El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, solicitó a William Bryan, asesor sobre ciencia y tecnología del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, pruebas definitivas sobre los informes que sugieren que la luz solar y los desinfectantes erradican el virus en cuestión de minutos.
Hasta ahí no hay mucho problema, quiere pruebas de un estudio y eso esta bien, lo malo ocurrió minutos más tarde cuando Trump les solicitó a los expertos encontrar la forma de inyectar luz y desinfectantes a las personas para eliminar el SARS-CoV-2.
“Suponiendo que golpeemos el cuerpo con una luz ultravioleta tremenda o simplemente muy poderosa.Y creo que dijiste que no se ha verificado pero que vas a probarlo. Y luego dije que suponía que traías la luz dentro del cuerpo, lo que podrías hacer a través de la piel o de alguna otra manera. Creo que dijiste que también vas a probar eso. Y luego vi el desinfectante, que lo elimina en un minuto, y hay una manera de que podamos hacer algo así mediante una inyección en el interior o casi una limpieza. Como ve que entra en los pulmones, hace un gran número en los pulmones, por lo que sería interesante comprobar eso”, dijo el presidente.
William Bryan y oros asesores presentes en la conferencia negaron inmediatamente que esta situación fuera posible.
Bryan señaló que los resultados de la investigación que indican que la luz solar tiene un potente efecto aniquilador del virus en superficies y el aire aun son muy “incipientes” y explicó que los científicos han advertido un efecto similar con temperaturas más altas y mayor humedad
“El virus muere mucho más rápido con la simple exposición a temperaturas más altas y la simple exposición a la humedad”, agregó explicando que laboratorio de biocontención de Maryland ha estado desarrollando experimentos al respecto desde febrero.
El asesor fue contundente al decir que estos resultados pueden ayudar a los gobiernos a decidir cuando levantar el confinamiento pero que los resultados de los estudios de la luz y el calor no sustituyen las recomendaciones de distanciamiento social.
Posteriormente, en una sesión de preguntas y respuestas, la prensa cuestionó al presidente sobre que no tenía idea de lo que estaba hablando, a lo que irritado respondió a un reportero de The Washington Post: “Soy el presidente, y son noticias falsas. ¿Y sabes lo que te diré? Te lo diré muy amablemente porque te conozco bien. Conozco al tipo, veo lo que escribe. Él es un falso total”, y luego añadió en otra pregunta
“¿Estás listo? Es solo una sugerencia, de un laboratorio brillante de un hombre muy, muy inteligente, quizás brillante. [Bryan] está hablando del sol. Está hablando de calor, y ves los números. Solo estoy aquí para presentar talento. Estoy aquí para presentar ideas, porque queremos ideas para deshacernos de esto. Entonces, si el calor es bueno, si la luz del sol es buena, eso es una gran cosa en lo que a mí respecta”.
Pero es verdad, Donald Trump no tiene la menor idea de lo que está hablando y tampoco le importa mucho el daño que le puede hacer a sus fans. Hace unas semanas un hombre de Arizona y su esposa tomaron cloroquina, un medicamento que se usa en el tratamiento contra la malaria, luego de escuchar a Trump decir que era “muy poderosa” contra el coronavirus COVID-19, pesé a las advertencias de los especialistas que advierten que “su uso no está probado y se basa en solo datos anecdóticos”. El hombre murió y la mujer terminó en terapia intensiva a tan solo un par de horas de haber tomado el medicamento.
Luego de la conferencia la comunidad científica levantó la voz pidiendo a la población no escuchar al presidente Trump, pues inyectarse desinfectante o el uso de luz ultravioleta son altamente peligrosos para la salud.
El Dr. Irwin Redlener, director del Centro de Preparación para Desastres de la Universidad de Columbia, dijo a la red MSNBC: “Todo lo que este científico habló de la seguridad nacional fue básicamente incoherente, sin sentido, realmente no respaldado por evidencia y realmente bastante contrario a muchos cosas que sabemos sobre algunas de las cosas que estaba diciendo”.
“En primer lugar, la gente sí tiene Covid, ha estado recibiendo Covid en climas cálidos, incluida Nueva Orleans, pero también en otros países que tienen un clima cálido en este momento. En segundo lugar, este problema con la luz ultravioleta es hipotético, pero también puede ser muy dañino y no escuchamos nada parecido a una discusión equilibrada de a qué se debe la evidencia y contra la luz ultravioleta, pero ciertamente no está lista para el horario estelar”, explicó Redlener y añadió- El hecho de que el presidente en realidad le preguntara a alguien sobre lo que sonaba como inyectar desinfectantes o alcohol isopropílico en el cuerpo humano fue una especie de asombro”.
Robert Reich, profesor de política pública en la Universidad de California en Berkeley y ex secretario de trabajo, tuiteó: “Las sesiones informativas de Trump están poniendo en peligro activamente la salud del público. Boicotear la propaganda. Escucha a los expertos. Y por favor no beba desinfectante”.
Trump's briefings are actively endangering the public's health.
Boycott the propaganda. Listen to the experts. And please don't drink disinfectant. https://t.co/gRRn3sQ04T
— Robert Reich (@RBReich) April 23, 2020
Walter Shaub, el ex director de la Oficina de Ética del Gobierno, agregó: “Es incomprensible para mí que un imbécil como este tenga la oficina más alta del país y que existan personas lo suficientemente estúpidas como para pensar que esto está bien”. No puedo creer que en 2020 tenga que advertir a cualquiera que escuche al presidente que inyectar desinfectante podría matarlo”.
This is the dumbest defense they could've picked: "It doesn't matter that Trump's suggestion would kill you because he also told you to check with your doctor, who would obviously say it's an insane idea."
Patient: Doc, should I inject Clorox?
Doctor: Have the voices come back? https://t.co/0jILUNHWD1
— Walter Shaub (@waltshaub) April 24, 2020