En esta época del año las ballenas grises (Eschrichtius robustus) parten de las costas de Baja California hacia el norte buscando aguas más frescas y alimento, en el norte de Alaska, hasta noviembre que regresen al sur. Este año, las alertas se han encendido debido a un inusual número de especímenes muertos.
En lo que va del año, Pesquerías de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, han registrado 73 ballenas muertas en las playas de la costa oeste:
- 37 en California
- 3 en Oregon
- 25 en Washington
- 3 en Alaska;
- 5 en la Columbia Británica, Canadá
Las autoridades advirtieron que la mayoría de los especímenes muertos estaban delgados y desnutridos, “lo que sugiere que probablemente no comieron lo suficiente durante su última temporada de alimentación en el Ártico”, dijo Michael Milstein, un oficial de asuntos públicos de NOAA.
La condición en la que se encontraron las ballenas sugiere que este número de muertes podría ser mayor dado que “las ballenas demacradas tienden a hundirse”, como lo señala el investigador John Calambokidis, del Colectivo de Investigación Cascadia. “Entonces, los números que en realidad se lavan representan una fracción del número verdadero”, dijo. “Algunas estimaciones sugieren que es tan solo un 10%”, afirmó.
Los científicos destinarán una parte de sus recursos de estudio a entender que pasó con los animales varados y vigilar a las ballenas vivas muy de cerca.