Japón está en alerta roja. En la ciudad de Osaka las autoridades encontraron más 150 hormigas Solenopsis invicta, una especia de hormiga colorada proveniente de Sudamérica (también llamadas rojas de fuego) que no sólo son venenosas, sino que también son una plaga terrible en diversas partes del mundo, como Estados Unidos, Filipinas, China, Taiwán y Australia.
Durante las dos últimas semanas hubo diversos avistamientos de esta especie en diversos puntos de la ciudad. Pero durante las “capturas” de la hormiga, las autoridades sanitarias encontraron varios especímenes alados y una reina, lo que ha puesto en alerta al gobierno por el temor a una infestación. Por tal motivo, el Ministerio del Medio Ambiente de Japón ha ordenado una inspección de emergencia en 15 de sus puertos.
Con un viento favorable, una hormiga alada de esta especie puede viajar hasta 10 kilómetros, por lo que el cerco de inspección se ha extendido a los puertos de Hiroshima y Kagoshima para asegurarse que no haya nidos.
La voracidad con la que las hormigas rojas de fuego eliminan a las poblaciones locales de hormigas, toman sus nidos y comienzan a reproducirse y expandirse es sorprendente y terrible. Las reinas son capaces de poner entre 2 mil y 3 mil huevos al día, lo que complica la erradicación de los nidos. Todo esto sin contar la cantidad de dinero que se invierte en los países afectados para este fin.
Por ejemplo, Australia tiene un programa para erradicarla que le cuesta 175 millones de dólares australianos (más de 758 dólares norteamericanos) al año. En Estados Unidos, se estima que más de 5 mil millones de dólares son gastados al año en tratamientos médicos, daños y control de áreas infestadas. En 2011, Nueva Zelanda gastó cerca de un millón de dólares en purgar un nido.
Su piquete es muy doloroso y deja un ardor persistente (postula incluida). Y see sabe que este tipo de hormigas han causado la muerte de al menos 80 personas por shock anafiláctico.