Esta noche será histórica. La NASA lanzará uno de sus proyectos más ambiciosos: la Sonda Solar Parker viajará rumbo al Sol y llegará más cerca como nunca antes un objeto fabricado por la humanidad. Su misión es responder, entre otras preguntas, por qué la superficie de la estrella que nos rige arde a 6 mil grados mientras su atmósfera está a más de 1 millón; contrario a lo que sucede con otras fuentes de calor.
La sonda pesa 65 kilos y tiene 3 metros de altura, y su despegue se realizará desde el Kennedy Space Center en Florida, Estados Unidos, a las 3:33 am (hora local) del sábado 11 de agosto. El plan es que, una vez que salga de la Tierra, se dirija hacia Venus para perder un poco de velocidad y se pueda dirigir su órbita hacia el Sol. Hará esto 7 veces antes de alcanzar una órbita estable que lo lleve a 6 millones de kilómetros de la estrella: un 95% de la distancia que hay entre nuestro planeta y el Sol.
Durante su viaje, la sonda Parker alcanzará una velocidad de 700 mil kilómetros por hora, convirtiéndose así en el vehículo más veloz desarrollado por la humanidad. Esta velocidad le permitiría, por ejemplo, viajar de Nueva York a Tokio en un minuto.
Será hasta el 2025 cuando la nave alcance su punto más cercano al Sol y pueda reunir la información necesaria para completar la misión. En total, la sonda Parker orbitará 24 veces alrededor del astro rey, y una inteligencia artificial viajará a bordo de la sonda para corregir los problemas que puedan surgir.
¿Cómo es que estando tan cerca del Sol la sonda no se derretirá? La respuesta parece broma, pero no lo es. Parker tiene integrada una “sombrilla” fabricada con el material más resiste jamás creado. Sí, lleva su propia sombra integrada. Como el Sol genera un calor sin humedad (calor seco), basta que algo se interponga con él para que todo esté bien. La sombrilla puede disminuir la temperatura de los instrumentos de los 2 mil 500 grados Fahrenheit a 85.
La misión recibe su nombre por Eugene Parker, quien en los años 50 del siglo pasado teorizó sobre la existencia del viento solar y otras formas de energía que emiten las estrellas. El investigador estuvo en varias etapas de la construcción de la sonda y estará presente en el despegue.
La misión está programada para durar siete años, después de lo cual se espera que el combustible utilizado para corregir la órbita y la orientación de la nave se agote. En ese punto, continuará tanto tiempo como sea posible antes de que la deriva haga que se separe o forme parte del Sol.