Reseña – Los Caballeros del Zodiaco: Saint Seiya – El inicio y seguramente final de la saga live action
El anime y la pantalla grande suelen llevarse bien en términos de animación (de hecho ha sido un gran año para las historias animadas en Japón dentro del cine). Sin embargo, cuando se trata de adaptar un anime con personas reales, me atrevo a decir que ni siquiera en Japón han encontrado la formula más adecuada para hacerlo ¿Será que por eso buscan producciones en este lado del mundo y lograrlo?
Cuando vemos en nuestro lado del mundo, hay producciones que nos dejan la esperanza en el piso: desde el bodrio que comenzó con Dragon Ball Evolution (2009) , pasado por Death Note (2017) la triste despedida de Cowboy Bebop (2021)… sea como sea nadie ha podido derribar este gran muro, ni siquiera la producción de la que estamos a punto de hablar, Los Caballeros del Zodiaco: Saint Seiya – el inicio… y creéme que el diseño de las armaduras son la menor de las preocupaciones en esta producción. Pero no te quedes solo con esto, mira el tráiler y decide si nos darás la razón después de leer esta reseña.
El protagonista, obviamente, es Seiya, quien esta vez es presentado como un adolescente que perdió a su hermana desde muy joven y ha hecho de todo para encontrarla, hasta participar en peleas clandestinas que tras tantos combates le han hecho despertar su cosmo. Hasta aquí no hay diferencias significativas en cuanto a su material de origen.
La historia comienza a desprenderse cuando dos fuerzas entran en contacto con el protagonista: Por un lado Sienna y Alman Kiddo (el equivalente de Saori y Mitsumasa) como aquellos dispuestos a cumplir con la leyenda de Los Caballeros de Athena y a los que Seiya se une sin tiempo siquiera de sorprenderse. Por otra parte los secuaces de Graud conformados por “caballeros artificiales” y Nero de Fénix, quienes buscan matar a Athena ya que su condición como “diosa de la guerra” representa el preludio de cientos de desgracias en la Tierra.
Imagen: Sony/Toei Animation
Aquí pareciese que ambos grupos tenían algo más que aportar al lore de Saint Seiya, en especial el segundo donde entra una oportunidad para la humanidad (representada por Graud) para evitar la destrucción del planeta a través de las “Guerras Santas” que se avecinan con la resurrección de Athena … ¡Pero no! En vez de ello el desarrollo de la historia y las motivaciones de los aparentes antagonistas son, siendo amables, extremadamente irrelevantes, al punto en que el propio desarrollo de eventos termina resolviendo de la forma más absurda posible.
Otro punto destacable es que, por algún motivo, estas producciones tienden a cambiar el nombre de sus protagonistas y que a mi parecer son una decisión fatal para una serie cuyo recibimiento se basa, en gran medida, de la conexión con nuestros héroes convertidos en carne y hueso… y si desde el nombre no podemos comenzar a “conectar” con los personajes, hace difícil convencernos de esta idea.
Imagen: Sony/Toei Animation
Cuando entramos al juicio de los combates, hay algo paradójico en comparación con la serie animada que se caracterizaba por mostrar combates que, aunque no eran de forma constante, dejaban a relucir los poderes sobrehumanos de aquellos los caballeros… ¡Su cosmo, vaya!
Lo que ocurre con las peleas de Saint Seiya – El Inicio es de alguna forma su opuesto y, desafortunadamente para mal. Las coreografías (que incluso tienen “desfaces” momentaneos) se vician con secuencias de artes marciales exageradas, clásicas del cine occidental, con movimientos de cámara frenéticos, exceso de giros y caídas y un sinfín de recursos innecesarios que desvían la atención de elementos que SÍ interesan como el cosmo y las técnicas que por cierto nunca mencionan sus nombres.. vaya error.
Dentro de este rubro, otro punto de mi particular desagrado es el protagonismo con las armas de fuego y que le restan credibilidad al poder de aquellos que usan su cosmo-energía para “desgarrar el cielo y hacer pedazos la tierra”. Nunca voy a terminar de entender la fascinación del cine occidental por crear una película de acción sin prescindir del tono militar: Naves voladoras, armas de fuego, conspiraciones… y como dijimos antes, lo peor es que con Saint Seiya: El Inicio toda esta maquinación tienen una justificación banal, forzada y olvidable.
Imagen: Sony Pictures
Si hay algo que podemos “medio” rescatar de esta pobre ejecución es el hecho de que Saint Seiya – El Inicio trajo de vuelta algunas voces del doblaje latino que nos ayudaron a sobrellevar las casi 2 horas de duración de la película… y tampoco pudieron hacer mucho dado que el perfil de sus personajes con diálogos prefabricados y fuera del ritmo donde pretenden establecer una situación seria o aflojar la tensión con un mal chiste.
A su vez, algunas referencias bien planteadas dentro del lore de Saint Seiya como un santuario de Athena sin forma debido a la ausencia de su diosa, pequeños destellos del soundtrack de la serie en los momentos importantes… breves destellos que sugerían lo que pudo ser y no fue… en fin, otro intento perdido.
Imagen: Sony/Toei Animation
Lo bueno
- El doblaje… con sus propias limitaciones
Lo malo
- ¿Hace falta agregar algo más?
Veredicto
Imagen: Sony Pictures
¡Fuera las excusas de que va dirigida a un nuevo publico! Cuando un nueva adaptación toma el nombre de algo ya visto (principalmente por su popularidad anterior), es inevitable que el resultado caiga en comparaciones… viéndolo así, es un ejercicio que incluso se lo deben al material original.
No es un Dragon Ball Evolution que intentó hacer de Goku y sus amigos una burla a lo Scooby-Doo, pero Saint Seiya – El inicio es tan rídicula como cualquier otra producción de anime llevada a un live action.
Recuerdo a gente riendo en la sala, pero no porque la puesta en escena fuera intencionalmente graciosa y su recibimiento en verdad es una lastima para uno de las series de animes más trascendentes de la industria dentro de uno de los países donde más se recuerdan y atesorsan las aventuras de Los Caballeros del Zodiaco.