Un grupo de paleontólogos internacionales acaban de hacer público el hallazgo de un Ictiosaurio que podría ser el primer reptil que podía vivir en tierra y agua sin problemas.
La historia de la evolución de las especies podría estar ante un hito con el descubrimiento de un reptil prehistórico que, de acuerdo con un equipo de paleotólogos dirigidos por Ryousike Motani, es probablemente el primer anfibio que existió. El fósil descubierto en Anhui, China, forma parte de los restos de un Ictiosaurio, una especie de reptiles marinos que podían medir hasta 20 metros cuya forma es muy similar a la de los delfines actuales. La mayoría de los ictosaurios conocidos vivieron hace 250 millones de años, siendo contemporáneos de los dinosaurios del periodo Jurásico. Algunas teorías sobre el origen de estos animales sugerían que los ictosaurios eran reptiles terrestres que evolucionaron hasta convertirse en seres acuáticos, pero esta idea nunca se había comprobado.
Finalmente, esta semana se dio a conocer que se descubrieron pruebas de la existencia de un ictiosaurio anfibio en China que vivió hace 248 millones de años. La nueva especie, que es considerado el eslabón perdido de los ictiosaurios, ha sido bautizada como Cartorhynchus lenticarpus. De acuerdo con los investigadores, esta especie se adaptó a vivir en dos mundos hasta que su descendencia se fue volviendo cada vez más marina, cambiando sus patas por aletas y finalmente convertirse completamente en seres marinos.
El fósil hallado en China, contaba con un minúsculo tamaño para su especie, sólo medio metro, tenía un hocico corto, diferente al de la mayoría de los ictiosaurios conocidos, además presentaba unas especies de aletas largas y flexibles, similares a las de las focas, que le permitían moverse en tierra firme. También era poseedor de unas fuertes y flexibles articulaciones en la zona de la muñeca, que le permitían emerger del mar a la tierra, así como era dueño de unos huesos más gruesos de lo normal.
Motani piensa que el descubrimiento del Cartorhynchus lenticarpus puede servir para algo más que conocer más certeramente la historia de la evolución de los ictiosaurios, debido a que sostiene que el hallazgo puede ayudar a conocer cómo las poblaciones se recuperan tras una extinción masiva. Debido a que la nueva especie vivió solo cuatro millones de años después de la extinción masiva de especies que ocurrió hace 252 millones de años. Por tanto, este reptil anfibio debió de surgir durante la recuperación de especies posterior a la gran extinción.