Alemania es la tierra de la velocidad, pero también de las reglas y los correctivos legendarios. Así ha quedado demostrado de nuevo cuando un juez del país obligó a un joven a vender su increíble BMW 440i para castigarlo por haber protagonizado una persecución policiaca a toda velocidad.
El curioso castigo ocurrió en Ludwigsburg, Alemania, donde un hombre de 23 años se encontraba demostrando sus habildades aprendidas con su coupé de lujo. De acuerdo con el reporte policiaco, el joven estaba “quemando llanta” en una plaza de la ciudad ignorando los señalamientos de tráfico, razón por la cuál acudieron las autoridades para que parara. Pero cuando estuvieron cerca, el conductor piso al fondo su acelerador del BMW e inició una persecución intentando huir de la policía local.
Los oficiales que persiguieron al BMW aseguraron que su persecución alcanzó los 120 km/h razón por la cuál tuvieron que darse por vencidos y dejarlo escapar. Según uno de los policías, para ese punto, ya no podían controlar su vehículo y corrían el riesgo de lastimar a los civiles.
Sin embargo, más adelante fue arrestado gracias a la coordinación entre oficiales y luego mandado a juicio. El tribunal no lo llevó a prisión, pero le retiró el permiso de conducir por seis meses y lo obligó a vender su automovil BMW 440i y además pagar una multa de $7,000 dólares sutraída de las ganancias de la venta. Si no puede vender su auto, entonces el estado se lo confiscará como castigo.
La sentencia se ha hecho viral en los amantes de los autos, pero de acuerdo con el juez que la ideó, fue para que aquel joven aprendiera que “un auto rápido no es un juguete y podría convertirse en un arma”.
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