Existe un asteroide de 500 metros de longitud que orbita alrededor del Sol. Su nombre es Bennu y ha convivido en armonía con la Tierra por millones de años, sin embargo, científicos de la NASA calcularon que esta gigantesca roca podría estrellarse con nuestro planeta en el año 2135. Y aunque puede parecer mucho tiempo, la NASA ya está tomando sus precauciones, pues su impacto podría traer efectos realmente destructivos.
La agencia espacial está planeando construir una nave de 8.8 toneladas capaz de desviar un asteroide impactando contra él o, de ser necesario, activar una carga nuclear para frenar a la roca espacial o destruirla. El proyecto lleva el nombre de HAMMER y obedece a las siglas de Hypervelocity Asteroid Mitigation Mission for Emergency Response.
Por ahora HAMMER se trata sólo de un concepto que la NASA presentará oficialmente el próximo mes de mayo, en el marco de una conferencia relacionada con la seguridad espacial en Japón.
Recreación de la explosión de Bennu. (Imagen: NASA)
En 2016 la agencia espacial envió una nave a Bennu, en una misión conocida como OSIRIS-REx que costó 800 millones de dólares y que arribará el asteroide en agosto de este 2018. La finalidad de esta misión es estudiar Bennu con ayuda de una sonda que desplegará un dispositivo para capturar una muestra de la superficie del asteroide, y así traerlo de vuelta a la Tierra para estudiarlo en vivo y a todo color. Se calcula que la sonda tocará Bennu en 2020 y que regresará hasta el 2023.
Que el asteroide se estrelle con la Tierra en el 2135 tampoco es algo seguro, sólo se trata de una estimación de los científicos. Lo cierto es que además de parecer una locura digna de una película de Bruce Willis, explotar un asteroide es un proyecto que implica muchísimo dinero. Así que es poco probable que la NASA obtenga el permiso para construir la nave… pero nunca se sabe.