Si no te sorprendió del todo la reciente serie de revelaciones sobre la naturaleza y el alcance de los programas de vigilancia de la NSA, es porque seguramente pensabas, como muchos habían asumido, que la red no era tan amplia de verdad, que quizá era probable que durante las investigaciones de terrorismo los datos de algunos ciudadanos comunes fueran tomados también por error. Pero quizá nunca quedó del todo claro lo probable que era que tus datos fueran espiados. La siguiente imagen, publicada por la ACLU, proporciona quizás la visualización más simple de qué tan amplios eran en realidad los famosos “tres saltos” de la NSA para la recolección de datos.
La frase “tres saltos”, que proviene de los testimonios del mandamás de la NSA, John Inglis, significa que la agencia puede mirar a las comunicaciones de una persona-objetivo, además de las que tienen los contactos de esa persona (un salto), así como las comunicaciones de los contactos de esas otras personas (dos saltos), y las de los contactos de esos últimos individuos (tres saltos). Cada salto amplía la red de forma exponencial, por lo que si la persona promedio tiene 40 contactos, un sospechoso de terrorismo, en teoría, podría dar lugar a registros que están recogidos en 2.5 millones de personas. Hay que tomar en cuenta que la NSA puede tener miles, decenas de miles, o incluso más de 117 mil “objetivos de vigilancia activa”, y el mapa se vuelve rojo muy rápidamente, casi en su totalidad.
No es muy claro cuántos de esos registros la NSA ve en realidad en una investigación. Inglis dijo en su testimonio que sería una pérdida de tiempo para los agentes de la NSA sumergirse en los datos de más personas de las necesarias, y que los agentes “tratan de ser prudentes con respecto a cuándo hacer un segundo salto.”
Así que si quieres tener algo de paz, céntrate en el hecho de que la NSA probablemente mira sólo una pequeña parte de los registros que recoge. Si quieres asustarte, concéntrate en las posibilidades de que tus registros telefónicos, en algún momento, se hayan cruzado en el transcurso de una de las investigaciones, y que la autoproclamada “sensatez” de los agentes de la NSA es lo único que se interpone entre que tus registros sean espiados o desechados.