto electrico, un vehículo de hidrógeno no guarda electricidad sino que la genera. Dentro de la máquina hay una celda que combina el hidrógeno con el oxigeno y con ello crean electricidad para replicar el mismo proceso que un auto tipo Tesla. Los dispensadores obligatorios, por tanto, no darán electricidad para rellenar baterias, sino hidrógeno para la celda.
Sin duda el decreto de dispensadores de hidrógeno representa un gran apoyo para esta nueva modalidad hasta ahora vista como “el patito feo” de las energias libres de contaminantes.
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