Reseña – La chica salvaje: El misterio es el nuevo lenguaje del amor
Basada en el libro del mismo nombre, La chica salvaje no se trata de la típica película romántica en donde la adolescente ermitaña se enamora de alguien y deja atrás todos aquellos años de soledad. Todo lo contrario, es la lucha por la supervivencia en la naturaleza, donde el depredador principal de la protagonista es el hombre.
No puedo negar que disfruté la historia, la cual plantea el asesinato de Chase Andrews (Harris Dickinson) como su premisa principal. Fiel a la época, la película deja entrever cómo en el pequeño pueblo de Barkley Cove, ubicado en Carolina del Norte, los prejuicios están a la orden del día, acusando a la solitaria Kay Clark (Daisy Edgar-Jones) como la culpable del homicidio sin haber investigado previamente todas las posibilidades del fallecimiento del joven.
Imagen: Columbia Pictures
La directora Olivia Newman trajo de regreso las adaptaciones de los libros de forma clásica. A pesar de su corta carrera en la industria, con este filme ha dejado en claro que sabe cómo transmitir las emociones y a la vez mostrar tanto la luz como la oscuridad de los personajes; no solo como humanos, también a través de los paisajes. En este sentido, vale la pena señalar que la naturaleza fue una gran aliada para la directora, quien aprovechó los escenarios para crear una atmósfera envolvente y reflejar las emociones de Kay en los momentos clave del filme.
La chica salvaje, solitaria y cautivadora
Con saltos en el tiempo y con Kay como narradora, la protagonista nos pone al tanto de cómo fue su infancia al ser abandonada por toda su familia en una propiedad en el pantano, dejándola a su suerte y obligándola a aprender a estar sola.
Daisy Edgar-Jones logró conquistarme gracias a la inocencia que desprende su mirada y al aura de niña perdida que logró imprimir en su personaje. Ella es una joven solitaria que tiene problemas de abandono, por lo que lucha por sí misma y demuestra que puede estar sola a pesar de su necesidad de compañía. Demostrando que la naturaleza y ella son una misma.
Imagen: Columbia Pictures
La protagonista se ganó mi empatía en automático, llevándome a desear saber cuáles era las razones que la llevaron a verse inmersa en el asesinato del joven Andrews. Pero sobre todo creyendo fielmente en su inocencia y es que a lo largo de la historia comencé a crear mis propias teorías conspirativas sobre el verdadero culpable. El deseo de que dejen en paz a la joven humilde se quedó conmigo durante todo el tiempo que dura el filme.
A pesar de ello, tengo que admitir que hubo tramos en donde me sentí un poco desesperada a causa del ritmo de la misma, pues se volvía lenta y algo predecible. Mientras que en otros me tenía al filo de la butaca expectante por ver cuál sería el siguiente movimiento de Kay.
El amor se refleja en el agua del pantano
El romance es una pieza fundamental en el argumento del filme y siendo yo una romántica empedernida, debo confesar que logró robarme algunos suspiros debido a las atenciones que recibía de Tate Walker (Taylor John Smith), quien logró enamorar no solo a Kay, sino todos los que nos encontrábamos en la sala. Tanto Tate como Chase tratan de adueñarse del corazón de Kay, siendo solo uno quien lo logra. Sin embargo, las circunstancias del romance con Chase y su desenlace hacen que se convierta en la principal sospechosa.
Imagen: Columbia Pictures
Harris Dickinson interpreta con maestría al típico joven norteamericano que se escuda bajo el pretexto de querer complacer a la sociedad que lo rodea, mientras que su verdadero deseo es estar con “la chica salvaje”. No quiero dar spoilers, pero tengo que decir que me encantó su desarrollo como el chico bueno y educado hasta mostrar las verdaderas intenciones que tenía con Kay.
Por otro lado, Tate Walker, co-protagonista del filme, es quien realmente pone las cartas en la mesa al mostrarle al personaje de Daisy como valerse por sí misma gracias a su inteligencia, enamorándose perdidamente de ella. Al salir de la sala no pude evitar escuchar como algunos lo llamaban el nuevo Ryan Gosling de las películas románticas, lo cual puede ser cierto, ya que tanto su físico como su voz cautivan al espectador.
De las páginas de un libro al cine
Como ya había mencionado al principio, el filme está basado en su homónimo escrito por Delia Owens, quien es una bióloga jubilada y especializada en la vida silvestre. Esto se nota en la historia, no solo en el escenario en donde se desarrolla toda la trama, pues también es parte importante para el futuro de Kay.
Imagen: Columbia Pictures
Su obra se convirtió en un éxito en ventas en Estados Unidos, por lo que no es de extrañarse su adaptación cinematográfica. Sinceramente, el filme despertó mi curiosidad por saber que tan fiel le es a la novela, además de querer conocer los detalles de algunas lagunas argumentales que dejaron un sabor agridulce en mi boca. Tranquilos, esto no significa que no se pueda entender qué fue lo que sucedió, aunque sí te deja con la gran interrogante de entender cómo se desarrollaron ciertos hechos.
Lo bueno
- Empatía por los personajes.
- La fotografía de la naturaleza.
- Logra despertar las emociones del espectador.
- Se mantiene fiel a la época.
- Consigue que el espectador comience a crear su propia teoría.
Lo malo
- Lagunas argumentales.
- El ritmo de la película baja en algunos momentos.
- Guion predecible.
- Romanticismo cliché.
Veredicto
La chica salvaje es un filme que si bien se disfruta y te mantiene al filo de la butaca con las emociones a flor de piel en los momentos necesarios, puede pasar desapercibida en los cines mexicanos si el libro no es conocido por el público.
Durante la función pude ser testigo de que no fui la única que se encontraba expectante por saber qué sucedería a continuación, ya que las emociones flotaban en el aire. Sin embargo, llegó un punto en donde estaba más al pendiente de lo que mi propia mente me gritaba que iba a suceder que de lo que se me presentaba en pantalla.
Se trata de una película que va dejando pistas sobre qué fue lo que sucedió realmente con Chase Andrews y aunque el final puede parecer impactante, la realidad es que te das cuenta de que la verdad estuvo frente a tus ojos todo el tiempo. La empatía puede llegar a ser un arma de doble filo, y este filme lo demuestra claramente.
Los pequeños detalles que pueden pasar desapercibidos son las piezas faltantes del gran rompecabezas del misterio que se plantea. Pero la fórmula del romanticismo, traición y abandono es lo que realmente logra que conectes con la historia.