Seguramente, pocas veces nos hemos preguntado, y eso ya dice mucho de nosotros, qué le sucede al cuerpo de las astronautas cuando tienen su periodo menstrual en el espacio exterior. La pregunta es pertinente porque siempre pensamos en conjunto: ¿qué comen los astronautas?, ¿cómo defecan los astronautas?, ¿cómo orinan los astronautas? Y casi siempre, no lo podemos negar, tenemos la imagen de un hombre en la cabeza, obviando que hay muchas mujeres astronautas.
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Me gustaría retomar un artículo de National Geographic sobre el mismo tema que cuenta como los científicos de la NASA estudiaron los tampones de Sally Ride, la primera mujer estadounidense en viajar al espacio, antes de su viaje. Los investigadores pesaron y examinaron el artículo de higiene femenina, para que no despidiesen ningún olor fuerte en una cápsula de espacio confinado, y también consideraron cuantos tampones podría utilizar Ride.
Lo más interesante de la anécdota es que los ingenieros empaquetaron los tampones y les pusieron unos cordeles conectados para que no se alejasen flotando. Lo que trata de explicar el artículo es que la NASA se las vio negras cuando el tema apareció frente a sus ojos, ya que nunca antes lo habían considerado. Una de las preguntas que más asolaba a los expertos era si la sangre del cuerpo de una mujer en un entorno gravitacional saldría o no.
Al final, los científicos tuvieron que hacer pruebas y descubrieron que el útero está diseñado para la expulsión de fluidos con o sin gravedad. Pero también descubrieron que los cólicos son igual de molestos tanto en el espacio como en la Tierra. Y a continuación es donde se abre el debate.
Los científicos han planteado la posibilidad de que las astronautas retrasen su periodo o bloqueen su menstruación a través de métodos anticonceptivos orales. También se sugiere el uso de anticoncepetivos o dispositivos intrauterinos, pero todo parece indicar que la píldora es la opción por la que más se inclinan las astronautas. Y es que la NASA tiene otro problema: los sistemas para desalojar fluidos en la Estación Espacial Internacional no fueron diseñados para que la sangre menstrual corriera con el agua. Es decir, los “brillantes” científicos no tomaron en cuanta a las mujeres para diseñar los dispositivos espaciales, por eso las astronautas prefieren cortar su ciclo menstrual hasta que vuelven a la Tierra.
¿Qué opinas de estas medidas? Para conocer más de los problemas, mitos, tabúes, retos y demás situaciones a las que se deben enfrentar las mujeres por el solo hecho de estar en su días, no te pierdas el espacio Menstrualidad.