La inteligencia artificial existe, pero aún falta mucho tiempo para que podamos considerarla algo funcional o al alcance de todos; al menos eso es lo que demuestra un estudio reciente del Wall Street Journal, en donde quedó al descubierto que muchas aplicaciones que dicen funcionar con inteligencia artificial lo hacen en realidad a través de granjas de bots humanos.
Usando una técnica llamada “Mago de Oz”, algunas startups mantienen en secreto que sus supuestas respuestas inteligentes y otras funciones de sus aplicaciones son hechas por humanos. Lo cual no sólo es más barato para ellas, sino que les permite saltear una gran cantidad de desafíos de desarrollo técnico y comercial. En otras palabras, es más fácil hacer maquila cibernética y enseñar a los humanos a comportarse como robots, que desarrollar una inteligencia artificial real.
El hecho salió a la luz luego de darse a conocer que Google permite acceder a las bandejas de entrada de sus usuarios de Gmail a las compañías de datos y desarrolladores de aplicaciones; incluyendo el acceso a sus detalles privados. Se sabe que la empresa Edison Software, con sede en San José, California, tenía a los ingenieros encargados de su departamento de inteligencia artificial revisando los mensajes de correo electrónico, uno a uno, para mejorar una función de “respuestas inteligentes”; sin avisar a sus usuarios sobre este hecho.

Foto de una “click farm” china dada a conocer por el sitio Tech in Asia.
La investigación del WSJ informó que, en 2008, Spinvox, una empresa que convertía mensajes de voz en mensajes de texto, usaba humanos en vez de máquinas para dar el servicio. En 2017, Expensify, una app que gestionaba los gastos de los usuarios, admitió que tenía a trabajadores humanos (mal pagados) transcribiendo los recibos de gastos de los usuarios.
En 2016, Bloomberg destacó la difícil situación de los humanos que pasan 12 horas al día fingiendo ser chatbots para servicios de calendario como X.ai y Clara. El trabajo fue tan abrumador, que los empleados humanos dijeron que esperaban ser reemplazados por bots, aun perdiendo su trabajo. Y los ejemplos de empresas realizando la técnica de Mago de Oz sigue y sigue.
En algunos casos los humos son usados para entrenar una verdadera inteligencia artificial. Por ejemplo, la compañía Scale ofrece un “banco” de trabajadores humanos para proporcionar datos de entrenamiento para coches autónomos y otros sistemas que funcionan con inteligencia artificial.
En otros casos, es imposible dejar a una inteligencia artificial responder a los humanos, como en el caso de servicios psicológicos; como lo es el chatbot de Woebot. La fundadora de la compañía, Alison Darcy, explicó que su bot usa la técnica de “Mago de Oz”, porque descubrieron que un sistema artificial como el que proponen requería una” tonelada de datos”, y a veces los diseñadores necesitan saber si una app o servicio tendrá suficiente demanda antes de realizar una fuerte inversión. “Simula lo que la última experiencia de algo va a ser. Y muchas veces, cuando se trata de inteligencias artificiales, hay una persona detrás del telón en lugar de un algoritmo”, reveló.
Un estudio de la Universidad del Sur de California demostró, a través de un chatbot llamado Ellie, que los veteranos con trastorno de estrés postraumático tenían más probabilidades de divulgar sus síntomas hablando con un robot que cuando se les decía que estaban hablando con otro humano.
Con toda esta información, no nos queda más que preguntarnos qué tan inteligente es Alexa o Siri o servicios que vienen en camino, como Google Duplex, un bot que realiza llamadas telefónicas por ti. ¿Es verdadera inteligencia artificial o son humanos que intentan engañarnos?