Una encuesta reveló que para algunos el gusto por la robótica podría ir más allá de lo meramente tecnológico.
Si algo nos ha enseñado la ciencia ficción, es que algún día el implacable avance tecnológico provocará que muchas de las capacidades humanas sean reemplazadas por la automatización de las máquinas. Y esto no sólo se refiere a asuntos de trabajo físico o intelectual, sino a aspectos más “personales” de nuestra sociedad.
Prueba de ello es la percepción que se tiene de los robots en Reino Unido, donde una encuesta reciente reveló el temor de muchos ciudadanos ante la posibilidad de perder su trabajo a manos de un robot, así como de la amenaza que para algunos representa el progreso desmedido de la inteligencia artificial (pregúntenle a Stephen Hawking). Sin embargo, la investigación también tuvo como resultado una estadística inesperada: una de cada seis personas consideran posible la idea de tener sexo con un robot.
En Blade Runner (1982) se muestra la relación entre Rick Deckard y Rachael, una replicante (androide)
De las 2,000 personas encuestadas, el 16% dijo que podría tener relaciones sexuales con un robot, el 29% señaló no tener problemas con que las máquinas fueran utilizadas de esa forma, mientras que el 41% consideró incómoda la idea, y otro 14% se opuso a que los robots cumplieran funciones relacionadas con el sexo. Eso sí, es necesario aclarar que el sondeo fue realizado con motivo del estreno en Reino Unido de Almost Human, la serie de ciencia ficción de J.J. Abrams, así que sus resultados deben tomarse con reserva.
Aunque todavía estamos lejos de que la tecnología pueda sustituir a la calidez humana (si saben a lo que me refiero), lo cierto es que una tercera parte de los encuestados manifestó una preocupación latente: la sustitución de la fuerza laboral humana por entes robóticos. Martin Smith, profesor de la Universidad de Middlesex en Londres y supervisor de la investigación, cree que no tenemos de qué preocuparnos… al menos por ahora.
“A pesar de que muchos temen que su trabajo será tomado por máquinas, es más probable que los robots sean utilizados como asistentes. (…) La fuerza laboral del futuro podría tener el beneficio de evitar tareas peligrosas y repetitivas en lugar de sufrir despidos masivos”, señala Smith.
Esperemos, por nuestro propio bien, que el profesor Smith tenga razón. Por lo pronto, los fabricantes de robots ya pueden agregar otro mercado a su industria: el de los juguetes sexuales.