Durante muchos años se ha acusado a George Lucas de fusilarse el cómic Valérian para crear Star Wars. Esto se debe a las extraordinarias similitudes que existen entre la película de 1977 y el cómic creado por el guionista Pierre Christin y el dibujante Jean-Claude Mézières (con la invaluable ayuda de la colorista Évelyne Tranlé).
Pero, ¿qué tanto de esto es verdad? Vayamos por partes.
Valérian conoce a Laureline
El 9 de noviembre de 1967, la mítica revista francesa Pilote publicó la primera aventura de Valérian: Agente Espacio-temporal (Valérian, Agent Spatio-temporel, en francés). Y con esto, se inauguró todo un nuevo capítulo en la historia de la ciencia ficción. En aquellos tiempos, los cómics de ciencia ficción no eran tan bastos ni tan populares en Europa como lo serían en las décadas posteriores.
El protagonista de esta historia es Valerian, un agente del orden en Galaxity, capital del imperio humano que ya domina todo el cosmos. Valerian tiene un trabajo: corregir los conflictos que amenacen a la continuidad espacio-tiempo. Así, en el primer número Valerian conoce a Laureline, una chica convertida en unicornio que vive en el siglo XI.

Valérian y Laureline, novios y compañeros de aventuras a través del universo.
Aunque al inicio es sólo una compañera, con el tiempo Laureline cobra igual importancia en la historia. Así, juntos tienen aventuras en lugares y tiempos tan disímiles entre sí como sus nombres: la Ciudad de los Mil Planetas, Alofol, Point Central, y otros más. En total, el cómic tiene 30 aventuras publicadas en 22 álbumes y un número especial.
Valérian y Laureline (Valerian et Laureline, en francés) es una de las series más antiguas y conocidas de la historieta franco-belga. Y eso no es poca cosa.
Y llegó Star Wars
En 1977, cuando se estrenó Star Wars, el cómic de Valérian y Laureline tenía ya una década publicándose. Habían creado mundos tan grandes y coloridos que no enamorarse de ellos resultaba imposible. Incluso Will Eisner reconoció el trabajo de Mézières y Christin como una de las “mayores influencias que el cine estadounidense ha tenido en la ciencia ficción”.
En el primer tomo recopilatorio de Valérian y Laureline, el escritor Stan Barets cuenta que la primera vez que vio Star Wars: A New Hope lo hizo junto a Mézières en el Festival Internacional de Ciencia Ficción de Metz, Francia. Al terminar la proyección, cuenta el escritor, Mézières se le acercó y le dijo riendo: “Parece que es una adaptación al cine del Valérian”. Y en cierto sentido tenía mucha razón.
En una entrevista para el sitio Europe Comics, Pierre Christin recordó que no sintió enojo cuando vio Star Wars por primera vez:
“Yo estaba muy emocionado (por verla). Vi la película en uno de los cines locales del barrio parisino de Montparnasse, donde vivo. Star Wars era la película de ciencia ficción que había estado esperando ver. Además de algunas excepciones, las otras películas del género eran, en el mejor de los casos, mediocres, particularmente cuando se trataba de los efectos visuales. Inmediatamente me sentí conectado con Star Wars debido a la cantidad de intersecciones y paralelos con nuestras historietas”.
Parecido, demasiado parecido
El parecido entre entre Star Wars y Valérian siempre han sido un secreto a voces. Y aunque las referencias son contadas, lo cierto es que parecen muy obvias.
La leyenda dice que George Lucas tomó los diseños de grandes artistas gran Ralph McQuarrie y con la inspiración de “una hamburguesa mordida” creó el famoso Halcón Milenario. Sin embargo, es imposible ver la astronave XB 982 de Valérian y no encontrar grandes similitudes con la mítica nave de Han Solo.

La astronave XB 982 de Valérian junto al Halcón Milenario de Star Wars.
El siniestro casco y el rostro desfigurado de Los Iluminados que aparecen en El Imperio de los Mil Planetas también es parecido al Darth Vader creado por Ralph McQuarrie, uno de los principales artistas que trabajó en el diseño de personajes, escenarios y vehículos de Star Wars. Además, el líder de Los Iluminados es igualmente un personaje que se ve corrompido por una fuerza oscura del universo que busca redención.
Es también en El Imperio de los mil Planetas donde la Astronave XB 982 aterriza en un asteroide muy similar al que sirve de escenario para el Halcón Milenario en El Imperio Contraataca, esa roca en la que los héroes de Star Wars terminan en las entrañas de un gusano gigante. Eso, claro, sin mencionar el parecido entre ambos títulos.

Batalla final en El Imperio de los Mil Planetas.
El editor de cómics Kim Thompson al paso de los años uno de los rumores más difundidos en esta historia es que los diseñadores franceses que fueron contratados por la producción de La Guerra de las Galaxias “habían conservado una buena colección de álbumes de Valérian“.
“George Lucas había creado mundos complejos, tal como lo habíamos hecho nosotros. Como nosotros, él había organizado el funcionamiento de las sociedades desde adentro, aunque Star Wars se centró quizás un poco más en la lucha entre el bien y el mal. En este sentido, Valérian era más europeo, más intelectual. Por mi parte, esto proviene de mi fascinación por las novelas de ciencia ficción de autores como Isaac Asimov y Ray Bradbury. Estoy seguro de que George Lucas también ha leído a Asimov. Así es como funciona en ciencia ficción: se trata de copiarse unos a otros. O, en otros términos: tomas prestado algo de otra persona y lo desarrollas más. En cualquier caso, Star Wars fue una gran sorpresa positiva para mí. Me encantaron los personajes”, contó Christin sobre las primeras impresiones que le produjo el trabajo de Lucas.
En una entrevista que otorgó a la revista Wired en 2016, la diseñadora de vestuario de El Retorno del Jedi (1983), Aggie Guerard Rodgers, dijo que se había inspirado en el trabajo del artista Frank Frazetta para crear el traje de esclava que usa Leia cuando es capturada por Jabba The Hutt. Sin embargo el clásico traje es más cercano al atuendo de “esclava” que tiene Laureline en El País Sin Estrellas (1972), e incluso las circunstancias por las que ambas se encuentran en esa situación son similares.

Laureline y Leia, dos de las heroínas más importantes de la ciencia ficción iban con la misma modista.
Además, muchas de las escenas de acción del Pozo de Carkoon en el El Retorno del Jedi, paeacen haber sido calcadas de la pelea aérea en las dunas de El País sin Estrella.

Laureline no necesita quien la salve.
Otra de las similitudes más notables se puede ver cuando Han Solo es encerrado en carbonita al final de El Imperio Contraataca, una situación a la que Valérian tuvo que enfrentarse al ser aprisionado en un bloque transparente durante El Imperio de los Mil Planetas.
Otro elemento que Lucas (o su gente) parece haber tomado prestado de Christin y Mézières es la idea de Bespin, la “ciudad nube” que comanda Lando. A esto también hay que sumarle el ejército de clones que, si bien no apareció hasta las precuelas de Star Wars, sí se menciona en la trilogía original de la saga. En Valérian, el ejército clónico debutó en 1977, en la historia Mundos Ficticios.
No solo los clones fueron retomados posteriormente por el equipo de Lucas. Se dice que Doug Chiang, el diseñador principal de George Lucas en The Phantom Menace, tenía en los estantes de su biblioteca prominentemente los álbumes de Valérian. Así que no es descabellado pensar que el personaje de Watto este inspirado en la raza de los Shingouz… ¡Además son igualitos!
Durante la década de los ochenta, los franceses estaban convencidos de que Lucas se había robado Valérian. En estados Unidos poco se sabía de esto, porque el cómic europeo no era tan bien recibido.
“Las pocas personas en los Estados Unidos que conocen bastante bien los cómics franceses son los directores de arte y los artistas de guiones gráficos de Hollywood. Puede que no sean capaces de leer las revistas, pero todavía las hojean de vez en cuando en busca de ideas. Eso es lo que me han contado los cineastas franceses que han estado en Hollywood: han visto montones de cómics franceses en los departamentos creativos de varios estudios cinematográficos”, reveló Pierre Christin.
Al final ni las gracias dio
Cuando George Lucas habla de las obras que influyeron en el joven George Lucas para crear Star Wars, siempre se cita el cine de Akira Kurosawa, Dune de Frank Herbert, Flash Gordon o 2001: A Space Odissey. De los cómics que leía no se habla mucho (aunque Jack Kirby sostenía que Lucas se había inspirado en su trabajo para crear a Darth Vader o el concepto de la Fuerza) y menos de una obra como Valérian, que hasta antes de la película de Luc Besson era prácticamente desconocida en América.
El manantial del que Lucas bebió para crear su universo es vasto, y sin duda la obra de Pierre Christin y Jean-Claude Mézières fluía en ese río. Aunque eso no lo ha reconocido –ni reconocerá– nunca el propio director.
“Lucas podría habernos contactado, incluso para decir ‘merci’, como un gesto educado, algún tipo de reconocimiento. Pero así es como son los estadounidenses en Hollywood. A la mayoría de ellos no les molesta lo que otros artistas hicieron en otras partes del mundo. No dudan en ayudarse a sí mismos. Esto se aplica a muchos cineastas en los Estados Unidos”, dijo Pierre Christin en una entrevista.

La princesa Leia, Luke Skywalker, Valérian y Laureline reunidos en una cantina.
En 1983 a razón de un artículo sobre cómic y cine publicado en la revista Pilote, Mézières realizó un dibujo en el que se puede ver conviviendo en una cantina a La princesa Leia, Luke Skywalker, Valérian y Laureline.
“¡Que divertido encontrarnos aquí!”, dice animosa la princesa Leia Organa; “Venimos aquí desde hace mucho” contesta divertida Laureline. Sin duda es la forma en la que Mézières le responde al mundo “Vale, sabemos que nos copiaron la idea, nos dimos cuenta pero no pasa nada”, pero la verdad es que sí pasa, y mucho.
Valérian y Laureline es una de las piedras angulares de la Ciencia Ficción, le pese a quien le pese, y defenderemos ese hecho ante cualquier fanaticada que quiera demostrar lo contrario.