Kathryn Parsons es fundadora de las iniciativas Decode y Code in a day, las cuales pretenden difundir la programación y los conocimientos tecnológicos a más gente. Para ella, los rápidos cambios que se viven día con día, acompañan a una nueva era comparable con La Ilustración, una suerte de Ilustración Digital.
Con sus iniciativas, Parsons enseña a ejecutivos de grandes empresas de tecnología (como Google, Microsft, Ebay), a estudiantes y a público en general los misterios del mundo de la programación. Este mundo ya no es exclusivo de jóvenes (hombres) genios, es tiempo de que todos entremos en el agujero de conejo y descubramos las posibilidades del código de programación.
Para darle forma a sus iniciativas, Kathryn Parsons pasó por una serie de experiencias en el mundo tecnológico que le mostraron el potencial del código de programación y la necesidad de que más gente participe de él. Decode comenzó como un taller de diez personas de todo el mundo enfocadas en explorar este fenómeno. Ahora, si decides participar en Code in a day encontrarás toda una comunidad de usuarios que comparten experiencias; desde programadores profesionales, niños de trece años, estudiantes que no tenía idea de la programación, hasta la mamá de Kathryn.
El reto para esta emprendedora es fomentar el aprendizaje de este lenguaje como herramienta efectiva para entrar a la era de la Ilustración tecnológica. Desde su punto de vista, también se trata de un mundo en proceso de democratización: es tiempo de que las mujeres, los niños y los habitantes de países tercermundistas utilicen el código de programación como una puerta para disminuir las distancias entre ellos y la hegemonía.
“La importancia y el impacto de historias como la de Sharyl Sandberg [CEO de Facebook] o la de Marissa Mayer [CEO de Yahoo], así como su visibilidad y éxito, no pueden ser subestimadas. La tecnología no es sólo para hombres. La programación se construye a partir de pensamiento lógico, resolución de problemas, colaboración e innovación. ¿En qué mundo estas no son habilidades que poseen las mujeres? Seguido escuchamos que las mismas mujeres dicen: “Mi cerebro no trabaja de esa manera”, o “Soy torpe en tecnología”. ¿Qué pasaría si dijéramos lo mismo para otra industria o en otro rol? ¡Es casi como decir que las mujeres no tienen la mente para votar! Es una ilusión peligrosa. No sólo usen la tecnología, háganla suya”
Las democratización por medio de la tecnología, a estas alturas, suena como un cliché a veces demasiado exagerado. Pero si en algo tiene razón Parsons, es que este conocimiento iguala a las personas. Frente a la pantalla somos iguales a cualquier gran innovador del mundo, siempre y cuando nos decidamos a aprender a programar. No podríamos decir con seguridad, como ella, que la brecha entre ricos y pobres se hará más pequeña si todos poseemos este conocimiento; pero es cierto que conocer el código de programación nos abre las puertas a otros mundos y otros espacios.