El dibujante recientemente fallecido, dejó establecida como su última voluntad liberar de copyright a la imagen gráfica de su personaje.
La madrugada del 23 de abril, el dibujante Sixto Valencia, quien diseñó la apariencia actual de Memín Pinguín, falleció después de varios días hospitalizado. Ayer por la tarde, se dio a conocer que Valencia dejó establecido dentro de su testamento que liberaba a la figura de su personaje emblemático de cualquier tipo de derecho de autor.
“Es mi gusto y voluntad dejarles un legado, ya que Memín Pinguín ha sido del agrado y reconocido por varias generaciones en nuestro país, así pues, es mi interés que se siga difundiendo el personaje como un símbolo de identidad con nuestros valores, mexicanidad y folclore urbano, por lo que yo Sixto Valencia Burgos, les dejo como herencia a este negrito que brotó de mis lápices y que pude darle una vida e identidad propia(…) ¡Gócenlo, úsenlo, utilícenlo como bien les venga en gana!, que por mi parte no puedo darles ya más, pero si creen que mi familia merece una retribución económica por lo que ustedes realicen, se los agradeceré eternamente”, escribió Valencia.
La carta en la que Don Sixto “regala a México” a Memín Pinguín fue dada a conocer por La Jornada y Luis Gantus, amigo y biografo de Valencia. En el documento, Valencia indica que Manelick de la Parra, hijo de Yolanda Vargas Dulché y dueño de editorial Vid, intentó quitarle el personaje y, junto con los abogados Loredo Hill, Mauricio Jaliffe y José Luis Caballero, lo engañaron para firmar “una carta de reconocimiento de realización de obra por encargo”, haciéndole creer que firmaba un acuerdo por pago de regalías por 930 mil pesos.
El dinero nunca se le entregó al dibujante, empezando un “calvario legal” durante los últimos años de su vida para evitar perder sus derechos sobre la imagen de Memín, tiempo en el que tampoco pudo acudir a los medios para ventilar el hecho, porque en el acuerdo se incluía una cláusula de silencio.
“Es importante mencionar que actualmente soy tenedor de la imagen gráfica del personaje de historieta Memín Pinguín y la Ma’ linda, tal como lo avalan los Títulos de registros marcarios números 1330306 y 1330308 (marcas innominadas), registros marcarios expedido por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, sé que después de mi muerte, las personas antes referidas intentarán, según me explican conocedores del tema intentar la nulidad de los registros.(…)Como último favor difundan lo que injustamente me hicieron a mí, para que ningún abogado, ni ninguna gente sin escrúpulos vuelva a abusar de los artistas y creativos, asesórense y nunca dejen de hacer lo que más les gusta, a pesar del resentimiento de la gente!”
A pesar de todos los problemas legales que enfrentó durante sus últimos años, el ilustrador señaló que siempre fue un apasionado de su trabajo, y que siempre fue muy feliz dibujando. Además, dijo que durante los años que laboró con Yolanda Vergas Dulché nunca tuvo problemas, pues fue hasta el fallecimiento de la escritora que comenzó a tener fricciones con su hijo.
“El dinero que nunca trabajó, ni tampoco se mereció, espero lo disfrute Manelick para que se contente un poco de la falta de talento y honradez que no le heredó a su madre, quien siempre fue mi amiga y un excelente ser humano a quien siempre llevé en mi corazón por ser compañera en esta aventura.”
El dibujante era el dueño legal de la imagen gráfica de Memín Pinguín, pero el nombre del personaje sigue siendo propiedad de Manelick de la Parra, por lo que a pesar de volverse del dominio público el diseño de Sixto Valencia, la imagen no podrá utilizarse con su nombre original.
De acuerdo con Luis Gantus, este hecho no tiene precedente en el mundo, siendo lo más cercano cuando el escritor escocés J. M. Barrie obsequió los derechos de Peter Pan al Great Ormond Street Hospital. Así termina la carta con la que se despide el dibujante de Memín Pinguín:
“¡Hasta siempre mi hermoso pueblo mexicano, fue un honor haber trabajado para ustedes y poderles haber dejado un poco de la mucha felicidad que me causaba dibujar a Memín y a sus enseñanzas que traspasaron fronteras!”
