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El sismo del 19 de septiembre sacó a la luz en antiguo templo en la pirámide de Teopanzolco

La zona arqueológica de Morelos podría ser mucho más antigua de lo que creían los expertos del INAH.
Teopanzolco (INAH)
Teopanzolco (INAH)

El terremoto del 19 de septiembre del 2017 dañó algunas estructuras de la zona arqueológica de Teopanzolco, Morelos, pero también sacó a la luz vestigios que podrían reescribir la historia de la zona.

Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) acudieron a realizar trabajos de consolidación y restauración de la pirámide de Teopanzolco, la estructura principal de la zona y edificio que resultó más dañado durante el fuerte sismo del año pasado, junto con la plataforma de Ehécatl, ubicada en el lado noroeste de la plaza, la cual también resultó fuertemente afectada.

En la pirámide las esquinas en dirección sureste se cuartearon, por si fuera poco los fosos que separan la sub estructura de la construcción más reciente también sufrieron cuarteaduras.

Tras realizarse un escaneo con georradar, para saber si era factible rellenar la zona para su conservación, los especialistas localizaron bajo el empedrado un relleno masivo conformado por grandes rocas de basalto, que estaban cubriendo una sub estructura. El descubrimiento se localizó aproximadamente a dos metros debajo del nivel del piso que actualmente tiene la parte superior de la pirámide, que se construyó en el siglo XX.

Se trata de los muros de un posible templo, que incluye una banqueta y restos de una pilastra estucada que sostenía un techo. Al parecer, se trataría de los vestigios de la primera etapa constructiva de la pirámide de Teopanzolco, cuya antigüedad podría corresponder al periodo Posclásico Medio (1150-1200 d.C.), lo que lo haría contemporáneo con la primera etapa constructiva de la pirámide de Tenayuca, ubicada en el Estado de México, que es la primera con escalinata doble de acceso a la parte superior donde se ubican los dos templos.

“Ese hallazgo cambia la cronología de Teopanzolco, ya que primero fue construido el basamento descubierto y después, a imagen de ese tipo de construcción, se edificó el Templo Mayor en Tenochtitlan. No es que los mexicas hayan aportado ese estilo arquitectónico a esta región, al contrario, las construcciones tlahuicas los inspiraron para construir el Templo Mayor”, aseguró Bárbara Konieczna, responsable de la zona arqueológica.

Hasta ahora los arqueólogos no tenían noción de que existiera dicha estructura al interior de la pirámide (al menos no datada en esa época), lo que podría significar que se trata del templo más antiguo de la zona, aunque aún falta realizar más estudios.

La arqueóloga Konieczna explicó que debido a la humedad acumulada en décadas y a la fuerza del movimiento sísmico, el núcleo de la construcción estaba en muy mal estado de conservación: la tierra se deslavó dejando grandes oquedades entre las piedras, lo que causó su inestabilidad y los daños mencionados.

Los arqueólogos suponen que el cuarto –cuyo tamaño aproximado sería de seis metros de largo por cuatro de ancho, con la escalinata de acceso del lado oeste– era un adoratorio, posiblemente dedicado a Tláloc. “Posiblemente, del lado derecho estén los restos de otro templo dedicado a Huitzilopochtli”. Aseguró Konieczna.

También se hallaron restos cerámicos y un incensario con motivos tlahuicas, además de una importante cantidad de carbón, que podría ser por la enorme actividad ritual que hubo en el templo, así como de la posible destrucción del mismo para dar paso a la siguiente etapa constructiva, o tratarse de restos de algún desastre acontecido en el lugar.

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