logo-codigo-espagueti

Reseña: Ender’s Game

| 12 de enero de 2014

Ender’s Game es una adaptación de gran esplendor visual que no logra revivir el carisma épico y sorprendente de la novela de Orson Scott Card. 

Supongo, por principio que toda crítica debe tener algo de valor. Con valor quiero decir coraje, valentía, puntualidad en decidirse y plasmar sus ideas, sean estas las que sean. Las adaptaciones, de cine, literatura, novela gráfica o cualquier medio transferido, son en sí mismas críticas. No hay ninguna traducción, ni interpretación, no hay ninguna adaptación que no contenga la visión personal del que adapta, su interpretación, finalmente, su experiencia de la obra de origen.

En realidad, las novelas de Orson Scott Card han tardado ya demasiados años en ser adaptadas -sobre todo por los impedimentos que ha puesto el mismo autor-; y el proyecto de Ender’s Game fue trabajado y rechazado por más de dos décadas. La adaptación del guión acabó, finalmente, en manos del director sudafricano Gavin Hood (WolverineTsotsi), que buscó seguir algunas de las propuestas anteriores de Card: principalmente, la historia en pantalla grande elimina completamente la subtrama política de Peter y Valentine. Fuera de este cambio mayor y algunos retoques a la trama para darle agilidad al guión, la película sigue siendo relativamente fiel a la novela. Y mi crítica no podría ir en este sentido: la película es llamativa visualmente, sin perderse en el lujo innecesario del CGI, y mantiene un ritmo constante y sostenible en el que el espectador puede encontrarse fácilmente; incluso aquél que no conoce la novela.

Sin embargo, la cinta me deja, en lo particular, una extraña sensación de insatisfacción. Como lector gustoso de la novela y declarado adicto a la ciencia ficción, siempre voy a agradecer la adaptación visual de las encantadoras fantasías literarias que me mantienen despierto. Pero algo falla en Ender’s Game, algo se pierde entre el libro y la novela, algo que me parece más importante que la fidelidad de la traducción o el respeto a las tramas profundas de la novela.

El limbo de Hood

Los personajes, tan entrañables e importantes, cada uno por su rol peculiar en la novela, quedan aquí completamente diluidos. El problema de la mala actuación de estos adolescentes en pantalla no me parece que gire alrededor de la falta de capacidad del director sino de la falta de trabajo en el guión. Las emociones son vagas, las interpretaciones se sienten sobreactuadas y el resultado es francamente decepcionante. Ninguno de los personajes logra identificarse plenamente con el público y fallan así todos los enganches narrativos con los que adquiere poder la novela. El CoronelGraff se diluye, MazerRackham se diluye, Bean, Petra, Bonzo, Bernard, y, sobre todo, Valentine, Peter y Ender, se diluyen. Nadie parece estar convencido de lo que dice, ni de sufrir lo que sufre. Así, resulta simplemente imposible transmitir decentemente el mensaje catastrófico de Card sobre la prepotencia humana.

De hecho, todo mensaje se difumina en una película que resulta, a mi parecer, apresurada. Todo parece acelerarse hacia el único fin de la sorpresa final que no resulta, en lo absoluto, sorpresiva. Incluso, para aquellos que quieran fijarse más, consideren el ínfimo tiempo transcurrido entre la última frase de Ender y el corte a negros final: como un concierto que termina en seco, una película que se corta tan abruptamente, violenta al espectador con una contundencia que nunca gana.

No todo es malo, es cierto. Este es un libro particularmente difícil de adaptar y, contra las tendencias habituales de Hollywood, la película no se adecúa a esquemas narrativos estereotípicos. Al buscar su propio camino, la cinta es efectiva al transmitir dos horas de acción que se pasan rápida y agradablemente. Sin embargo, estos aciertos provisorios no pueden construir una adaptación exitosa.

Lo que más me molesta, tal vez, de todo este asunto, es la falta de coraje. La película no quiso ser completamente hollywoodense pero no quiso arriesgar su costo de producción en algo demasiado extraño. Por ende, abandona el camino político y filosófico para centrar todo su peso en el desarrollo de una acción efectiva y eficiente. El compromiso de la adaptación se queda entonces a medias entre el respeto a la obra y el respeto al negocio. Para mí que, en esta voluntad de complacer, en el estire y afloje de la personalidad insoportable del autor y de las presiones de las productoras y del público, la película falla en todo lo que quería lograr. Borra los pasajes esencialesde la novela quela llevan a ser algo más que un entretenimiento de acción con un héroe elegido adolescente. Al mismo tiempo, falla en adaptarse a los mecanismos hollywoodenses y eso se refleja en las dificultades que está teniendo en taquilla y en la muy cercana posibilidad de que se cancele la secuela (que, al parecer, ya tiene guión).

Estancada en un limbo, la película no asume ninguna decisión riesgosa y sacrifica así la posibilidad crítica de una adaptación efectiva. Esta cinta es entretenida y puede saciar por un momento algunas de las necesidades apremiantes de más y mejor ciencia ficción en los cines. Sin embargo, la falta de valor crítico en la adaptación le resta, a mí parecer, mucho interés. Digo, StanislavLem sigue siendo un escritor intocable dentro de la ciencia ficción, al igual que Tarkovsky sigue siendo un nombre de enorme peso en el mundo fílmico y, aun así, Soderbergh no tuvo empacho en proponer otra lectura crítica de Solaris. Lograda o no, esa fue una apuesta y prefiero, todas las veces, el riesgo valiente al eterno retorno de la pequeña comodidad plana. Ahí donde Solaris sigue preguntando, Ender’s Game falló, respondiéndose y callando.

Título: Ender’s Game

Duración: 114 min.

Fecha de estreno: 10 de enero de 2014

Director: Gavin Hood

País: Estados Unidos

ANUNCIO

Más reseñas