En 2016 Kevin Spacey se puso borracho en el bar del restaurante Club Car de Nantucket, Massachusetts, donde conoció a un mesero de 18 años, a quien supuestamente emborrachó y tocó sus genitales. El mesero grabó el incidente y lo compartió vía Snapchat -la aplicación que borra los videos después de algunos minutos- con su novia. Ese video, y sobre todo las personas que lo vieron, ahora es una de las pruebas más importantes en el juicio que inició contra el actor por agresión sexual, por el que Spacey podría pasar hasta 5 años de prisión.
En la primera audiencia del juicio, Kevin Spacey se declaró inocente, por lo que el juez de Nantucket le otorgó la libertad bajo fianza y le ordenó permanecer lejos de la víctima y de su familia.
La defensa de Spacey negó que el video fuera una prueba contundente en contra de su cliente y presentó un alegato de inocencia durante la audiencia, que duró 10 minutos según informaron medios estadounidenses.
Spacey, de 59 años, es investigado por al menos dos casos similares más en la ciudad de Londres y en Los Ángeles. El día que se le acusó formalmente frente a la justicia estadounidense lanzó un misterioso video personificando a Frank Underwood, el protagonista de House of Cards, y aun a la fecha no sabemos si aceptaba públicamente su culpabilidad o se volvió loco por unos días y quería regresar a la serie.
