Recientemente, científicos de la Universidad de Marburgo (Alemania) y la Universidad de Colorado Boulder-NIST (EEUU) descubrieron una nueva cuasipartícula que llamaron “dropletón”. El nombre surge de la semejanza entre sus propiedades y las de las gotas de los líquidos.
Vamos por partes, una “cuasipartícula” es una entidad parecida a una partícula en la que se ven arrastradas partículas más pequeñas. También podrían ser consideradas “excitaciones cuánticas” que actúan como si fueran una sola partícula. Un ejemplo de cuasipartícula es el excitón, que está compuesto por un electrón y un “hueco”, es decir, un espacio en el que podría estar un electrón, pero no está.
El dropletón, por su parte, está formado por un conjunto de excitones. Ese grupo de electrones y huecos se condensan por un instante de forma parecida a las gotas de los líquidos. De ahí su nombre, derivado del inglés droplet (‘gotita’ en español). En un momento de delirio, también podría ser traducido como “gotitatón”.
De acuerdo a Steven Cundiff, doctor en física y uno de los descubridores principales:
“Estamos hablando de gotitas con aproximadamente cinco electrones y cinco huecos”
Para dar lugar a estas cuasipartículas se usaron pulsos ultrarrápidos de láser. A partir de ellos se generó el plasma de electrones y huecos necesario para la formación de excitones. Ulteriormente, estos se organizaron en dropletones.
No existe una aplicación inmediata para este descubrimiento, pero el dropletón puede convertirse en una pieza clave en nuestra comprensión de cómo interactúan los electrones en distintas condiciones.