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Reseña: Frozen 2 – La verdadera emancipación de las princesas de Disney

| 22 de noviembre de 2019
Disney apuesta por mostrar la importancia de la libertad de elección en una fábula antigua con un toque moderno.

¿Cómo enfrentar estos tiempos? ¿Cómo explicar a los más pequeños (y no tan pequeños) que los cuentos de hadas han cambiado? Tal vez, una respuesta sería viendo Frozen 2. Mientras que en Frozen (2013) asistimos a una película sobre dos hermanas que se reencuentran, al tiempo que somos testigos de una fábula de la aceptación, amor, compasión y amor propio; en Frozen 2 (2019) estamos ante una fábula mucho más política enfocada en el reconocimiento de lo femenino y la capacidad de asumir responsabilidades.

(Foto: Disney)

Una gélida historia

Entre un sinfín de canciones –unas muy buenas y otras no tanto– en esta nueva película musical de Disney, la reina Elsa, quien ya controla sus poderes, su hermana Anna, Kristoff, Olaf y Sven se embarcan en un nuevo viaje en lo más profundo de un bosque encantado que se encuentra más allá de Arendelle. El grupo viaja para descubrir la verdad sobre una antigua maldición que planea sobre Arendelle; sobre el pasado de Elsa y sobre el origen (y sentido de) sus poderes.

Como todos sabemos, Frozen está basada en el cuento del autor danés Hans-Christen Andersen titulado La Reina de las Nieves (Snedronningen) y el cual aparece en la antología de 1844: Nuevos cuentos de Hadas. Por supuesto, todo en esta adaptación está edulcorado por Walt Disney.

(Foto: Disney)

En esta segunda parte, mucho más libre que la primera (y sí, todavía más libre), no sólo vemos trazado el camino del héroe, también vemos otro tipo de rito de paso o rito de iniciación. Porque ahora es Elsa la que debe encontrar respuestas en un antiguo río que resguarda la memoria de la humanidad. Estas respuestas le permitirán comprender su naturaleza, al tiempo que le enseñarán que su lugar en el mundo está ahí en donde puede hacer uso libre de sus poderes en armonía con la naturaleza. Y, aunque parece que la historia de Ana y Kristoff queda relegada a segundo plano, lo cierto es que este contraste nos permite asistir a dos formas distintas de asumir la feminidad. 

Dos espíritus libres y distintos

Desde el inicio de la película (con un flashback a Elsa y Anna de niñas) Frozen 2 nos presentan dos naturalezas distintas. Por un lado está Elsa, una mujer independiente y poderosa qe parece tener una conexión distinta con el mundo y el conocimiento; por el otro está Ana, aventurera, testaruda y una persona más susceptible a ideas de amor romántico y matrimonio.

En esta nueva aventura, Elsa se descubre a sí misma como un ser que está en contacto con la naturaleza, una suerte de eslabón entre la magia de los cuatro elementos (Fuego, Aire, Tierra, Agua) y el mundo humano. Por tanto, Elsa descubre que es portadora de lo que Carl Gustav Jung llama “los elementos oscuros de sus pulsiones”: se trata de una fuerza inconsciente y emancipadora que está relacionada con el conocimiento, los sentimientos y la acción.

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Estas tres potencias (conocimiento, sentimientos y acción) son las que actúan en la nueva Elsa quien, en algún punto de la cinta, aparece sin su característica trenza y con el pelo suelto, señal ineqívoca de potencia femenina. En otras palabras, la película de Disney tiene una interesante perspectiva de género, donde Elsa-bruja se transforma en la antítesis de la imagen idealizada de la mujer. No es gratuito que muchas de las teorías feministas consideran a la bruja por su carga histórico-simbólica, precisamente como la figura la mujer emancipada de las construcciones patriarcales. Por eso Elsa decide vivir el final que decide.

Por otro lado, no es que Ana represente exactamente los valores del patriarcado, al contrario, su personalidad y renuncia al individualismo de reconocerse en el otro (Kristoff), la descubren como una mujer-reina que es libre para tomar la decisión que desea. En este sentido, Ana es la figura del ánima. En la tradición judía (y Hollywood es una industria, principalmente, judía) Eva (Chajah, principio hembra) es la portadora de vida –no sólo por su condición biológica de género–, mientras que Adán es portador de lo espiritual.

(Foto: Disney)

El hecho de que en la mitología hebrea Eva se desprenda de Adán significa, para algunos teóricos, que lo espiritual antecede a lo vital. Sin embargo, por increíble que parezca, en Frozen 2, Ana encarga lo vital, la fuerza de la vida anteponiéndose a lo espiritual, a lo que está cifrado en los signos y símbolos de un lenguaje concreto. Ana es lo que podrían llamar los filósofos que estudian la biopolítica, la representación de la mera vida, de la pulsión femenina vital.

No hay que pensar que ésta es una interpretación gratuita (al menos no del todo) y que los guionistas de la película no pensaron en todos estos significados entramados. Al contrario, la demanda política actual exige que Disney preste especial atención a estos detalles para poder contar nuevas historias. Porque todo en nuestro mundo pide que se resignifiquen algunos conceptos esenciales en esta compañía, como, por ejemplo y antes que nada, el de sus llamadas princesas.

La libertad en el corsé

La lectura optimista de Frozen 2 debe ser aminorada en la medida justa, Porque, lo sabemos, el imaginario político de Disney está cifrado en una palabra fundamental: CAPITALISMO. Por tanto, asistimos a una historia de libertad femenina que, sin embargo no deja de estar enmarcada o encorcetada en una visión mercantilista y, por tanto, capitalista. En otras palabras, la transformación de los personajes de Disney (Como los de Frozen 2) es parcial y está sesgada por una política económica –y no tiene nada que ver que sea o no una película para niños– determinada. Todo esto conlleva, por desgracia, lo que algunos han llamado -tal vez de manera errónea- feminismo capitalista (es casi imposible que esto exista, porque las ideologías económicas que han sostenido a la humanidad hasta el momento provienen de sistemas patriarcales). Sin embargo, me gusta pensar que los guionistas detrás de Frozen 2 se movieron con tal sutileza detrás de las grandes ideologías dominantes que grandes primicias escaparon a los ojos de los censores de Hollywood.

Los creadores de Frozen 2 se esforzaron por presentar una animación superior a la que existe en la primera entrega, invitándonos a paisajes que, en el clímax de la cinta, resultan un verdadero deleite para el espectador. Las canciones son tan buenas y las parodias también, que seguramente estará nominada al Oscar por el tema “Into the Unknown” (una canción que originalmente es de Panic! At The Disco). La estructura narrativa, por más evidente que sea, funciona perfectamente para ampliar el origen mítico de la primera parte. Y, sin embargo, todo esto sigue siendo secundario.

Frozen 2 es tan interesante porque, a pesar de tener todas las fórmulas del éxito comercial, también se permite emanciparse de ideologías dominantes. Esta cinta, sin arriesgar demasiado, rompe un molde -un corsé apretando durante décadas- para mostrar la transformación de las princesas de Disney en otras lecturas (véase el anuncio de esto en Ralph Breaks the Internet). Por todo esto, queriendo o sin querer, Frozen 2 actualiza los viejos mitos que nos formaron y permite una nueva lectura que trasciende lo infantil. Esta cinta, junto a tantas risas y canciones, nos habla a nosotros, una generación que se enfrenta a un nuevo mundo en el que Ariel y Jazmín ya no son las mismas princesas.

(Foto: Disney)

Lo bueno
    • La película tiene una increíble animación
    • La película tiene muy buenas canciones
    • El diseño de personajes no decepciona
    • Los nuevos personajes son igualmente divertidos
    • A pesar de ser lo mismo de siempre, el guión tiene muchas cosas en segunda línea
    • La canción de Kristoff
    • Olaf tiene grandes momentos
    • Elsa
    • Anna
Lo malo
    • Que sigue siendo una película de princesas de Disney en el fondo
    • Pueden llegar a ser muchas canciones
    • Algunos chistes son muy tontos
    • Es, básicamente, la misma historia de siempre

(Foto: Disney)

Veredicto

Si llegaste al final de esta insoportable reseña te felicito. Lo mejor que puedes hacer es ir al cine, ver Frozen 2 (si no amas los musicales no lo hagas hay muchas canciones) y pasar un buen rato con un montón de buenos chistes al estilo de Disney y un cúmulo de anécdotas que terminarán por transmitirte algo bueno. Porque, más allá de la diversión para el público infantil y la manufactura perfecta de un producto comercial de entretenimiento masivo, esta película, de hecho, nos está diciendo algo. Frozen 2 habla de la transformación de las princesas de Disney y de una emancipación que anuncia la pauta para lo que se hará después de este problemático y agotado fin de década.

Ficha Técnica:

Título: Frozen II

Duración: 107 min.

Director: Chris Buck y Jennifer Lee.

Elenco: Idina Menzel, Kristen Bell, Jonathan Groff, Josh Gad.

País: Estados Unidos

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