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Reseña – Forspoken, una aventura llena de magia y muy poco encanto

| 25 de enero de 2023
La aventura de Frey en Athia es un buen punto de partida, sin embargo, aún quedaba mucho por pulir en Forspoken.

Desarrollado por Luminous Productions y publicado por Square Enix , Forspoken es posiblemente la primera gran propuesta de un videojuego AAA del 2023. Tras una serie de retrasos y un montón de anuncios dentro de los State of Play y demás eventos de la industria, el título finalmente aterriza en nuestras consolas, en una aventura que había dejado ciertas dudas con la presentación de su demo gratuita. ¿Se habrán confirmado estas últimas o Forspoken es el gran juego que tanto nos prometieron para PlayStation 5?

La aventura de Frey

La narrativa del juego nos ofrece un portal de fantasía medieval. La neoyorquina Alfre “Frey” Holland es llevada a Athia, un mundo mágico donde obtiene nuevos poderes y lucha contra innumerables males. Comenzamos con nuestra protagonista en la corte debido a que ha cometido su tercer delito grave, y desde aquí comienza a ser evidente la falta de atención al detalle que existe en la estructura argumentativa del guion.

Imagen: Square Enix

La secuencia de apertura es descuidada, y presenta toda la historia de fondo de Frey a través de documentos sobre una mesa, con una jueza dictando una sentencia de servicio comunitario, con persecución de una pandilla local y con un incendio que básicamente no nos dicen nada, solo que estamos ante una chica huérfano afrodescendiente totalmente desdichada.

Sentada sobre el túnel Holland en la ciudad de Nueva York, un leve estallido de magia lleva a Frey hacía una tienda abandonada. En el interior, Frey encuentra una elegante pieza de joyería para el brazo y cuando se lo pone, se transporta a un mundo misterioso cubierto de una niebla mortal repleto de criaturas temibles. Aquí es donde entra en acción Cuff, un brazalete parlanchín que le da poderes increíbles a Frey, y en principio, el motivo por el cual la joven neoyorquina fue arrojada al mundo corrupto que es Athia.

Imagen: Square Enix

Desesperada por encontrar el camino de regreso a casa, Frey trabaja con Cuff para descubrir exactamente qué la llevó a este universo al borde de la ruina, en el que al parecer, está destinada a convertirse en la gran heroína. Para salvar a Athia, tiene que enfrentarse a los seres divinos de Thanta con habilidades mágicas.

Como argumento general, Forspoken presenta una historia que es inconsistente pero que se las arregla para salir adelante en determinados momentos. Pero bien dicen que en los pequeños detalles está el diablo, y es aquí donde radican los problemas en la escritura del juego. Las primeras impresiones lo son todo, y es simplemente difícil que te guste Frey. Tiene una historia de origen genérico y muy sobado dentro del medio: es huérfana, crece en las calles de la ciudad de Nueva York, está involucrada en el crimen y no confía en nadie. No importa cómo la gente se acerque a ella, se muestra fría e insensible, y utiliza un humor que intenta ser ácido e irónico para no involucrarse con las situaciones que se le van presentando en el camino.

Imagen: Square Enix

Claro que, como toda historia que involucra a un protagonista similar, Frey habrá de evolucionar en su periplo de héroe, el problema es que está evolución y crecimiento tarda mucho tiempo en mostrarse, y para cuando te das cuenta, ya han pasado 10 capítulos sin que el personaje logré realmente atraparte o al menos conmoverte.

Por otro lado están las interacciones entre Frey y Cuff. El brazalete parlanchín es un compañero genial, y en realidad se desarrolla una buena relación entre ellos. Sin embargo, debemos decir que el humor no fue el fuerte de los escritores y sus bromas son algo sosas. Al equipo se le se le ocurrieron unas 5 líneas diferentes y simplemente se repiten mientras exploras, en diálogos que terminan siendo cansinos y que incluso llegan a generar algo de incomodidad.

Imagen: Square Enix

Y es en verdad una lástima que existan estos resbalones en la escritura por parte del equipo de desarrollo de Forspoken porque terminan viéndose opacados otros valores que son notables dentro del guion, como por ejemplo, la pluralidad dentro de sus personajes y un lore repleto de mujeres ejerciendo roles de poder y autoridad, algo que sin duda representa una revolución dentro del escenario de la industria gamer.

Parkour mágico

La exploración y el combate en Forspoken es una mezcla de parkour y lanzamiento de hechizos. Armada con magia ofensiva y de apoyo, Frey esquiva hábilmente los ataques mientras lanza técnicas mágicas a los enemigos. Esta magia se puede expandir recolectando maná y completando objetivos y desafíos.

Explorar es esencial para volverse más fuerte y desbloquear todo el potencial de la protagonista, pero en en este apartado, la jugabilidad es simplemente mejor cuando estás en un espacio abierto, pues cuando pones a Frey en espacios reducidos, como una ciudad abandonada o una torre de vigilancia, la cámara se vuelve demasiado confusa y cuesta seguir el ritmo.

Imagen: Square Enix

Se vuelve mucho más difícil esquivar los ataques cuando no puedes verlos venir. Recibir daño también eliminará la barra de “Grado” pero podemos recuperar vida gracias a cápsulas de sanación que comúnmente traemos en nuestras bolsa de objetos. En lo que respecta a los controles son bastante fáciles de usar: R1 y R2 son para las habilidades ofensivas de Frey, L1 y L2 son para hechizos de apoyo, mientras que presionar L2+R2 lanzará el hechizo “definitivo” de Frey.

Ciertos tipos de enemigos tienen resistencias y debilidades específicas que querrás aprovechar. Necesitarás usar L1+L2 para cambiar entre magias a medida que las desbloqueas. Es una estructura clásica y muy intuitiva, sobre todo para los más veteranos de los JRPG. El problema aquí, es que los combates se vuelven poco desafiantes, muy largos eso sí, pues algunos de ellos pueden superar los 5 minutos sin problemas; pero las veces que morirás en el juego te aseguro serán muy contadas.

Imagen: Square Enix

En lo que respecta al mundo de Athia es divertido de explorar durante las primeras horas, pero rápidamente comienza a sentirse como una serie de puntos de control que tienen muy poco que ofrecer. Irás a una ciudad, matarás enemigos, recogerás fragmentos de historia, resolverás un rompecabezas y luego serás recompensado. Esos son todos los lugares que visitas. Los monumentos aumentan la fuerza y ​​la salud de Frey, mientras que las fuentes Mulberry desbloquean nuevos hechizos.

Hay otras áreas que ofrecen experiencia y conocimiento como recompensas, como una serie de laberintos bloqueados, lo que también da como resultado una pequeña cantidad de maná para subir de nivel. En ese caso, no tiene mucho sentido perder tiempo con este tipo de desafíos, pues es más sencillo completar misiones secundarias, puntos de interés y recoger maná mientras exploras. La recompensa es la misma y al menos aportan un poco más a una aventura que se va sintiendo cada vez más anodina conforme avanzas. Y es que al menos que seas un completista, en Forspoken es más simple dejar que el parkour te lleve a donde está la acción y evitar el resto.

Imagen: Square Enix

Vale mencionar que para movernos dentro del amplio mapa, iremos desbloqueando algunos puntos de viaje rápido, que no son más que casas de peregrinos que nos sirven como refugio, y que además nos permiten acceder a una mesa en la que podemos crear o mejorar herramientas. Aquí también vale decir que para tratarse de un juego de rol, las opciones de personalización se encuentran muy limitadas, y básicamente solo tendremos la capa y el diseño de uñas para ataviar a Fray según nuestros gustos.

En términos generales el combate de Forspoken se vuelve más interesante a medida que derrotas a los jefes y obtienes sus habilidades, pero se siente anticuado incluso en comparación con su inspiración, que fue Final Fantasy XV de 2016. Por otro lado, el parkour mágico puede ser divertido, pero hay escenarios específicos en que los controles se sienten torpes y son difíciles de controlar.

Imagen: Square Enix

Las tierras corrompidas de Athia

Para motivos de esta reseña jugamos Forspoken en PS5. Usamos tanto el modo Raytracing como el modo Rendimiento y en ambos se puede esperar un sacrificio bastante notable. Lo que sí es que tenemos una velocidad de fotogramas constante, aunado a una velocidad de carga notablemente buena.

Athia en sí es un mundo hermoso que cambia constantemente sus paisajes a medida que avanzas en él. Mientras en algunos escenarios se prioriza el desierto y las zonas rocosas y áridas, hay otras repletas de vegetación y campos verdes. De hecho, los desarrolladores están tan orgullosos de su mundo, que una de las misiones secundarias es tomar fotografías de varios lugares para niños en Ciphal, el último refugio en pie para aquellos que no se vieron afectados por la ruptura. La arquitectura de las ciudades, principalmente la ya mencionada, es majestuosa y nos evoca a épocas antiguas de la civilización, en el que es sin duda uno de los puntos más altos del juego.

Imagen: Square Enix

Donde falla Forspoken no es en sus ambientes, sino en el diseño de personajes. Frey es una protagonista hermosa y usa unas capas increíbles con tenis blancos que llaman la atención, pero la gente de Ciphal tiene un aspecto genérico. Los enemigos también se mezclan constantemente en sus entornos lo que los hace difíciles de ver especialmente en el fragor de la batalla y no hay ninguna bestia, incluidos los jefes finales, que me haya dejado con la boca abierta tras su aparición.

En cuanto a la actuación de voz, Forspoken hace un trabajo terrible. No hay subtítulos en español y las voces en inglés son planas, desabridas y sin la capacidad de transmitir emociones, temores o la personalidad del interlocutor. Parecen lecciones de inglés grabadas para una clase de idiomas. Claro que los diálogos tampoco ayudan en nada, pero ese ya es tema de la escritura débil antes mencionada.

Dónde Forspoken si merece un reconocimiento especial es en el diseño de audio y sonido. Si tienes la oportunidad de disfrutar del juego con audífonos es altamente recomendable, con melodías que logran la inmersión tanto en exploración como en combate, y con efectos de sonido capaces de transportarnos, al menos por un momento, a la mágica Athia.

Imagen: Square Enix

Lo bueno
  • El sistema de combate en espacios abiertos
  • El parkour
  • Paisajes hermosos
  • Diseño de audio
  • Un lore dominado por mujeres
Lo malo
  • Mundo abierto sin encanto
  • Escritura débil
  • Caracterización de personajes
  • Pésimos diálogos y mala actuación de voz
  • Control de la cámara en espacios reducidos
  • Falta de opciones de personalización
  • Nivel de dificultad poco desafiante
Veredicto

Forspoken es un juego que trata de hacer mucho pero no todo ha salido bien. El parkour, aunque suave, se siente torpe, el combate funciona mejor en áreas abiertas y la historia se ve empañada por personajes desagradables. Athia en sí está llena de cosas que hacer, pero esas cosas se vuelven repetitivas rápidamente, y no vale la pena involucrarse en compromisos.

Se trata de un videojuego de rol insípido, con una historia genérica mal escrita, una pésima caracterización y un mundo abierto que se siente vacío pese a estar repleto de cosas por hacer. El combate, su sistema de movimiento basado en el parkour y algunos estímulos artísticos hacen que la campaña sea entretenida por lapsos, pero en general es una experiencia que no termina por cuajar en ninguno de sus apartados.

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