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Reseña – Babylon, el circo, maroma y teatro de Damien Chazelle cobra vida

| 26 de enero de 2023
¿Hay algún mensaje detrás de este baile de excesos? Tal vez no, pero tampoco hace daño.

Cinco años después de su odisea lunar con First Man (2018), Damien Chazelle regresa a la pantalla grande para traernos su propio éxodo hollywoodense con Babylon (2023), un proyecto que desde su primer tráiler ya encendía chispas con su ornamentada producción, elenco y por supuesto la música que hace de Chazelle uno de los directores con mayor expectativa por la critica.

Como su nombre lo sugiere, la cinta retrata el desorden y caos de proporciones babilónicas que implicaba trabajar en la industria del cine en los años 20 poco antes de la llegada del “cine sonoro”, un elemento que expuso a los artistas de una forma que, como ocurre en cada revolución, jamás pensaron que sucedería.

Imagen: Paramount

Bajo este rollo Babylon que sigue especialmente de cerca la vida, ascenso y declive de tres protagonistas: el tímido novato Manny Torres (Diego Calva), la estrella de la mañana Nellie LaRoy (Margot Robbie) y la estrella del ocaso Jack Conrad (Brad Pitt), este último sin duda mi favorito por tener el arquetipo del luchador que se resiste ante una revolución, pero que no puede frenar los propios cambios en la industria que lo alabó y que lo está abandonando.

Otros personajes como Sidney Palmer (Jovan Adepo) hacen explotar los dotes musicales como la especialidad de Chazelle y finalmente la aparición del sombrío James McKay (con la soberbia interpretación de Tobey McGuire) añadieron un buen momento de tensión durante la última hora de la película.

La excéntrica vida de este coctel de personajes, cuyo común denominador es alcanzar la “trascendencia” en la industria. termina formando un juego de escenas a través del parteaguas histórico que significó añadir sonido a una película, pues antes de su llegada, crear una película era tan llamativo y caótico como entrar a una carpa de circo donde cientos de personajes haciendo malabares. El viaje por los inicios de Hollywood es muy claro, tanto para el cinéfilo que detecta las referencias a las películas de la época, como para quien desconoce el contexto detrás de Babylon.

Imagen: Paramount

Es así como Babylon se divide en capítulos que funcionan para darse ritmo y comicidad; tenemos drama, comedia, un poco de terror y, como no, también un poco de romance; pero la verdadera historia es la que Damien Chazelle escribe con amor/odio hacia el estilo de vida cinematográfico, mismo que expresa a través de los personajes y las situaciones que lo envuelven: la película que te hará recordar lo mucho que “amasodias” esta industria.

Sin embargo, después de tres horas de un humor que persigue más la risa que la reflexión termina siendo un poco agotadora; es decir, su propósito de denunciar los vicios y la repugnante necesidad de “complacer para sobrevivir” pareciera que se quedaran ensombrecidos por el propio humor negro de la película.

En realidad Chazelle no hace nada malo, pero tras los éxitos que habíamos visto con sus producciones pasadas (sobretodo con Whiplash donde ganó su notoriedad) tal vez es el motivo por el cual la critica se abalanza contra esta cinta que, de hecho, solo obtuvo dos nominaciones en los Premios Oscar por producción y vestuario. Tampoco es como si no hubiéramos visto un lifestyle similar en otras películas (One Upon a Time in Hollywood)… desde un punto de vista crítico, Babylon es otra tragicomedia del cine dentro del cine… y solo eso.

Imagen: Paramount

Lo bueno
  • Personajes y actuaciones geniales de Diego Calva, Brad Pitt y la sorpresa con la aparición de Toby McGuire
  • Producción rica en escenarios, colores y música. El mejor apartado de Babylon
  • Vas a soltar algunas carcajadas con lo que ocurre en esta Babilonia.
Lo malo
  • Su humor negro deja más huella que su denuncia a los vicios de la industria
  • Ligeramente más larga de lo esperado (sobretodo los últimos 30 min.)
Veredicto

Babylon es el lifestyle hollywoodesco de Damien Chazelle y al que no le podemos recriminar absolutamente nada cuando miramos su producción, misma que comienza desde la fenomenal, desenfrenada, colorida y caótica fiesta del hotel  donde sus figuras, con el único motivo de “trascender” , toman la oportunidad de pertenecer al séptimo arte. Babylon es entretenida por el caos que se desata entre sus personajes ante los escenarios que su trama ofrece dentro y fuera de un set de filmación, es ver que para algunos de las personas que trabajaban en el cine durante los años 20 y 30 en verdad es un estilo de vida… no se puede fingir, lo tienes o no. Punto.

Lamentablemente es el mensaje de Babylon el que no termina por cuajar dentro de esta historia. Irónicamente, se convierte en un pozo donde pueden caber los más irreverentes excesos pero sin profundidad a la hora de denunciar todas las vicissitudes de las que se mofa. Babylon funciona como un escaparate de risa y hasta ahí, porque no deberíamos intentar buscar un hilo negro dentro de esta cinta


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