Por lo menos en sus orígenes, decir superhéroes era decir testosterona. El género nació completamente dirigido a un público masculino, ávido de historias llenas de acción, en las que las mujeres sólo tenían el papel de virginales damas en peligro, o de sexualizadas femme fatale que invariablemente eran villanas.
Todo eso cambió el 27 de noviembre de 1941, cuando All Star Comics #8 llegó a los puestos de revistas de todo Estados Unidos. El cómic era protagonizado por la Justice Society of America, pero incluía una historia corta de un nuevo personaje que, con el tiempo, se volvería mítico: Wonder Woman. A pesar de que los nuevos personajes tardaban en tener un título completo para sus aventuras, la editorial All-American Publications (que años después se fusionaría con National Allied Publications para formar DC Comics) anunció en ese mismo número que un mes después lanzarían Sensation Comics, donde la nueva heroína sería la titular indiscutible.
El porqué de la editorial para impulsar al personaje se mantuvo en secreto en ese entonces. Ahora sabemos que la importancia que se le dio a Wonder Woman desde su “nacimiento” se debe a su creador: el famoso psicólogo William Moulton Marston.
Marston, egresado de la Universidad de Harvard donde se tituló como Abogado y Psicólogo, ganó su merecida fama por ser el creador del test de tensión arterial, el cual sirvió como base para la creación del moderno polígrafo. Pocos saben que la idea del test no era completamente obra del famoso psicólogo. En realidad Marston, como en muchos otros momentos de su carrera (incluyendo la creación de Wonder Woman), sólo exploró una idea de su esposa, la psicóloga Elizabeth “Sadie” Holloway Marston, quien pensaba que existía una conexión entre las emociones y la presión arterial.
En 1940 varios medios de comunicación comenzaron una ofensiva en contra de los cómics, a los que catalogaban como incitadores de la violencia entre los jóvenes. Intentando revertir la mala fama de las historietas, Maxwell Gaines (el editor de All-American Publications) contrató a Marston como consultor de su línea editorial, un cargo similar al que el psicólogo ya tenía en ese tiempo en Universal Pictures. La decisión del editor se debió a que Marston era uno de los pocos intelectuales serios que defendía públicamente a las historietas, y creía que tenían un gran potencial educativo.
“Algunos cómics están llenos de tortura, secuestros, sadismo y otros asuntos crueles, eso es cierto. Pero cuando una encantadora heroína está atada a una estaca o a un árbol, los lectores están seguros de que alguien llegará a tiempo a rescatarla. El deseo del lector es salvar a la chica, no verla sufrir”, dijo Marston en una entrevista previa a ser contratado por Gaines.
Poco después de asumir su papel como consultor dentro de la editorial, Marston decidió dar un paso más lejos de sus labores como consultor, y creó un nuevo personaje en el que podría usar algunas de sus teorías. Para ello contó con la ayuda de su esposa Sadie, pero también de Olive Byrne, otra psicóloga y exalumna de Marston que procedía de una familia feminista. En secreto, los Marston y Byrne fueron unos de los primeros teóricos del poliamor, y de hecho los tres formaban una triada amorosa y compartían la misma casa. Incluso, para formalizar la unión entre los tres, el matrimonio Marston obsequió a Byrne unos brazaletes que usó a lo largo de toda su vida.
“La peor crítica en contra de los cómics es su violenta masculinidad. La mejor manera de defendernos de los críticos es crear un superhéroe femenino”, indicó Marston a Gaines al anunciar su idea.
La idea no era completamente obra del psicólogo, originalmente él pensaba desarrollar un superhéroe masculino que tuviera al amor como base de sus poderes y acciones. Sadie sugirió que, si su idea era contrarrestar el exceso de testosterona en los cómics, era mejor crear a la primera superheroína. Además, se inspiró tanto en Sadie, como en Byrne para forjar la personalidad y rasgos físicos de Wonder Woman, y la dotó con dos curiosas armas: unos brazaletes (inspirados en los que portaba Olive) y el lazo de la verdad, un pequeño homenaje al polígrafo.

El arte conceptual de Wonder Woman, realizado por H. G. Peter, el dibujante de las primeras 97 historias de Sensation Comics.
Gaines, un poco incrédulo de la propuesta de Marston, puso como única condición para aceptar la publicación, que el mismo Marston se encargara de escribir los guiones del cómic. En febrero de 1941 Marston presentó un borrador de su primer guión, donde explicaba el origen amazónico de Wonder Woman y dejaba ver sus inclinaciones feministas.
“En la antigua Grecia, los hombres habían mantenido a las mujeres esclavizadas, hasta que se liberaron y escaparon. Las NUEVAS MUJERES, libres y fortalecidas por el mutuo apoyo, desarrollaron enorme poder físico y mental en la Isla Paraíso. El cómic será una crónica del gran movimiento ahora en marcha: el crecimiento del poder de las mujeres”, describía Marston en su borrador.
Desde que el primer cómic de Wonder Woman salió a la venta, Gaines dejó a Marston con completo control de sus contenidos, viendo superficialmente a la protagonista como un héroe más que se enfundaba en la bandera americana para combatir al crimen y hojeándolos muy de vez en cuando. Marston aprovechó esto para escribir con completa libertad sus guiones –que en más de una ocasión fueron realizados por alguna de sus dos parejas– y presentar a la guerrera amazona como una heroína que combatía el fascismo con el feminismo, y defendía a Estados Unidos “por ser el último faro de la democracia y la igualdad de los derechos de las mujeres”. En una carta Marston escribió: “Francamente, Wonder Woman es una propaganda psicológica para el nuevo tipo de mujer que, creo, debería gobernar el mundo”.

¿El creador y sus mujeres metían referencias a sus prácticas sexuales en el cómic?
Pero Marston también comenzó a usar al personaje para mostrar otra de sus actividades privadas: el Bondage. Dentro de sus guiones Marston se explayaba –con gran precisión– describiendo las situaciones en las que Wonder Woman era atada por sus enemigos. Aquí una muestra de uno de sus guiones:
“Closeup. Figura de cuerpo entero de WW. ¡Haz un cuidadoso encadenamiento aquí! Pon un collar de metal en WW con una cadena que se extiende fuera del panel, como si estuviera encadenada a una línea de prisioneros. Tiene sus manos entrelazadas en su pecho con unas bandas dobles en sus muñecas, son sus pulseras de Amazona. Entre éstas corre una cadena más corta, alrededor de la longitud de la cadena de las esposas (esto es lo que la obliga a juntar sus manos). A continuación, tiene una cadena más pesada y más grande entre sus muñequeras que cuelgan en un bucle largo hasta justo por encima de las rodillas. En sus tobillos deben verse un par de brazos y manos, procedentes de fuera del panel, abrochando las cadenas alrededor de sus tobillos. Todo esto perdería su sentido y echará a perder la historia a menos que las cadenas se dibujen exactamente como se describe aquí “.
Marston también afirmaba que existía un subtexto relacionado con la aparición constante de cadenas que ataban a la heroína: representaban la opresión que vivía la mujer en todo el mundo. El psicólogo exponía que “las mujeres disfrutan de la sumisión, de estar atadas”, y era importante romper esas cadenas para liberarse y entrar en un nuevo nivel de conciencia. Además una de sus parejas, Olive Byrne, era sobrina de Margaret Sanger, una activista norteamericana a favor de los derechos reproductivos de la mujer (que incluso estuvo en prisión por repartir anticonceptivos) y teórica del feminismo, que usaba como símbolo de su lucha dibujos de cadenas rotas.
Marston reconoció que en gran medida, la idea detrás de Wonder Woman se debe a Margaret Sanger, por eso incluyó elementos de sus ideas en sus guiones y muchos de sus simbolismos (incluyendo las cadenas) e iconografía en los dibujos del cómic. Sin mencionar que la lucha por el voto femenino en Estados Unidos, que Marston apoyó en su juventud, también usaba a las cadenas rotas como icono de unidad.

El feminismo ya usaba las cadenas y a las mujeres atadas como símbolo de la opresión masculina.
En 1943 Gaines comenzó a recibir correos de la Asociación de Padres de Familia, y de algunas de las mujeres que trabajaban en la editorial, que se mostraban escandalizadas por los cómics de Wonder Woman. También incontables cartas de hombres que se mostraban complacidos y sexualmente atraídos por las extrañas maneras en las que Marvila, como se conoció en México al personaje durante años, era atada por sus enemigos en cada número. El psicólogo se defendió así:
“No se puede tener un verdadero personaje femenino en ninguna forma de ficción sin tocar las fantasías eróticas de muchos lectores. Lo cual es estupendo, según creo. Las fantasías eróticas inofensivas son fabulosas. Son las viles las que hay que vigilar, las fijaciones eróticas perjudiciales, destructivas y mórbidas, el sadismo real, el asesinato, el sangrado, la tortura donde el placer está en el dolor real de la víctima, etc. Son 100 por ciento detestables y no voy a meter ninguna de ellas en las historias.”
William Moulton Marston murió el 2 de mayo de 1947, sin embargo, Sadie y Olive se mantuvieron juntas el resto de sus vidas. Su personaje, junto con todos los cómics de la época, vivió una cacería de brujas por parte del tristemente célebre psicólogo Fredric Wertham, quien publicó La Seducción del Inocente, un libro en el que acusa a Wonder Woman de corromper a las niñas, con el cual logró poner al senado de Estados Unidos en su contra. Durante su audiencia ante el senado dijo:
“Defienden a Wonder Woman porqué fomenta una supuesta “feminidad avanzada” ¿cuáles son las actividades en sus cómics en las que las mujeres “se sienten en igualdad de condiciones que los hombres”? En las que no funcionan. No son amas de casa. No tienen una familia. El amor materno está totalmente ausente en esos cómics. Incluso cuando Wonder Woman adopta a una chica (Wonder Girl), hay un tufo de lesbianismo entre ellas”, dijo Wertham.
Las editoriales existentes tuvieron que doblar las manos y lanzar sólo cómics moralinos en las décadas por venir. A pesar de que Wonder Woman se siguió publicando, los guiones se alejaron de la línea feminista de Marston, Sadie y Olive.