Para suerte de muchos fue cancelada, pero en su momento Dragon Ball Evolution era un proyecto entero para adaptar el universo del anime de Akira Toriyama en Hollywood. Estos eran los planes para su secuela, que seguramente habría sido igual de desastrosa.
La primera película de Dragon Ball Evolution toma lugar en un tiempo medio futurista, tal como sucede en el anime y manga original. Sin embargo, aquí Goku es un adolescente en la prepa que vive como si todavía fuera 1892. Esta primera película adaptó de una forma un tanto extraña el arco del Rey Demonio, Piccolo Daimao, también conocido en México como Píkoro Daimacú.
La segunda parte de esta franquicia, en palabras de su protagonista, seguiría la historia inmediatamente después de que el rey demonio es derrotado y para ser “fieles” con el material original, este regresaría más joven, como el Picolo que se hace amigo de Goku.

Dragon Ball Evolution fue una estafa para todos los que tuvieron el valor de pagar por verla | Fuente: Fox
Asimismo, la siguiente parte de la franquicia comenzaría los viajes a otros planetas, con lo que seguramente ya comenzaríamos a ver la saga de Freezer, pues el primer viaje interplanetario que realizan los Guerreros Z es a Namek, el planeta de origen del rey demonio y de Kami-sama, el encargado de dar vida a las esferas del dragón de la Tierra.
Sin embargo, es desconocido cómo iban a adaptar esto de manera más concreta, pues introducir el viaje interplanetario y a Freezer como enemigo, también implicaba introducir a nuevos saiyajines y demás cosas que, como vimos en la primera cinta, nunca fueron de importancia para los creadores de esta basura cinematográfica.
Pero como dios aprieta pero no ahorca, esta franquicia no fue apoyada para el futuro y la recepción negativa no tuvo nada que ver con ello, sino sencillamente que no despertó ningún tipo de atención mayoritaria y su recaudación de ingresos fue sumamente baja.

Si hacen una secuela sobre saiyajins al menos que estén Chris Rock y The Rock | Fuente: Reddit
Por otro lado, Akira Toriyama siempre les dejó claro a los directores de la cinta que lo que estaban haciendo no tenía sentido alguno e incluso, como autor y dueño de la licencia con la que estaban haciendo la película, les dio consejos de cómo mejorar lo que estaban haciendo, pero claro ¿qué va a saber el autor de su propia obra, verdad?
En sus propias palabras:
“El script de la adaptación live action de Dragon Ball que hizo Hollywood, tenía muy poco conocimiento del mundo (de Dragon Ball) y sus características, y encima de eso, tenía un contenido convencional que no pude encontrar interesante. Así que les advertí y sugerí cambios pero, a pesar de eso, parecía que tenían una extraña confianza, porque nunca me escucharon. El resultado final no es algo que yo pudiera llamar un Dragon Ball que estuviera en mis expectativas“
A pesar de todo, la película se llevó a cabo y tuvo resultados desastrosos y comenzó una nueva era de películas adaptadas de anime y manga malísimas en Hollywood, que después se verían representadas por Ghost In The Shell, con Scarlett Johansson, o la Death Note de Netflix.
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