Así es como la sombra de Donald Trump empieza a ejercer presión sobre la industria automovilística.
Al parecer Mark Fields, CEO de Ford, ha decidido darle un voto de confianza al presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump. La empresa creada por Henry Ford en 1903 anunció a CNN que cancelará la construcción de su planta en México y mejor invertirá en sus instalaciones de Flat Rock, Michigan. Esto es una muestra de de la política de economía cerrada que Trump planteaba en su campaña, donde invitaba a las empresas norteamericanas a fabricar sus productos dentro de su país.
Ford iba a invertir 1,600 millones de dólares para su nueva planta en suelo mexicano e iba generar cerca de 2,800 empleos. Pero luego de que, durante su campaña Donald Trump amenazara a General Motors con imponer un impuesto del 35% a los coches fabricados en México y vendidos en Estados Unidos, Ford revocó sus planes y se quedará en Michigan construyendo coches eléctricos y autónomos.
Cabe señalar que además hace unas horas Donald Trump reiteró sus intenciones y amenazó nuevamente a General Motors a través de su cuenta de Twitter: “¡General Motors está enviando su modelo hecho en México del Chevy Cruze a Estados Unidos sin pagar impuestos. Que los construya en Estados Unidos o pagará impuestos fronterizos muy elevados!”.
General Motors is sending Mexican made model of Chevy Cruze to U.S. car dealers-tax free across border. Make in U.S.A.or pay big border tax!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 3, 2017
A lo que la compañía ha contestado en un comunicado:
“Todos los sedan Chevrolet Cruze vendidos en Estados Unidos se montan en la planta de GM en Lordstown, Ohio. GM fabrica los hatchback Chevrolet Cruze para los mercados internacionales en México, muy pocos de ellos se venden en Estados Unidos.”
Aún así, esta es la primera muestra cabal de lo que las políticas imperialistas de intolerancia generan, me atrevo a decir, incluso que desde los términos utilizados como “un gran impuesto fronterizo”, reafirma la necesidad de demostrar la “supremacía” norteamericana. Basta con saber que las acciones de Ford se elevaron un 3% tras el anuncio y que el dólar subió hasta los 20.9 pesos.