El amor ha estado presente en los videojuegos desde que nos enteramos que Pac-Man tenía esposa. De esta forma casi todas las aventuras digitales han tenido como uno de sus elementos la aparición de una pareja romántica en apuros, por ello no es raro que un ilustrador reinventara las historias de amor de los juegos clásicos como portadas de novelas rosas.
En este 14 de febrero es prudente dedicarle un espacio a los romances en los videojuegos. Si bien en la era de los 8 bits lo que menos nos importaba era la trama de los juegos, de vez en cuando uno podía dedicarle unos minutos de reflexión a las razones que llevaban a nuestros héroes digitales a realizar sus acciones, mismas que en su mayoría estaban encausadas a rescatar a su interés amoroso.
Cuando pensábamos en lo anterior, resultaba difícil sacar de nuestra cabeza la pasión que debía desbordar Mario al correr por mundos infestados por Koopas, Gombas y Lakitus con tal de rescatar a la Princesa Peach, solo para recibir la triste respuesta de Toad al final de cada castillo, anunciándole que la princesa no estaba ahí. O la mezcla de cariño y respeto que transmitía un pixeleado Link por la Princesa Zelda, esa noble y abyecta mujer que confiaba su seguridad a una especie de elfo metrosexual.
Esta idea propia de los ochenta, de que el interés último de un héroe es rescatar a una dama en apuros por la que siente atracción, debe de haber estado muy presente en la cabeza del ilustrador Echo Chernik, quien utilizó la herramienta Shutterstock para pintar encima de algunas portadas de novelas rosas, sustituyendo a los clásicos protagonistas con camisas abiertas y pelo largo, por los héroes de los videojuegos ochenteros.
El autor de estas ilustraciones, que ha trabajado para Proctor & Gamble y McDonalds, define así su obra:
“Link y Zelda fue en la que tuve que trabajar menos. El concepto del dibujo de Mario era un Luigi celoso. El dibujo de Street Fighter fue muy divertido, debido a que combine una escena de un agarre en medio de una pelea con una muy romántica imagen que encontré de un matrimonio gay. Pac Man fue un desafío, fue la que más trabajo me costo idear. Duck Hunt tuvo varios perros y patos diferentes antes de obtener exactamente lo que estaba buscando.”