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Reseña – Pokémon Legends: Arceus, la engañosa revolución de la serie

| 8 de febrero de 2022
Llegó la hora de pelear con el Dios de los Pokémon.

Pokémon celebró en 2021 sus primeros 25 años de vida, por lo que los festejos alrededor de Pikachu y compañía se extendieron a través de títulos como New Pokémon Snap, canciones a cargo de Katy Perry y J Balvin y el esperado lanzamiento de los remakes de Diamante y Perla. Sin embargo, es con Pokémon Legends: Arceus que la celebración llega a su punto máximo, y la franquicia amarilla establece un nuevo parámetro para la forma en que podemos concebir sus videojuegos, apostando por una innovación completa para la serie y un paso adelante que, por primera vez en 25 años, se aleja de los lineamientos establecidos en la época del Game Boy.

The Pokémon Company

Legends: Arceus es un videojuego que se coloca dentro de la saga principal de la franquicia, pero que, desde la concepción de su lanzamiento, cambia drásticamente la forma en que podemos conectarnos con el mundo de los Pokémon. Afortunadamente, no se trata de un desvarío por parte de Game Freak, sino de una oportunidad de crecimiento, que logra mantener los puntos clave de la serie, ofreciendo un entorno único y novedoso. Así como Nintendo Switch le dio una oportunidad clave a The Legend of Zelda para reinventarse y actualizarse con Breath of the Wild, Legends: Arceus juega el mismo papel fundamental en el crecimiento de Pokémon… con los mismos errores y singularidades que su desarrolladora nos tiene acostumbrados.

Un Pokémon para gobernarlos a todos

Pokémon Legends: Arceus tiene lugar en la vasta región de Hisui, lugar en el que varias décadas después se asentará la región de Sinnoh que vimos por primera vez en Nintendo DS con Pokémon Diamond y Pokémon Pearl. Teniendo en cuenta la temporalidad, en Hisui la convivencia entre humanos y Pokémon dista mucho de la convivencia pacífica y encantadora que nos muestran los juegos anteriores. De hecho, lo primero que notamos es que la advertencia clásica de cualquier profesor Pokémon es una realidad, pues las criaturas salvajes de Hisui nos pueden atacar una vez que nos sumergimos en la “hierba alta”. Entender a estas criaturas no es cosa fácil, por lo que la mayoría de las personas guardan distancia de los Pokémon que rodean la única villa en la región.

The Pokémon Company / Nintendo

Justo en ese momento nuestro personaje hace aparición, a través de una grieta que rompe el espacio-tiempo, llegamos a Hisui desde un mundo que, suponemos, ocurre en la temporalidad actual de la serie, o sea al mismo tiempo que los remakes. Caídos del cielo, nos encontramos con el profesor Lavender, un investigador del Equipo Galaxia que se encarga de analizar y conocer a profundidad a los Pokémon salvajes. Su curiosidad lo lleva a invitarnos a Villa Jubileo, un pequeño poblado en donde los humanos conviven, pero sin muchos monstruos de bolsillo a la vista. Este será nuestro punto de partida para la aventura, pero, sobre todo, un lugar que nos ayuda a entender cómo funcionaba el mundo antes de la… “domesticación” de los Pokémon.

Villa Jubileo también es la base del Equipo Galaxia, una organización dedicada a la investigación de los Pokémon, dividida en diferentes rubros, pero con un objetivo bastante particular: crear la primera Pokédex de la historia. Acompañados por el profesor Lavender y sin importar nuestro misterioso origen, rápidamente nos vemos involucrados en los objetivos del Equipo Galaxia, lo que se traduce a las misiones clásicas de la serie: cumplir el sueño de nuestro superior, salir al mundo a capturar Pokémon y detener la catástrofe espacio-tiempo que amenaza con acabar con el mundo como lo conocemos.

Dentro de la historia principal la mayor diferencia en relación a los otros juegos de la serie es la desaparición de todo el aspecto competitivo de Pokémon. En Hisui no hay gimnasios, líderes o Elite Four, de hecho, tampoco hay muchos entrenadores y casi todas las batallas son contra criaturas salvajes. Por otro lado, es importante señalar que, dentro de la historia de este juego, la Pokébola fue creada poco tiempo atrás, por lo que la bella relación entre entrenadores y Pokémon no se ha desarrollado por completo y no existe como tal el concepto de “entrenador Pokémon”, así como ningún otro tipo de interacción como coordinadores, criadores u organizaciones criminales. Es esta nula relación entre humanos y Pokémon lo que nos deja un mundo completamente distinto al que conocemos, con situaciones que debemos descubrir, aclarar y presentar a toda una generación de personas.

The Pokémon Company / Nintendo

Por otro lado, nuestro nuevo alter ego en el mundo Pokémon tiene algunos cambios importantes dentro de la serie, siendo la interacción con los personajes la más relevante; o sea, ya podemos elegir entre un par de respuestas de forma más natural a lo que teníamos en los juegos anteriores y hay reacciones en tiempo real, puede no sonar como un gran avance… pero vaya que lo es. También el cast tiene interacciones más interesantes, las cuales superan los diálogos sin vida que son prácticamente instrucciones para misiones o aburridos tutoriales. Con sus respectivas limitantes, pero el guion de Legends: Arceus tiene una idea más similar a una historia del anime de Pokémon o un episodio especial, con situaciones más elaboradas y personajes que no están solo como indicadores del camino, sino como personas que de verdad creen en algo y lo defienden hasta que no pueden más. Sí, eso ya lo hacían los videojuegos desde el SNES (o mucho antes), pero Game Freak al fin ofrece un tratamiento más natural y emocionante.

Teniendo en cuenta que este nuevo formato de historia responde completamente a la mitología que la serie reveló en la cuarta generación, y al ambientarse al menos unos cien años antes de Diamante y Perla, terminamos encontrando un enorme conflicto religioso que puede sorprender a propios y extraños. Casi siempre ha habido una fe ciega por parte de los villanos para llevar a cabo sus planes de conquistar o inundar o destruir el mundo, pero aquí son los buenos quienes están obsesionados con sus dioses antiguos y con -casi- obligar a los demás a rendir tributo a su versión de dios. Debo admitir que muchas veces sentí que el discurso de los clanes Diamante y Perla era demasiado escandaloso, pero funciona para entender mejor el momento que se vive en Hisui y cómo se ha transformado la sociedad tras el desenlace de la historia.

The Pokémon Company / Nintendo

La mala noticia es que el final tiene un cierre anticlimático, apresurado e igual de ñoño que antes, tirando por la borda el desarrollo que habíamos visto durante las últimas 20 horas de juego. Por suerte, hay varias misiones secundarias que nos invitan a seguir con el control en las manos después de acabar la historia principal, ya sea que deseemos resolver el misterio de un niño y un Drifloon o que vayamos en la búsqueda del Dios Pokémon, aunque esto último es más un post game tradicional que otra cosa. A pesar de todo, Legends: Arceus es la historia más madura de la serie, e incluye una buena armonía con el gameplay. Hay mucho que afinar, pero va por buen camino.

¡Atrápalos a todos (otra vez)!

Dónde Legends: Arceus cambia radicalmente es en su sistema de juego… bueno, es la misma base, pero las intenciones y las mecánicas son, hasta cierto punto, muy distintas a las que estamos acostumbrados. La misión alrededor de crear la primera Pokédex es la que termina dictando el ritmo del juego, pues al buscar un entendimiento completo del mundo Pokémon debemos capturar a tantas criaturas como sea posible, y no basta con una o dos… ni siquiera con diez. Una vez que se nos acepta en la división de investigación y nos dan nuestra libreta-Pokédex llega la hora de salir al mundo a lanzar Pokébolas a todo lo que se mueva. Tras la primera captura de una especie, la Pokédex va a desplegar una lista de tareas que debemos cumplir en relación a dicho Pokémon.

Por ejemplo, en el caso de Bidoof hay que capturarlo unas 15 veces, derrotarlos otras 25, vencerlo con un ataque especial unas 10 veces y así sucesivamente. Esto aplica para todos y cada uno de los Pokémon que podemos encontrar en Hisui y entre más fuerte sea la criatura más complicado serán las misiones relacionadas en la Pokédex. Es importante cumplir con la Pokédex para avanzar en la historia, así como para subir de rango en el Equipo Galaxia y con ello tener mejores recompensas y la posibilidad de acompañarnos por criaturas cada vez más poderosas. Si bien esta es la misión principal de todo el juego, lo que encontramos a lo hora de jugar es una idea muy repetitiva y no tan bien lograda, sin duda pudo haber mejores opciones para adentrarnos a este mundo, pero la historia “justifica” esta peculiar situación.

Ahora, el mundo de Legends: Arceus no tiene mucho que ver con el de Breath of the Wild, más allá del estilo visual y algunas tomas que vimos en el tráiler. No estamos ante un mundo abierto que podamos visitar a voluntad, sino ante un mundo bastante grande dividido en diferentes secciones, muy similar a lo que nos presenta New Pokémon Snap. En cada sección encontramos diferentes Pokémon, algunos acertijos especiales, misiones secundarias y varios Pokémon Alfa, aquí la exploración es libre, pero después de un rato se llega a sentir un poco limitada y con poca variedad de criaturas salvajes. Teniendo en cuenta lo que nos “vendió” Game Freak en los avances, terminamos encontrando un mundo bastante pequeño, con barreras invisibles y poca variedad de criaturas; pareciera que las expansiones de Sword & Shield tienen más fauna salvaje que esta entrega.

Tanto los límites que tenemos para explorar, como la poca variedad de criaturas nos dejan ante una experiencia muy limitada. Sí, hubo muchas expectativas alrededor de Legends: Arceus que podrían parecer irreales, pero también existe un mínimo nivel de calidad que se debió de haber cumplido en esta entrega. Básicamente ha pasado lo mismo que con los ya mencionados Espada y Escudo, pues no parece que este sea un videojuego a la altura de la serie o del 25 aniversario de Pokémon. Liberar a los jugadores con una idea de exploración, pero entregar un mundo pequeño y sin vida es una acción totalmente contradictoria. Si bien podemos sentir que el juego nos entrega a través de Hisui lo que siempre estuvimos esperando, la cruel realidad es que justificamos muchos de sus errores por culpa de un cambio que tardó unos 10 años (cuando menos) en llegar.

The Pokémon Company / Nintendo

Regresando a nuestras justificaciones, Legends: Arceus es emocionante, divertido y con una vibra de espectacularidad que rasca en lo más profundo de nuestra nostalgia. No es exageración decir que es el juego que siempre soñamos, a pesar de todos sus detalles. Particularmente, la primera vez que pude jugar con la cámara y ver al protagonista, para después correr por la playa y capturar a los iniciales de Hisui fue un momento… mágico. Muchos de los jugadores de Pokémon llegamos al videojuego por culpa del anime, y este juego se parece a lo que llevamos más de 20 años viendo con Ash y compañía o, mejor dicho, lo que quisiéramos ver cuando un capítulo nos muestra a decenas de criaturas salvajes.

Usar el sigilo para lanzar una Pokébola desde la hierba alta, tirar bayas para atraer Pokémon o escapar de un Pokémon Alfa son cosas que nunca habíamos hecho y que se sienten perfectas para un videojuego de esta naturaleza. Sin usar la violencia y respetando mecánicas que van desde Pokémon Red & Green a Pokémon Go, Legends: Arceus logra presentar un juego convincente con el mundo Pokémon, su historia y personajes. Salir a capturar es repetitivo, pero divertido, y con una dinámica que invita a descubrir los pequeños detalles alrededor de las más de 200 criaturas disponibles. Además, el equilibrio que logra el juego para obligarnos a cumplir con la misión principal para poder avanzar entre los mitos de la región, la historia y la exploración es sublime. Puedo apostar a que para muchos jugadores, incluyéndome, será la primera Pokédex que quieran completar.

Si tuviéramos que tomar una referencia más actual para las mecánicas de Legends: Arceus, creo que Monster Hunter sería el ejemplo perfecto. De entrada, tenemos la lista de criaturas que debemos conseguir y poca información al respecto. Luego nos encontramos con una búsqueda a través del mapa, en donde la exploración nos brinda los objetos necesarios para la cacería. Y, al final, tenemos encuentros que se salen de las reglas tradicionales de la serie, pues los Pokémon salvajes de Hisui tienen niveles que casi siempre superan a la mejor bestia de nuestro equipo; al no existir entrenadores, gimnasios o una Liga Pokémon, el juego nos invita a pelear contra Pokémon salvajes que luchan mejor que muchos entrenadores. Al igual que Diamante y Perla, así como sus respectivos remakes, Legends: Arceus explota las debilidades del jugador a través de la tabla de tipos y nos pone en aprietos en más de una ocasión.

The Pokémon Company / Nintendo

Para combinar la exploración con los combates, Legends: Arceus nos coloca ante algunos jefes denominados como Pokémon Señoriales, los cuales protegen cada uno de los puntos clave del juego y se han salido de control por culpa de la brecha espacio-tiempo que se abrió en el cielo de Hisui. Enfrentar a estos Pokémon no es tan simple como ponernos a pelear, pues primero tendremos que pasar por una especie de acertijo en el que hay que esquivar ataques y calmar a la criatura con su comida favorita… y luego hay una pelea Pokémon. Más allá de que se ve bien la pelea y es un poco emocionante, esta idea se siente extraña y es poco interesante; podríamos decir que sirve como un “líder de gimnasio”, pero con menos dificultad y diversión. Después de vencer a estos jefes podemos acceder a las famosas monturas, que lo único que nos proveen son de un peculiar transporte para cielo, mar y tierra, pero sin grandes novedades; hubiera preferido usar a los Pokémon que voy capturando para dichas tareas.

Incluso en el post game hay un duelo que fácilmente lo podemos considerar como uno de los más difíciles de toda la serie, con un par de sorpresas que pocos podrán superar a la primera. Mientras que los Pokémon Alfa, que sin duda recuerdan a los Guardianes y Centaleones de Breath of the Wild, ofrecen un reto tan satisfactorio que no importa que lo derrotemos o que gastemos decenas de Pokébolas, pues es lo que siempre hemos querido ver en los juegos tradicionales: bestias que no quieran ser controladas y que hacen todo lo posible por derrotarnos… incluso atacar directamente a los entrenadores. Después de un tiempo se vuelve más sencillo lidiar con los Alfa, pero durante las primeras 10 o 15 horas el reto es encantador.

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Tan diferente es la vida en Hisui que muchas cosas han cambiado respecto a lo que conocemos de los juegos tradicionales. Por ejemplo, si perdemos a todos nuestros Pokémon en batalla no termina la partida y podemos regresar a un campamento para curar a nuestros compañeros o usar objetos para revivirlos. Sin embargo, si nosotros somos derrotados por un Pokémon salvaje el juego nos llevará al campamento más cercano para recuperarnos por completo. Por otro lado, no existen los Centros Pokémon, así que debemos llevar lo necesario en nuestra bolsa para recuperarnos de una batalla; esta misma bolsa tiene espacio limitado, así que debes cuidar que llevar, más o menos como pasa en The Witcher. Tampoco tenemos cajas del PC y el corral donde nos guardan a los Pokémon hay que administrarlo con cuidado.  Eso sí, podemos usar los objetos que encontramos en el mapa para crear nuestras Pokébolas, Pociones u otras cosas que nos sirvan en el viaje, todo a través de menús e ideas que son imitadas de Breath of the Wild.

Me parece que lo último importante que debemos mencionar respecto a la exploración son unas pequeñas zonas que aparecen al azar dentro del mapa llamadas Distorsiones Espacio Temporales. Estos lugares son el pretexto perfecto para encontrar Pokémon que no pertenecen a la temporalidad del juego como Porygon y sus evoluciones o Sylveon, la evolución de Eevee del tipo Hada. Además, las criaturas en este espacio nos pueden atacar en grupos de 3 y el nivel que presentan es considerablemente más elevado que el de las criaturas salvajes. Tanto por la variedad de criaturas, como por el reto de encontrar los espacios y enfrentar a los Pokémon, es una gran sorpresa cuando llegamos a estas zonas especiales.

Dejando un poco de lado la forma en que Pokémon se desempeña en su mundo salvaje, cuando nos ponemos a observar el crecimiento de nuestras criaturas y pensamos en esta entrega en términos más tradicionales… bueno, nos encontramos con una increíble sorpresa. A diferencia de los Pokémon salvajes, las capturas y la mitología, que responden directamente a la historia del juego, Game Freak decidió poner manos a la obra sobre elementos de nicho que afectan directamente la crianza y desarrollo de los Pokémon. Por ejemplo, ya podemos editar, en el momento que deseemos, los ataques de nuestros compañeros; sin la necesidad de objetos especiales o de encontrarnos con un NPC en particular. Vaya, incluso podemos movernos entre ataques olvidados y nuevos, para probar las combinaciones que deseemos; hasta tenemos un NPC, accesible después de un par de horas, que nos ayuda a entrenar, librar combates especiales, así como aprender y perfeccionar ataques.

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Además de los ataques, Legends: Arceus apuesta por simplificar uno de los puntos clave del competitivo tradicional: los puntos de esfuerzo. Estos puntos se conseguían a través de batallas Pokémon o por medio de vitaminas (súper caras), pero en Hisui basta con encontrar objetos especiales como Polvo Esfuerzo o Grava Esfuerzo. Podría parecer difícil, pero muchas veces el vencer o capturar Pokémon salvajes nos permite encontrar estos objetos y solo debemos usarlo en un Pokémon para incrementar estos puntos de desarrolo. Desde Sun & Moon Game Freak ha intentado hacer más ameno este apartado de la crianza y el competitivo, pero es hasta Arceus que se siente como algo para todos, con la posibilidad de llegar a niveles más accesibles, sin perder hoooooras en desarrollar un equipo perfecto.

Por otro lado, dentro de los ataques de los Pokémon tenemos dos nuevas opciones: Estilo Fuerte y Estilo Rápido, ambos funcionan como la característica especial de esta entrega, más o menos como en su momento pasó con la Mega Evolución o el Gigamax, pero con menos espectacularidad. Con el primero tenemos ataques más fuertes y con el segundo podemos tener prioridad al atacar y hasta dobletear turno, ambos casos consumen el doble de PP, y no hay límite de uso en batallas. Al no haber muchos entrenadores ni competitivo, es poco probable que este par de estilos se mantengan en la serie, pero al menos consiguen inyectar un poco de profundidad y estrategia al combate. Salvo la dificultad de las criaturas salvajes y algunos entrenadores, no hay un gran cambio en el combate respecto a juegos anteriores y se conserva todo lo que sabemos: desde la posición de los menús, el uso de objetos en batalla y la tabla de tipos. Eso sí, las animaciones se ven increíbles y por fin podemos ver el tamaño de ciertas criaturas en comparación de otras, incluso con marcadas diferencias entre bestias de la misma especie.

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Importante señalar que, a pesar de ser un juego de la línea principal y de sus implementaciones, Pokémon: Legends Arceus no tiene nada que ver con el competitivo, por lo que dicho apartado se mantiene con Pokémon Sword y Pokémon Shield. Eso sí, en algún momento podremos pasar criaturas de Hisui a la nube con Pokémon Home y quizá algunas puedan llegar a Galar. Dentro de esta misma línea, Legends: Arceus es muy limitado respecto a sus opciones en línea, así que no esperes grandes novedades más allá de los Regalos Misteriosos. Incluso, y para facilitar las cosas, hay un objeto en el juego que te permite evolucionar criaturas que antes solo podían cambiar a través del intercambio. Debo admitir que hubiera amado tener peleas en línea con los visuales de Hisui, pero ya será para la próxima.

A pesar de todas las veces que se menciona a Breath of the Wild en esta reseña, me parece que Legends: Arceus tiene una idea más similar a Ocarina of Time. O sea, nos encontramos ante un mundo extraño, llegamos a un aldea de la que no somos originarios y debemos seguir ciegamente las ordenes de un anciano un tanto gruñón. Además, la dinámica del juego nos hace coleccionar cierta cantidad de objetos para conseguir el favor del ser más poderoso de algunos lugares, al mismo tiempo que vamos armando todo un equipo de colaboradores con cada lugar que visitamos. Al final del día, Pokémon se volvió Zelda, pero no logra comparase del todo con las obras (maestras) de Eiji Aonuma.

Los gráficos sí importan

A nivel técnico es donde encontramos muchísimos problemas en Pokémon Legends: Arceus. Claramente el nivel gráfico está al nivel de GameCube o PlayStation 2, pero eso no es lo verdaderamente preocupante; bien podría haber sido un juego con el motor de Pokémon Colosseum, consistente en todo lo que puede ofrecer… pero no. Lo que encontramos es una combinación de texturas de PS2 con los diseños en HD de los Pokémon de X & Y, y animaciones que parecen de Wii…. una combinación que decepciona y nos obliga a justificar, nuevamente, los errores y la mediocridad a través de la nostalgia. Explorar Hisui con el eterno popping y visuales de hace dos generaciones es lamentable, y por momentos puede hacernos olvidar lo mágico que resulta la experiencia.

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Decir que los gráficos no importan es absurdo, pues Legends: Arceus opta por un estilo visual con cel shading para disfrazar sus carencias, pero sin conseguir mantener la calidad entre personajes, escenarios y criaturas. Mientras que los Pokémon lucen bien, su hábitat es lamentable, y en ocasiones podemos encontrar errores tan absurdos como criaturas atrapadas en árboles o un desvanecimiento a la hora de entrar en batalla que parece más un error que una decisión de diseño. No deberíamos de haber recibido algo menor a lo que ya había hecho Breath of the Wild (con todo y sus errores) en cuestiones técnicas, y aún así estamos hablando de una calidad mínima de 2017. Game Freak deja en claro, una vez más, que la dirección artística en los mundos 3D les está costando un enorme trabajo, quedando muy por debajo de las ideas que tuvieron durante las pasadas 7 generaciones de la serie.

Otro punto negativo a destacar es la falta de voces en las cinemáticas, en pleno 2022 es absurdo que Pokémon no de el salto que ya dio Zelda, sobre todo cuando el apartado de historia ha cobrado tanta relevancia. Para nuestra región sigue faltando la adaptación de subtítulos en español latino, pues algunas frases parecen tener doble sentido o palabras que nunca se usan en México o América Latina. Por suerte, tanto la ambientación, como los efectos de los Pokémon y la banda sonora logran mantenerse al nivel de la serie. Puede que ya sea cosa mía, pero la música tiene una clara influencia en el último Zelda, pero con el sentimiento ideal para una aventura en el mundo Pokémon. Por otro lado, se agradecen muchísimo el que se hayan tomado varios de los sonidos clásicos de los juegos de DS para esta entrega, sobre todo en lo relacionado a Arceus y las Pokémonturas.

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Sabemos que Switch no es la consola más poderosa de la industria, pero la hemos visto ejecutar con buena destreza títulos como Monster Hunter Rise, Dragon Quest XI, The Witcher 3 y el propio Breath of the Wild. Justificar el mediocre desempeño técnico de Legends: Arceus por culpa del hardware es absurdo. Game Freak debería trabajar este apartado en favor de su próxima entrega, pero sabemos que es una desarrolladora que juega con sus propias reglas, por lo que así como Legends: Arceus parece una revolución, su siguiente lanzamiento podría regresar a un estilo más clásico y tradicional o apostar por algo totalmente nuevo. Por lo menos, Legends: Arceus se ve y se juega bien en modo portátil, sobre todo en una Switch OLED, pero puede y debe verse mejor en una televisión.

Lo bueno
  • Se siente como un gran cambio a pesar de todo
  • Intenta un estilo visual diferente y atractivo
  • Buenas mecánicas para la exploración y la captura de Pokémon
  • Historia emocionante con referencias a los juegos de Diamante y Perla 
  • Sí es el videojuego que siempre soñamos
Lo malo
  • Mediocre nivel gráfico y varios errores técnicos
  • Sin voces en la historia
  • Demasiado fanatismo por el Gran Sinnoh
  • Misión principal repetitiva
  • Pocas criaturas y un “mundo abierto” poco interesante
Veredicto

Pokémon Legends: Arceus es una revolución para Pokémon, pero únicamente desde el punto de vista de un jugador que lleva 25 años siguiendo a Pikachu y compañía. Para el resto del mundo, Pokémon solo ha llegado tarde a la fiesta (igual que Breath of the Wild en 2017). Estamos muy lejos de una obra maestra o del mejor videojuego de la serie, pero vaya que es una sorpresa encontrarnos con un cambio tan rádical cuando en las últimas dos décadas lo único que vimos eran batallas estáticas y Pokémon cada vez más extraños y poderosos.

Game Freak sigue jugando a la segura, sin aportar grandes cambios a la fórmula, pero manteniendo toda la esencia que ha convertido a Pokémon en una franquicia millonaria. Sin embargo, el cambio de escenario nos hace soñar con grandes cosas, esperando que los desarrolladores no quieran regresar a lo básico y confirmen que la apuesta al futuro es mucho más que una solución rápida para recuperar la confianza de los fans. Legends: Arceus brinda una nueva esperanza para la fiebre amarilla, y deja en claro que nuestra nostalgia puede aceptar cualquier cosa que incluya un Pikachu. Solo el tiempo no dirá que tan bien nos trata Game Freak y Pokémon, por ahora nos han dado un golpe tan efectivo como en 1996 (o 1998 en México).

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