La empresa llevará su concepto fugaz fuera de su software
Tanto usuarios como lectores vivimos inflamando nuestro espíritu especulativo con los rumores de la red (no importa si son de usuarios o si los provocan las propias empresas), y ya dese hace algún tiempo hemos estado coqueteando con la idea de que Snapchat es la CIA de las redes sociales y cuenta con un laboratorio secreto donde los mejores ingenieros de Nokia y Logitech se reúnen par construir prototipos para la empresa creada por Evan Spiegel, Bobby Murphy y Reggie Brown.
La app que ha vuelto locos a millones de usuarios –especialmente babyboomers y millennials– alrededor del mundo, se está transformando. Según The Financial Times, la empresa del fantasmita, pretende crear unas gafas de realidad aumentada. Esta declaración hace sentido si consideramos que la compañía adquirió Vergence Labs, la firma que que estaba desarrollando la competencia de los Google Glass, por $15 millones de dólares.
Desde que este verano Snapchat buscaba contratar a fabricantes relacionados con la creación de lentes de realidad aumentada de Nest, GoPro y Google, la empresa empezó a construir sobre un rumor un hecho que poco a poco se está volviendo una realidad.
Si a esto sumamos que Snapchat solicitó un “Company identifier” al Bluetooth Special Interest Group (SIG), –institución que se encarga de otorgar un identificador corporativo a todas las compañías que utilicen el Bluetooth como método de conectividad en un dispositivo–, los lentes de realidad aumentada empiezan a cobrar cada vez más forma en nuestras cabezas. Hay también quien dice a ver visto a Evan Spiegel usando unas gafas muy parecidas a los Google Glasses.
Lo que es totalmente cierto es que compañías como Apple, Microsoft, Facebook y evidentemente Google, tienen un inusitado interés en la realidad aumentada, Google Maps –por ejemplo– ya cuenta con funciones para Pokémon Go. Por su parte, Snapchat coqueta con superponer imágenes diseñadas sobre la realidad con sus filtros. Sin duda esta estrategia para crear un hardware es, muy probablemente, una respuesta frente a la función de “historias” de Instagram.