El Programa de Investigación Mundial del Cambio climático reveló nueva información sobre sus investigaciones, en las que encontró que el CO2 afecta la atmósfera terrestre mucho más de lo que se creía, acelerando y poniendo en un punto crítico el manejo del calentamiento global y sus consecuencias.
Con esto, las previsiones de este programa y los análisis científicos del mundo respecto a poder limitar el aumento de la temperatura global en 1.5 grados centígrados para el 2100 parece quedar sepultada, pues el CO2 afecta mucho más el comportamiento de la atmósfera.
Esto quiere decir que la cantidad de gases de invernadero acumulándose en la cima de nuestro planeta es mucho mayor y mucho más compleja de tratar de lo que se creía, orillando las soluciones a una solamente: reducir la cantidad de estos, limitando también las actividades que los producen.
De no ser así, los niveles de CO2 generarán un aumento de temperatura global de entre 2.6 y 4.1 grados centígrados hacia el siguiente siglo, con las consecuencias devastadores que eso tendría sobre la vida en la Tierra.
Los efectos del aumento de temperatura serían observables de inmediato, como el aumento del nivel de los mares, cambios ecológicos en ecosistemas, destrucción de regiones geográficas completas, alteración de las estaciones del año y muchos más que estos mismos desencadenarías.
Desde 2015, se estableció el compromiso de frenar el avance del calentamiento global con los Acuerdos de París. Sin embargo, los países que más emisiones de CO2 producen son los que menos compromiso tienen con este acuerdo internacional, haciendo el trabajo mucho más complejo y difícil para los investigadores al frente del Programa de Investigación Mundial del Cambio Climático.

(Foto: Getty Images)
Por otro lado, el encontrar que el CO2 es mucho más complejo de tratar en esta materia deja un panorama desalentador. Sin embargo, para buscar evitar un planeta en colapso es necesario, hoy más que nunca, que la industria global sea regulada en cuanto a su cantidad de emisiones.