Reseña – Death Stranding: Director’s Cut, una nueva oportunidad para adentrarte a esta inigualable experiencia
Death Stranding es un capricho dentro de una industria que ha crecido de forma desmedida en los últimos 20 años. Su existencia también fue el logró de una mente que parecía esclavizada por Solid Snake y que “benevolentemente” fue rescatada por un PlayStation que podía darse cualquier lujo. A un par de años de su lanzamiento original, Death Stranding regresa para conectar al mundo, esta vez en una PlayStation 5 y con un subtítulo que no le gusta para nada a su creador. A estas alturas estamos muy lejos de responder a un simple “¿vale la pena?”, cuando lo que en realidad deberías saber es que debes darle al menos una oportunidad.
A Hideo Kojima Game
Death Stranding es un juego complicado, y no precisamente por poner las cosas difíciles para el que tiene el control en la mano. Más bien todo tiene que ver con la forma, pues se trata de un juego de caminar, entregar paquetes y cumplir muchas misiones pequeñas antes de encontrarte con una revelación o momento interesante. Sin embargo, la narrativa de la historia es la clave, y si logras engancharte… difícilmente vas a dejar inconclusa la historia.

Imagen: SIE
A grandes, muy grandes rasgos, nos encontramos en un mundo post apocalíptico que ha sufrido un enorme desastre natural gracias a un evento que fracturó el espacio tiempo y originó una serie de deformaciones en la realidad. Para cuando tomamos el control de Sam Porter Bridgess (Norman Reedus) nos encontramos con que el mundo de los muertos y el de los vivos está conectado, lo que provoca que unas entidades conocidas como CV aterroricen a cualquiera que salga a terreno abierto. Además, la muerte de estos seres paranormales puede provocar explosiones capaces de destruir ciudades enteras, por lo que no es tan sencillo hacerles frente.
Además, el mundo es víctima de un fenómeno meteorológico conocido como mengua, una especie de lluvia capaz de acelerar el tiempo sobre cualquier superficie con la que entra en contacto. Ante la mengua y las CV, los pocos sobrevivientes de Estados Unidos han decidido quedarse en casa. Es así como la necesidad obligó al mundo a crear una nueva especie de héroes: los mensajeros. Personajes que deben cruzar por lo que alguna vez fueron los Estados Unidos para entregar paquetes, comida, medicinas y, sobre todo, esperanza a los que permanecen ocultos.
Sam, nuestro protagonista, no solo es un gran mensajero, sino que además ha adquirido habilidades especiales en sus años como profesional, víctima de las CV y de la propia muerte. También es un viejo conocido de la presidenta de los Estados Unidos, por lo que es reclutado para volver a conectar a todo el país y encontrar la forma de regresar a toda su gloría a los norteamericanos. ¿La misión? Seguir entregando paquetes… pero está vez con cargas un poco más relevantes para toda la humanidad.

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Básicamente todo eso pasa en las primeras… 5 horas de juego, más o menos. Y eso ni siquiera es el fin de la introducción, pues Death Stranding arranca con ganas por ahí de la hora 20 o 25. Está claro que pedirle a cualquier persona más de 20 horas para apenas empezar en la parte chida es una locura. Pero si tienes el tiempo y la historia te convence, vale la pena que des hasta el último segundo de tu tiempo libre.
Es importante señalar que la historia, sus personajes y la narrativa son la clave de Death Stranding. El resto del juego es una cosa mucho más complicada de entender y que no precisamente ayuda a hacer más sencilla la experiencia. De hecho, es la parte del gameplay donde la mayoría de los comentarios negativos han surgido, sobre todo de personas que no le dieron importancia a la idea.
FedEx The Game

Imagen: SIE
Todo el tema de repartir paquetes se replica durante la campaña a través del gameplay, Sam tiene que ir entregando todo tipo de cosas e información caminando, corriendo, enfrentándose a los ríos, con ayuda de un robot o manejando por las peores montañas de la historia. Y ya, el verdadero desafío está en mantenerse de pie y evitar que nuestra unidad BB lloré. Son en estos caminos donde puede empezar a llover, y aunque eso no nos afecta gracias a nuestro traje de repartidor, sí funciona como una advertencia de que vienen las CV y que estamos a punto de perder la carga.
Pelear contra las CV es el punto más emocionante de la travesía, pues no solo son enemigos formidables, gigantescos y llenos de ira, también son aterradores y antes de atacarnos se nos advierte de su presencia a través de nuestro pequeño amigo robot que llevamos a cuestas. Si los detectamos y somos cautelosos podemos seguir adelante sin ser atacados. En caso contrario terminaremos en una pelea donde nuestra sangre y heces serán la clave para ganar (debidamente procesadas y empaquetadas como granadas). Por si el terror y la muerte no fueran suficientes, las peleas ponen inquieto al BB y entonces comienza a llorar… lo que sutilmente escuchamos a través del control Dualsense… un toque de desesperación que te puede hacer cerrar el juego o sumergirte por completo en lo qué sea que sea Death Stranding.
Entre paquetes y peleas con seres del mundo de los muertos, Death Stranding apuesta por una experiencia que debe complementarse en línea, sin que necesariamente haya alguien jugando al mismo tiempo contigo. A pesar de jugar tanto en PS4 y PC, sigo sin entender del todo cómo es qué funciona esta idea, pero, según yo, se trata de crear un mundo colaborativo en donde las cosas que construyes para cruzar un río, subir una montaña o hacer más fácil una entrega, también las pueden ver otros jugadores. Incluso puedes hablar con otras personas a través de señales muy básicas en forma de anuncios o con likes, para agradecer lo que dejaron en tu mundo. Y si digo que no entiendo, es porque a veces no siento que haya nadie haya fuera, la idea está ahí, pero no se siente tan importante como lo pintan los desarrolladores.

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Death Stranding es una experiencia pretenciosa, pero simple. Sus ambiciones son tan grandes como el presupuesto que PlayStation le invirtió, y en el fondo hay mucho más corazón del que podríamos imaginar en un inicio. Definitivamente es un capricho de Hideo Kojima, pues la elaborada historia, su forma de jugar y el abrumador mensaje de unión, son elementos que no vemos tan seguido en los videojuegos AAA de la actualidad. Hasta cierto punto, se siente como un videojuego de corte independiente, con ideas que van contra la corriente y eso termina por darle mayor personalidad.
Pero bueno… creo que podría haber omitido todo lo anterior para solo hablar de la Director’s Cut. Sin embargo, ese es el punto de esta reseña. Death Stranding Director’s Cut no vale la pena por la versión mejorada de PS5 o por los pequeños agregados que le hicieron la obra. Death Stranding vale la pena únicamente por el juego que ya tuvimos en PS4 o en PC. Death Stranding vale la pena por sí solo, en especial si tienes más de 70 horas libres para adentrarte a su mundo. Pero sobre todo, si tienes tiempo de comprometerte con Sam Bridges en su misión de reconstrucción.
Director’s Cut?

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Como ya mencioné, ni siquiera Hideo Kojima está contento con el subtítulo que el departamento de mercadotecnia le puso a esta entrega y tiene razón. En el cine, que tanto ama Kojima, un Director’s Cut es la oportunidad del director para mostrar todo lo que en algún momento no pudo incluir en su película; escenas extendidas, final alternativo, cambiar a blanco y negro, modificar el formato de la pantalla o hasta eliminar algunos elementos. Sin embargo, Death Stranding Director’s Cut es lo que generalmente conocemos como una reedición o remasterización, o sea que solo se ve mejor en la consola nueva y los agregados son todo el DLC que se vendió en su momento o que venía de regalo en ciertas promociones.
Death Stranding Director’s Cut sí incluye DLC inédito, pero su relevancia en la historia principal es nulo, y no fue eliminado por el estudio o la editora, solo se desarrolló después o se realizó para poner algo nuevo en la obra. En el caso de Death Stranding tenemos algunas misiones de infiltración que intentan revelar elementos nuevos para la historia pero se quedan cortos. Mientras que en el resto de añadidos tenemos cosas típicas como armas (en un juego en el que no se usa fuerza letal), algunos objetos para repartir paquetes más rápido como una catapulta y todos los DLC que llegaron a PC con referencias a Half-Life, Valve y Cyberpunk 2077. Quizá lo más destacable sea el circuito de carreras… pero tampoco es tan emocionante.
Por otro lado, la versión de PC ya se veía bastante bien el año pasado como para intentar ganarle. Aunque, debo de admitir que PS5 hace un gran trabajo con los elementos técnicos y es la plataforma donde será más sencillo jugar Death Stranding a 4K y 60FPS. Por otro lado, PS5 también le da soporte al sonido en 3D (que no es tan bueno como el de otros juegos) y al ya mencionado DualSense, en donde sí hay una importante mejoría en relación a “cómo se siente” el mapa a través del juego. Death Stranding es un título donde casi siempre estás oprimiendo los gatillos y el stick, y el control sí logra sumar algunos puntos de inmersión en dicho apartado.

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La mejora gráfica nos termina entregando un juego que se ve muy increíble, sin que necesariamente sea la punta de lanza de toda la nueva generación. Por suerte, Death Stranding no es un juego para presumir tu pantalla nueva, sino para mantenernos atentos a la hora de caminar por cada uno de sus rincones, los gráficos funcionan en favor de la historia, lo que no se ve tan seguido en la industria. Y el sonido complementa esta misma idea, con un inquietante silencio que solo se rompe cuando Sam lanza un grito al vacío o la lluvia comienza a caer sobre nosotros. Técnicamente es prácticamente perfecto, pues la dirección cuida hasta el detalle más pequeño para que la próxima canción que suene lo haga justo a tiempo para hacernos sentir que ha valido la pena cruzar por la montaña más absurdamente complicada de los videojuegos.
Lo bueno
- A Hideo Kojima Game
- Actuaciones, narrativa e inmersión
- PS5 es la plataforma donde es más fácil jugar en 4K y 60FPS
- Una experiencia emocionante… cuando le das una oportunidad
Lo malo
- A Hideo Kojima Game
- Esto no es una Director’s Cut
- Puede ser complicado jugar a Death Stranding
- Se parece mucho a la pandemia y el confinamiento
Veredicto
Death Stranding es un videojuego que en algunos años (si no es que desde el año pasado) calificaremos como un “juego de culto”. Principalmente porque costó mucho dinero y vendió poco, pero también porque nos vamos a querer sentir más cultos de lo que somos y desarrollaremos cientos de teorías alrededor de una obra que tiene un mensaje muy simple: unión. Además, y tal como lo he mencionado aquí y aquí, Death Stranding tiene un siniestro y encantador parecido con el terrible 2020 y la pandemia, extrapolando sus emociones de forma en que ni siquiera Hideo Kojima se hubiera imaginado. Cuando yo comencé a amar Death Stranding fue porque me di cuenta que estaba viviendo en un mundo aterradoramente similar.
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