Todos, directa o indirectamente, sabemos de la existencia de Monsanto, la multinacional dedicada a la comercialización de agroquímicos. Durante años, la compañía ha sido acusada de ser un verdadero enemigo del medio ambiente y de las personas. Entre mitos y leyendas, una noticia está dando la vuelta al mundo. Dewayne Johnson, un jardinero de California, Estados Unidos, recibió un fallo a favor tras demandar a la multinacional de agroquímicos y biotecnología.
El tribunal ordenó a Monsanto pagar la cantidad de 250 millones de dólares por daños y 39 millones más como compensación a Johnson, quien padece cáncer terminal y atribuye la causa de su enfermedad al uso de Roundup y RangerPro, dos marcas de herbicidas de la empresa, que utilizan glifosato en su composición.
La demanda adquiere un carácter histórico al tratarse de la primera entre 5,000 que se lleva a juicio, y que relaciona a los herbicidas (y al glifosato) con el cáncer.
Hace dos años, la multinacional Bayer adquirió Monsanto, en un negocio millonario, pero podría enfrentar problemas luego de que, la mañana del lunes 13 de agosto de 2018, la farmaceútica salió a la bolsa con una caída del 15% en sus acciones tras el fallo del jurado de California a favor de Johnson.
¿Qué es el glifosato?
(Imagen: Flickr/Mike Mozart)
Desde hace algunos años se ha puesto en tela de juicio si el glifosato –un herbicida de amplio espectro–puede generar efectos cancerígenos a largo plazo, y si tiene efectos negativos para el medio ambiente y los cultivos en los que se emplea.
En el caso de Dewayne Johnson contra Monsanto, el jurado de San Francisco consideró que los herbicidas de Monsanto contribuyeron “de manera sustancial” a generar la enfermedad del jardinero, el cual fue diagnosticado desde el 2014 con linfoma no hodgkiniano, un tipo de cáncer que aparece en los linfocitos.
De acuerdo con el fallo del jurado, los riesgos potenciales de la sustancia que potencia a los herbicidas eran conocidos por la comunidad científica y Monsanto no “advirtió adecuadamente” sobre el peligro de su uso.
El glifosato se utiliza en agricultura y silvicultura para el control de la maleza en áreas industriales, pero también se utiliza en céspedes y jardines. Monsanto lo introdujo al mercado en 1974 y estuvo protegido con patente hasta el año 2000, fecha en que expiró.
El efecto del glifosato sobre las plantas no es selectivo, y mata a la mayoría de ellas cuando se aplica. Incluso, algunos cultivos -como la soya- se han alterado genéticamente para resistir a este químico.
¿Se trata de una sustancia cancerígena?
(Imagen: Pixabay)
En 2015 el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) calificó el glifosato como “probablemente cancerígeno para los humanos”. Esto significa, entre otras cosas, que se encuentra en la misma categoría de la carne roja. Sin embargo, autoridades sanitarias y la comunidad científica, en general, coinciden que es seguro mientras se use de manera adecuada.
Brent Wisner, el abogado de Johnson, declaró que el veredicto del jurado mostraba que la evidencia contra el producto era “abrumadora”. Pero, para la comunidad científica no es así, ya que un uso razonable de glisofato no llegaría siquiera a niveles alarmantes para la salud. Dicho de otro modo, para que una persona pueda contraer cáncer por culpa del herbicida, tendría que comer diariamente alrededor de 16.8 kilos de soya tratada con glisofato durante dos años, para igualar la dosis que se considera cancerogénica.
Todo parece indicar que, según la ciencia, Johnson no pudo exponerse a dosis peligrosas del producto si hizo un uso adecuado del herbicida, pero el jurado del estado de California opina todo lo contrario.
Por su parte, Bayer explicó que “sobre la base de las conclusiones científicas, las opiniones de las autoridades reguladoras en todo el mundo y la experiencia práctica de décadas usando glifosato, estamos convencidos de que el glifosato es seguro y no causa cáncer”.
Bayer y Monsanto no pagarán todavía a Johnson, y seguirán peleando en los tribunales hasta que se llegue a otra resolución. Sin embargo, se trata de un hecho sin precedentes que tendrá consecuencias para ambas compañías a muchos niveles, sobre todo en relaciones públicas y de cara a los consumidores.