Reseña: Mortal Kombat 11 Ultimate – el punto más alto de los juegos de peleas en el siglo XXI
Mortal Kombat 11 estrenó su versión Ultimate, que aunque es solo un DLC se siente como una extensión muy completa del juego, uno que ya de por sí era bastante interesante y completo. Las adiciones y el todo integrado de este juego, que llega para la nueva generación de consolas, son posiblemente el punto más alto de los juegos de peleas de este siglo.

Fuente: NetherRealm Studios
Hay poco nuevo que se pueda decir de Mortal Kombat 11, pero tomando la licencia que me da este espacio, quiero hablar específicamente del estado actual de las coas en tanto a juegos de peleas. Es un hecho que estos son cada vez menos populares.
El paso de las arcades a las consolas y, posteriormente, de las consolas a los grandes sistemas de cómputo y los avances en desarrollo de imágenes digitales, hizo que los juegos de peleas, animados en una especie de panel lateral, se hicieran cada vez menos interesantes frente a los videojuegos con entornos abiertos y grandes escenarios.
Dentro de los juegos que no explotaban todas las bondades de la tecnología, los juegos de pelea se convirtieron en títulos repetitivos, cíclicos y completamente predecibles. Tenemos, por supuesto, grandes franquicias que tienen fans que jamás se alejarán del género con títulos como Street Fighter, Tekken o Soul Calibur. Sin embargo, es un hecho que el género pasó por un terrible bache durante muchos años.

Fuente: NetherRealm Studios
Con el avance del tiempo, Mortal Kombat supo adecuarse a justamente ese entorno complejo que representa que cada vez más jugadores opten por los juegos online, repletos de conexiones entre usuarios y con más que solamente una pelea cíclica contra una IA que, llegado el momento, se vuelve o invencible por la dificultad, o se vuelve completamente predecible, porque finalmente es una programación computacional.
Con la llegada de Mortal Kombat XL, la franquicia encontró el punto muy exacto en el que toda la intensidad de un juego de peleas, se convertía en un entramado interesante entre la nostalgia de una franquicia con casi 30 años de existencia, junto a los avances en diseño digital con modelos cada vez más detallados y mecánicas sencillas, pero al mismo tiempo atractivas visualmente.
En suma, no podemos negar que Mortal Kombat se convirtió en el Super Smash Bros. de la gente que le gusta ver películas de Sylvester Stalone o Vin Diesel, pero esto no es una crítica, sino un reconocimiento a la definición de su audiencia y la integración de personajes de otras franquicias icónicas como Rambo, Robocop o Terminator.

Fuente: NetherRealm Studios
A diferencia de su predecesor, Mortal Kombat 11 resolvió por fin los problemas de inestabilidad en la jugabilidad que se sentían completamente estorbosos en la anterior entrega. Aunque las bases estaban ahí, no dejaba de sentirse como un juego pesado, lejos de la velocidad y fluidez que requiere un juego arcade como Mortal Kombat.
Ahora, lo que tenemos son mecánicas y animaciones mucho más pulidas, que poco a poco se fue convirtiendo en la idea que, al menos parece, tiene de sí mismo: un juego de peleas con acción constante en donde las animaciones juegan un papel importante de la experiencia.
Estas mismas ya no parecen ser una excusa que detiene el juego para hacer flexing de sus texturas, sino realmente parte importante del juego, que desde siempre ha tenido un componente gráfico de violencia muy marcado, que ahora más que nunca busca ser espectacular sin caer en lo tremendamente morboso, sino en lo efectivo visual y como parte de la jugabilidad.
La evolución de este Mortal Kombat parece seguir la línea de Soul Calibur (que por cierto decepcionó un poco con su última entrega) pero sin olvidar la incipiente y pequeña, aunque importante, historia que narra dentro de sus videojuegos y que sufrió un reset en 2011.

Fuente: NetherRealm Studios
La diferencia esencial es que mientras que Soul Calibur se enfocó en mostrar un juego de peleas para el nicho específico, concreto y super enfocado que sigue la franquicia, lleno de mecánicas complejas y bien entramadas, pero falto de diversidad para el jugador y de un componente que acercara a jugadores nuevos, Mortal Kombat se salió de esa carrera y decidió apostar por sí mismo como una apuesta menos clavada, pero sí más accesible.
No es para nadie sorpresa que tengamos esa “Kripta“, donde se introdujo un asqueroso sistema de recompensas que no busca otra cosa sino atraer a los jugadores a desbloquear contenido pagando con lo que consiguen a través del juego. Evidentemente, este es su único error, ya que ni siquiera está bien desarrollado y parece solo otra idea más para explotar y no una realidad. Como sea, esperemos que esto no se convierta en otra nueva plataforma de lootboxes o gachas que terminen por arruinar la siguiente entrega.
Es evidente que Mortal Kombat no está buscando hacerse del lugar de Street Fighter o Tekken, mucho menos del que Dragon Ball FighterZ se está haciendo. Busca, por otro lado, concentrarse en una comunidad mucho más casual y que puede llegar o no a Mortal Kombat por ser fan de la franquicia o simplemente por la pura curiosidad.
A diferencia de los otros títulos mencionados, aquí el jugador encontrará una interfaz sencilla, con mecánicas pulidas, impactantes visualmente y pensadas hacia la experiencia de juego y no hacia la (eventual) competitividad.
Lo bueno
- Gráficas
- Mecánicas
- Los nuevos personajes
- La reinvención de MK como un juego moderno
Lo malo
- La Kripta
- Algunas animaciones toscas
- Sigue sin sentirse como un juego de “nueva generación”
Veredicto
Mortal Kombat 11 es, posiblemente, el punto más alto en los juegos de peleas de este siglo. No es gratuito decir esto, por supuesto. No se le quita el mérito a los demás videojuegos que han buscado elevar el género más allá de las antiguas percepciones de este nicho, sin embargo, todos caen en la misma trampa: el nicho.
Si bien un nicho es una fuente de ingresos completamente redituable y segura, llega un momento en que el mismo nicho dejará de crecer y, es más, se contraiga y se haga cada vez más pequeño. Ahora mismo, con la entrada de la nueva generación de videojuegos y con todo un paisaje de novedades, avances tecnológicos y competencia, abrirse al público es la mejor decisión que han tomado, aunque eso signifique quitarle a los jugadores más clavados el dulce que quieren monopolizar.
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