SpaceX realizó con éxito el primer vuelo de su cohete reutilizable Falcon 9, el cual logró elevarse hasta una altura de 250 metros para luego regresar justo al lugar de despegue, gracias a unas patas que le permiten aterrizar verticalmente.
El proyecto es una versión más avanzada del cohete Grasshopper que vimos el año pasado. Ahora, la compañía aeroespacial de Elon Musk planea hacer pruebas de mayor altura e integrar las patas estabilizadoras al fuselaje de Falcon 9, de forma que sólo se desplieguen al momento del descenso.