Muchos grandes descubrimientos de la humanidad han sido un accidente, desde los rayos X hasta los hornos de microondas. Y un médico de Carolina del Norte en Estados Unidos probablemente encontró un método para generar orgasmos con tan sólo apretar un botón.
El doctor Stuart Meloy es cofundador de Advanced Interventional Pain Management, una clínica que trata a pacientes con dolores crónicos donde comenzó a trabajar con implantes electrónicos que conectados a los nervios de la columna vertebral envían leves pulsos para aliviar el dolor. Sin embargo, este tratamiento tiene algunos efectos secundarios interesantes: un paciente reportó que los estímulos eléctricos tienen la capacidad de estimular ciertos nervios que provocaron intensas sensaciones de placer.
El especialista se dio cuenta que tenía el potencial de desarrollar una tecnología capaz de ayudar a tratar hombres y mujeres con disfunciones sexuales y no tardó en ponerle nombre a este descubrimiento, el Orgasmatrón.
Aunque la promesa de este sistema puede ser muy atractiva, desafortunadamente es algo costoso, cerca de 25 mil dólares por implante, sin mencionar lo invasivo del procedimiento para instalarlo. Este fue unos de los principales obstáculos que provocaron que el proyecto del Orgasmatrón se empolvara en el cajón en 2001.
Aún así, gracias a la popularidad de esta noticia en Reddit, muchos se preguntan qué se necesita para volver este sistema en una realidad. Y aunque el Dr. Meloy confía en que el Orgasmatrón podría funcionar con una fuente de energía mucho más pequeña también señala que hay obstáculos mas grandes.
Por ejemplo, ¿quién pagaría por semejante implante?, las compañías de seguros no costearían algo experimental o en fase de investigación, y para que la Agencia de Control de Alimentos y Medicamentos en Estados Unidos apruebe el dispositivo, Meloy debe realizar una prueba clínica que cuesta alrededor de 6 millones de dólares, dinero que por el momento no está disponible.
Tal vez ahora algunos inversionistas se animen a impulsar este proyecto, mientras tanto, las personas tendrán que buscar formas más ortodoxas para generar placer en sus vidas en lo que la profecía de Woody Allen se convierte en realidad.